Nombre: ____ Nishiki.
Edad: cambia en el transcurso del one shot.
Raza: Humano.
Familia: Huérfano, (futuro)= Asano Gakuho (esposo), Asano Gakushuu (hijo mayor) y Asano Hikaru (hijo menor, no nacido).
Trabajo: Actor.
Tema: Mpreg y Soulmate (tu y tu alma gemela comparten el mismo tatuaje de nacimiento).
Asano Gakuho tenia cuatro años cuando su madre decidió que el no iría a una escuela, sino que seria educado en casa.
El se enojo, quería ser como una persona normal, quería ir a una escuela, hacer amigos.
Pero en ese momento solo pudo tragar sus palabras con rabia y contestar un simple 'si'.
Su madre le acaricio la cabeza con suavidad mientras soltaba una cariñosa sonrisa.
Cuando ella salio de la sala en dirección a su trabajo fue cuando el pudo desatar la rabia que contenía por solo esos cortos minutos.
Corriendo a su cuarto mientras aguantaba las lagrimas que quería escapar de sus ojos, apretando los labios para no soltar ningún sonido.
Al entras a su cuarto, cerro la puerta de golpe, mientras se apoyaba en la misma se fue deslizando mientras su llanto se hacia presente, el solo...quería ser un niño normal.
El tatuaje que posaba sobre su mano izquierda empezó a calentarse un poco, soltó una corta risa, al parecer su alma gemela sentía su furia y tristeza, solo estaba intentando reconfortarlo.
Acaricio el tatuaje cuando termino de llorar, quería que su alma gemela sintiera que el estaba agradecido.
Mientras acariciaba su mano observaba con calma su habitación, tenia que encontrar algo para escapar por un momento de ese lugar, de pronto su cerebro conecto dos cables que no sabia que tenia separados.
Miro la cama y miro al balcón.
"este es un plan perfecto".
Cerro la puerta con seguro y corrió a un lado de su escritorio, donde tomo su mochila de gato morado, guardo un poco de dinero, unos juguetes y unos dulces.
Dejo la mochila a un lado del balcón y se empezó a cambiar de ropa, su mini trajesito fue cambiado por unos shorts, una camisa, un chalequito y unos zapatitos, todo blanco exceptuando el chalequito, que era anaranjado.
Como pudo, tomo las sabanas formando una cuerda, cuerda que ato al balcón con fuerza.
Se puso la mochila y suspiro.
-Creo que no me falta nada.
Se acerco a la cuerda y trago saliva, rezándole a todos los dioses que conocía empezó a bajar.