capítulo 1

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Hola holaaa! Gracias a todos los que comenzaron a leer esta historia. Se que a partir de aquí se va a crear un poco de controversia, y comenzaran a preguntarse que tanto voy a estirar la personalidad de los personajes a mi antojo... y todos tendrán la razón hasta cierto punto. Algunos van a odiarme, otros dirán, no te leo mas y los mas osados seguirán hasta el final. Les agradeceré a todos sin distinción.

Este capitulo comienza dilucidando algo, no todo, solo algo... y veremos que sucede a lo largo del relato y del devenir de los capítulos.

Ahora si, los dejo con el capitulo 1


Palabras vulgares hay en el relato... si no les gusta... bien, es parte de la trama, okay?

Capitulo 1

- Si sigues así lo vas a matar... - la voz cantarina y burlona que sonó en sus oídos lo tenía realmente cansado. Siempre se preguntaba qué carajo le importaba a ella que le estuviera rompiendo el alma al infeliz... Harry siguió golpeando al sospechoso. Sentado a horcajadas sobre su pecho descargaba sus constantes frustraciones... al menos le quedaba el consuelo de que el tipo ya no se iba a escapar... ni mover... de hecho, ni siquiera iba a decir una palabra por un tiempo. La patada que le avisaba que debía dejar la detención para sus compañeros, llegó desde la derecha y lo hizo caer de espaldas al lado del pobre desafortunado. – Bien, Potter... - dijo Ginny, al acercarse al detenido – lo dejaste fuera de juego... otra vez – tocó su cuello – al menos no lo mataste... esta vez... - bufó- odiaría pasar la noche realizando el papeleo... - lo miró con desdén - y salvando tu culo... para variar... - suspiró sarcásticamente - una vez mas – sonrió burlona, mientras pasaba encima de Harry, y buscando su varita en su saco, ataba al desdichado criminal con el hechizo incarcerus.

- Bésame el culo, Weasley... - el sonido ronco de la voz de Harry le hizo darse cuenta a Ginny que su interlocutor estaba muy enojado.

- Si, ya quisieras... – susurró, mientras observaba de reojo a Harry ponerse de pie. Era alto. No tanto como su hermano Ron. Claro que Ron debía tener al menos un metro noventa y cinco... eso hacía a Harry un ejemplar de ocho centímetros menos, lo suficiente para sacarle a Ginny dos cabezas... o más. Claro que ella no era precisamente una mujer alta... más bien era delgada, y un tanto pequeña. Hecho por el cual envidiaba profundamente a Hermione, que pasaba holgadamente el metro setenta. Algunas eran tanta suerte,  incluso en la estatura, pensó.

Mientras atendía junto a Hermione Granger, su colega y compañera no solo en la academia de Aurores, sino también en la escuela de sanadores, Ginny se preguntaba cuando sus vidas se habían comenzado a desmadrar como hasta ahora. La vida después del final de la batalla y el final de Voldemort, que tanto deseara, se había ido literalmente por el retrete. Ya no mas Ginny y Harry... ya no mas dulces fantasías acerca de una vida perfecta al lado del hombre que adoraba... el hombre por el cual, había esperado meses... por el que había dado todo... el mismo chico que sin siquiera sudar o tener remordimientos, la había traicionado... Suspiró. Tal vez era tiempo de dejar esos dulces recuerdos del pasado, allí precisamente, en el pasado, y darse por enterada que la vida como era o más bien como imaginaba desde niña, ya no podía ser... Ellos prácticamente se odiaban. Ya no quedaba amor, ni amistad entre los cuatro hasta hace algunos años inseparables compañeros de aventuras. Ya no quedaba nada de aquellas inocentes almas... La guerra y el dolor por las pérdidas humanas se había llevado todo lo bueno que había en ellos... y lo poco que quedara lo habían enterrado en lo mas profundo de sus mentes. Ahora solo había eso, rencor, malos tratos, insultos y en los mejores casos, y rogando por ello, indiferencia.

Si, pensaba Ginny con pesar, desgraciadamente ya no quedaba nada de esos chicos buenos... el trío de oro y ella, estaban enterrados hasta el cuello en el fango debido a las desiciones del pasado. Harry, de ser el niño que sobrevivió, el hermoso niño de oro de Dumbledore, el bueno y valiente salvador del mundo mágico, se había convertido en un personaje oscuro, indolente, que no escatimaba en acciones, buenas o malas, para lograr su cometido. Se había largado escapando de sus fantasmas, y regresado completamente cambiado, aun con sus fantasmas a cuestas. Bebía en exceso, y era un traidor, pensó Ginny; y la traición se paga con creces... Y Harry había pagado muy alto el precio de su traición, nada más y nada menos que con la vida de su único hijo, y ahora se encontraba encerrado en un matrimonio con una desquiciada. Ron... su bueno e inseguro hermano... amaba a Hermione por sobre todas las cosas, pero el muy imbécil no tenía los cojones para decirlo en voz alta y mucho menos para jugarse por su felicidad... y su inseguridad lo hacía alejarse cada vez mas del objeto de sus desvelos y relacionarse con putas pagas... solía decir que las putas pagas, al menos demostraban afecto hasta que se acababa el turno... y él era feliz así... o eso creía. Allá él con su mundo de fantasía. Hermione en cambio, literal y figuradamente fue una idiota. Después de aquel terrible beso dado a las apuradas en medio de la batalla, y al no tener respuesta del estúpido de Ron, se aferró a lo malo conocido... Krum, y fue otra que pagó alto el precio de sus desiciones... al primer intento la obligó a tener sexo... según ella, no estuvo mal... según el presentimiento de Ginny fue una mierda... a tal punto que meses después, Hermione, dejó al imbécil con los testículos en las manos, saliendo intempestivamente de aquella relación, solo con una maleta cargada con sus cosas, su dolor, y la férrea desición de ser una completa frígida... bien por Hermione. Tampoco podía decirse que Ginny era una joyita. Ginny había amado con todo a un único hombre en su vida, lo había esperado, teniendo fe en su amor. Harry lo era todo para ella y esperaba que ella fuera todo para él también... solo que se equivocada de cabo a rabo. No pudo entender que Harry no comprendiera su dolor y su depresión con la muerte de su hermano Fred. Ginny después de todo lo pasado en Hogwarts aquel fatídico e histórico dos de mayo, entró en una especie de trance, olvidándose de todo el mundo y encerrándose en su dolor... no tenía ganas de ver a nadie y mucho menos de pensar en futuro... condenada idiota... Fue Ron quien la sacó de esa burbuja de lastimosa autodestrucción. Recordaba perfectamente aquel día. Llovía a cantaros, como después llovería en su vida. Si, odiaba a su hermano por haberla golpeado contra esa realidad... cuando le dijo que Harry se casaba... con Romilda Vane... la muy puta se había salido con la suya y había atrapado al chico de oro con la mas efectiva de las trampas... un embarazo. ¿Y Ginny qué había ganado? Mas dolor... al menos el golpe le sirvió para despertar; y fue en ese momento que comenzó a VIVIR, así, con letras mayúsculas... ya no quedaba nada de la buena de Ginny, de sus sueños... todo había sido pisoteado, golpeado, asesinado... y a Harry también lo enterró... su amor, sus ilusiones, todo estaba por debajo de una capa de desilusión y odio... si, odiaba a Harry. Perder la virginidad no fue lo mejor, pero fue el principio de una carrera de relaciones ocasionales... con muggles de preferencia, esos no recordaban... y eran fáciles de olvidar. Estudiar también fue otra de las vías de escape. Fue auror y sanadora... todo un logro para ella y Hermione, que también luchaba como ella con sus demonios. Y ahora, para matar la monotonía era bailarina desnudista en un club de Londres muggle. Sonrió con ironía. No, no era exactamente una valiosa joya... pero si era una Weasley contenta de ser simplemente una barata bijouterie... y lo más gratificante de ello, era que se lo refregaba a cualquiera que tratara de reprochárselo... "si, es cierto... soy puta, ¿y qué?"

Lo que no fuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora