One Shot pedido por
Espero lo disfrutes UwU.
Nombre: ____ Shinasaki
Pilar: De la tormenta
Edad: 23
Respiración: Respiración de la tormenta, técnica 4: Tormenta ígnea.
Raza: Humano
Familia: Rengoku Kyojuro (esposo), Rengoku Senjuro (cuñado), Rengoku Shinjuro (suegro), Rengoku Reichi (hijo), Elizabeth Shinasaki (prima)
Tema: Doncel
Un pequeño niño miraba a su alrededor con miedo, sin preocuparse el que detrás suyo, a unos cuantos pasos, se encontraban los cadáveres de quienes eran sus padres.
El pequeño en realidad no entendía que estaba sucediendo, por que si mami y su papi no se levantaban del suelo???, ya había gateado hacia ellos y les golpeo los rostros con su pequeña manito echa puño.
Al ver que eso no funcionaba se alejo un poco, con las esperanzas de que solo sea un juego.
Pero pasaron las horas y el ya no podía aguantar mas, tenia hambre, frio, y cuando busco calor en sus padres, ellos también estaban fríos, no sabia que intentar.
Las lagrimas caían lentamente por su rostro, para luego soltar un mini grito y llorar con mas fuerza.
A sus cinco años tuvo que entender que sus padres nunca mas se levantarían.
Ya no podría sentir sus cálidos brazos abrazar su pequeño cuerpo.
Ya no tendría los besos de buenas noches.
No podría escuchar a su madre regañando a su padre por dejar que el tocara su katana.
Ya no podría........no podría verlos nunca mas, y eso le dolía.
Dolía el no saber por que sucedió.
El por que sus padres y no otras personas.
Por que no lo mataron a el también???.
Acaso fue una broma y luego vendrían por el???.
Se recostó en el suelo, aun dándole la espaldas a las dos personas que amo con su pequeño corazón.
Y cuando despertó, en un gran cuarto blanco, deseo que todo haya sido un sueño, deseo que por esa gran puerta entraran sus padres diciéndole que todo era una broma.
Cuando la puerta se empezó a abrir se emociono, mas esa emoción fue sustituida por tristeza al ver a un hombre que no conocía, entrar con calma.
El hombre se acerco a el niño, viendo como este se tapaba todo el cuerpo con las mantas celestes que había en esa camilla.
Se sentó en los pies de esta mientras apoyaba con delicadeza sus manos sobre su regazo.
Su enfermedad estaba un poco avanzada, sin embargo aun podía ver un poco, borroso, pero veía.