Capítulo 23
Había deseado tanto la oportunidad de terminar con esa maldita misión. Había esperado día a día pacientemente en algunas ocasiones, y en otras la exasperación le ganaba a la paciencia, y comenzaba con sus arranques de rabia e impotencia. Noche a noche, observaba desde la Torre de Astronomía hacia el pueblo, tratando de adivinar por donde vendría el ataque. Se aventuró a imaginar que el maldito de Lucius Malfoy, el viejo conocido y desquiciado de su época, hambriento de un poder que ya no detentaba, cometería un error, y se dejaría ver. Pero bien dicen que el zorro, pierde el pelo pero no las mañas. Nunca le dio una oportunidad para atraparlo lejos de sus padres, lejos del niño que era en esa época. No dejó de elucubrar ideas de qué hacer con el viejo bastardo si llegaba al niño, o a alguno de su familia. Esas ideas aunque distaban en el modo, y fueran diferentes, todas tenían un único fin, Lucius Malfoy terminaba seis metros bajo tierra. Y ahora, mientras, prácticamente volaba por las escaleras para llegar al primer piso, deseó que sus padres no observaran en la clase de carnicero que se convertiría, si Lucius Malfoy le tocaba un pelo a su pelirroja. La sangre rugía por sus venas, haciendo que el corazón prácticamente saltara tratando de salirse de su pecho. Ya había tenido que soportar la angustia y el temor cuando la loca de Bellatrix Lestrange, la hiriera y estuviera a punto de perderla. Ese maldito viejo de mierda no iba a tener la misma suerte. Escuchaba a Ron detrás de él, gritándole que se detuviera a pensar una estrategia. No había ninguna. Era llegar y arrasar con lo que fuera. No iba a detenerse a pensar en su conciencia. Los enemigos apostaron sus vidas por lograr un objetivo, jugaron sus cabezas, y lamentablemente esta noche, iban a perder todo. Y él, Harry Potter, iba a coronarse en el ejecutor de esa apuesta. Para él, los malos no ganarían, y uno por uno se los cargaría.
Un mortífago acertó a salirle a su paso. Ya se había ocupado de uno. Alcanzó a frenar de golpe, y el hechizo verde, dio en una pared. Estaba a punto de responder cuando la enorme mano de Ron, lo giró haciendo que su espalda apoyara violentamente en la dura y fría pared de piedra.
- ¿Estás malditamente loco? – rugió su amigo – ¿Qué carajos intentas hacer? ¿quieres suicidarte? ¡porque si eso es lo que deseas, te mato aquí mismo, idiota!
- ¡Suéltame! - trató de moverse, pero maldita sea, el brazo de Ron parecía de acero y concreto. – si no te diste cuenta...
- Se malditamente que mi hermana está allá abajo, batallando vaya a saber contra quien... o quiénes.
- Son demasiados para ella Ron – dijo desesperado, mirándolo a los ojos.
- Lo sé, pero si vas así, completamente entregado y sin ningún apoyo, vamos a lamentarnos mucho más que por lo que pueda estar viviendo mi hermana – lo sacudió cuando Harry quiso desasirse del pelirrojo – ¡Espera un maldito minuto, joder!
- No entiendes... - tomó a Ron por las muñecas, tratando de hacer presión para soltarse de su amigo. Era sumamente importante, salir disparando cuanto hechizo supiera, para defender a Ginny. No iba a pasar lo mismo que vivieron cuando buscaron el horrocrux en Grimmauld Place... ella no iba a ser herida otra vez.
- ¡Es mi hermana de lo que estamos hablando! - rugió – no es privativo a ti sufrir por ella – lo miró - sangro cada vez que sale a enfrentarse a esos bastardos, y sufro cada vez que está herida. No te creas el único con el derecho a salvarla.
- Si a ella le pasa algo... - suspiró. – si solo le pasa algo porque estás retrasándome aquí, te juro que voy a despellejarte vivo - soltó mirándolo con rabia.
- ¿Crees que no lo sé? – dijo agachándose, ya que el mortífago que los atacaba, lanzó un hechizo que hizo saltar parte de piedra. - ¡Hijo de puta, estamos tratando de mantener una conversación aquí! - chilló, haciendo que Harry comenzara a reír. Ron lo miro y sonrió – Ahora que has recobrado un poco el sentido, vamos a enfrentarnos a estos imbéciles – Harry asintió – Necesito que seas el puto amo.
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Lo que no fui
FanfictionNada es igual.Los amigos se separan,el amor se pierde y lo que fue alegría, hoy es infelicidad.Hasta que el mundo está nuevamente en peligro y deberán unirse para evitarlo. qué hacer cuando se pone en la balanza lo que se debe hacer contra lo que se...