Once.

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Dado a la confusión que Kaj estaba sufriendo, se quedó rezagada, escondida detrás del árbol, observando a esos seres idénticos caminar por el pueblo vecino con unos extraños aparatos rectangulares en sus manos. Sonriendo y codeándose el uno al otro.

En un momento dado, los niños del pueblo vecino salieron de sus casas a jugar.

Te preguntarás, ¿y esto qué tiene de malo? Son sólo niños.

Pero en un pueblo como éste, nada es lo que parece.

La mayoría de los niños habían nacido con mal formaciones que se habían creado gracias a la radiación que Chernónbil desbordaba. Estaba claro que si eras vecino cercano, o incluso lejano, del pueblo una cosa si era segura: la radiación deformaría sus vidas.

Richie y Ty se acercaron lentamente a los niños que jugaban tranquilamente, esto debería de ser su día a día, y los saludaron cordialmente. Estrecharon sus manos y se dispusieron a charlar con el poco ruso que sabían. Kaj logró captar palabras como "un gusto", "genial", "bellos" e "Irlanda"

Bingo, se dijo mentalmente; ahora ya sabía de dónde venían.

Siguieron el recorrido mirando todo con los ojos bien abiertos, Kaj se reía de las expresiones que los gemelos podían hacer. Una vez, rió tan alto, que uno de lo jóvenes se había girado hacia donde se encontraba ella escondida, pero Kaj fue demasiado rápida y se volvió a esconder en otro tronco.

Mientras el recorrido avanzaba, Kaj también lo hacía, cautelosa y asechante como siempre; rogaba porque alguien se alejara del grupo para poder atraerlo, pero era imposible. Todos iban juntos, y casi nadie se alejaba por el miedo que los habitantes con mutaciones genéticas podían inflingirles. Exasperada, dejó salir un bufido y decidió sentarse a esperar.

Por su parte, estaban los jóvenes Evans, que no podían con las ganas de ver por fin, y después de tanto tiempo, el pueblo de sus sueños.

Se alejaron (sólo un poco) para observar a un ciervo que corría hacia los rectores cuando alguien les tocó las espaldas: era un chico, igual de joven, con ojos castaños y cabello del mismo color. Les sonrió y luego negó lentamente. No.

-¿Por qué no? -preguntaron Richie y Ty al unísono.

-Because, it's dangerous -respondió el otro.

-Do you speak inglish? -Ty golpeó a su hermano en la nuca -Auch, hey, ¿qué rayos te pasa?

-Te está hablando en inglés, es obvio que sabe el idioma -se disculpó su hermano.

-Yeah -dijo riendo el otro-, I'm from Philladelphia, Where you from?

-Ireland.

-Wow! That's grate.

-Whatever, why we don't go to the forest, why that place is dangerous? -Los jóvenes no sabían por qué ese chico los había detenido, pero estaban seguros de que sería por alguna tontería como "está prohibido" o "Hay cosas peligrosas en los alrededores"

Pero no fue el chico el que les respondió, sino uno de los niños que jugaban por ahí y que al parecer conocía el idioma como para poder entender la platica.

-The forest is so dangerous, because... Mad people live here. They killed my father.

Los gemelos Evans y el chico se miran de gito en gito, mientras el niño (que tiene las piernas y los pies como si fueran patas de elefante) dibuja una pequeña sonrisa y se va a jugar, pateando una pelota con sus extrañas piernas.

-Yeah, ehm, my name's Frankie -el joven, que tenía rasgos finos y tez ligeramente bronceada que hacía juego con su cabello castaño y sus ojos color miel, se presentó.

¿En serio va a hablar en inglés todo el rato? Se preguntó Richie mentalmente, para después regalarle una pequeña sonrisa a Frankie y jalar a su hermano lejos del chico.

-¿Y a ti qué te pasa? -preguntó Ty -¿no te gusta Frankie? Parece buena gente.

Se giraron para hablarle, pero lo vieron muy entretenido conviviendo con otros jóvenes que también hablaban en inglés.

Amigos suyos, pensaron.

-Sí, parece buena gente, aunque no me hace mucha gracia que su idioma natal sea el inglés -Richie hizo una mueca de fastidio.

-¡Pero si somos vecinos de Inglaterra! -Soltó su hermano mientras se reía. Definitivamente Richie era estúpido -Además, el irlandés es mucho más complejo.

-Sí, sí, arriba los irlandeses, ¡yupi!

Siguieron caminando hasta colocarse al lado de sus padres, quienes les sonrieron y siguieron caminando.

A pesar de la alegría, Richie y Ty sabían que ambos adultos estaban muertos de miedo, ¿mál formaciones, radiación? No. Ni siquiera sus viajes más alocados los prepararían para esto. Y ahí es donde ellos se daban cuenta del inmenso por que le tenían a sus hijos; y es que, a pesar de estar espantados sonreían y disfrutaban de la felicidad genuina que los adolescentes reflejaban.

Sí, eso es amor.

-

Unas horas mas tarde, los chicos estaban listos para irse de ese pueblo y visitar Prypyat, su objetivo. Sin embargo, sus padres no hacían ademán de querer acercarse al lugar, o alejarse siquiera del grupo turístico. Si nos perdemos, había dicho su madre, nos perderemos en grupo.

No, era lógico que ninguno de los dos los acompañaría a Chernónbil. También era lógico (y un poco comprensible, después de haber visto a esa gente) que ni siquiera los dejaran ir al pueblo.

Ty y Richie lanzaron una mirada a sus progenitores antes de ser jalados bruscamente hacia atrás.

-¿Siempre harás eso? -Preguntó Ty en ingles, mientras Frankie se partía de la risa junto con sus amigos al ver la cara que los dos irlandeses tenían después de susto.

-Podría, es muy divertido -dijo Frankie -Como sea, hemos preguntado al guía turístico y nos ha dicho que nos quedaremos unas horas más.

-También dijo que el tour no incluía Chernónbil. -Añadió una chica, amiga de Frankie.
-¿Qué? -Dijeron Ty y Richie al unísono.

-Hombre, eso fue demasiado extraño.

-Como sea -repitió Frankie mientras se rascaba el codo y miraba dudoso a los gemelos-, nosotros iremos al pueblo, no queda lejos. Son cuarenta y cinco minutos caminando por el bosque y apenas es medio día, alcanzaremos muy bien de tiempo y nadie se dará cuenta de que nos fuimos.

Y mucho menos los señores Evans, hay que decirlo.

-Yo voy.

Richie dio un paso hacia los jóvenes norteamericanos y le sonrió a su hermano, inspirándole confianza.

-A donde tú vayas. -Respondió éste.

Radiactivo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora