Radiactivo.

Nueve.

Okey, he vuelto a cambiar mis gemelos, y es que estos som tan achuchables y tan bellos que los he cogido, espero que les gusten... Ahora sí, corran a leer

|Ty|

¿Tienen idea de lo difícil que puede ser pedir un taxi acá en Ucrania? ¡El idioma es tan complejo!

-¡Ty, ten cuidado con eso!

-Lo siento mamá. Es sólo que estoy muy emocionado. -Susurré en disculpa; el espejo se tambaleó ante mi golpe.

Me senté en mi cama mientras mi progenitora salía de nuestro cuarto para irse al suyo que estaba justo al lado; habíamos rentado una pequeña y modesta cabañita al borde de la ciudad. Ésta era moderna, pero aún así mantenía ese aire rústico que tanto le encantaba a nuestra familia.

En su interior se encontraban dos habitaciones, la sala, el comedor, el baño y la cocina. En la sala había un gran ventanal y en la pared frente a éste una gran chimenea que daba calor a la habitación. Nuestro cuarto también tenía una ventana, no tan grande como la que se encontraba en la habitación principal; además de estar equipada con dos camas y un pequeño escritorio entre éstas.

Un traga luz se hallaba en medio del techo, que era de madera al igual que sus paredes, y que alumbraba toda la habitación por la tenue luz de la luna que entraba por la pequeña abertura. Podía dislumbrar a mi hermano leyendo en la cama continua a la mía con una pequeña lámpara alumbrando lo que el resplandor natural no podía.

-Ty, ¿puedes traerme un vaso con leche y la caja de donuts? Estoy seguro de que te vi echarla en la maleta. -Richie no despegó sus ojos de la lectura. El tono de voz burlesco que utilizó en su última oración me hizo reír. Era verdad.

-Claro, ¿algo más, jefe?

Al ver que mi hermano negaba con l cabeza, me decidí a salir en busca del encargo y así aprovechar para ver el lugar con más detalle; la cocina estaba justo al lado de la sala con el ventanal, y éste no tenía las cortinas corridas, por lo que pude ver de reojo el exterior... Esperen, ¿qué ha sido eso?

Hay algo afuera, es una sombra muy grande, y nos está vigilando muy de cerca. ¿Tiene brazos? Son demasiados. No puedo acercarme más porque mi frente ahora mismo se encuentra apoyada contra el frío cristal, pero yo sé que he visto algo.

Me acerco lentamente a la puerta principal, coloco mi mano en el plomo de ésta... Estoy a punto de abrir para serciorarme de que lo que acabo de ver no es más que una tonta alucinación. Abro la puerta.

-TY, ¿QUÉ RAYOS HACES?

-Oh, papá, había algo allá afuera y yo... Sólo me cercioraba de que todo estuviera... -Ya no recordaba por qué me sentía siempre tan asustado cuando estaba él presente.

-¡PERO QUÉ PASA POR ESA CABEZA TUYA!

-¿Ty, qué pasa cielo? -Mi madre salió de la cocina con un sartén en la mano, estaba claramente aterrorizada por los gritos de mi padre.

-Natalie, tu hijo quería salir. -Mi padre no despegaba sus ojos de mí y eso me pone muy nervioso.

No me salen las palabras para decir que yo solo quería cerciorarme de que no hubiera nada allá afuera. Pero sigo sin poder decir nada. Abro la boca una y otra vez pero de ahí no sale nada.

Entonces, y como siempre, Richie sale a mi rescate empujando a ni padre lejos antes de que me ponga un dedo encima.

-Alejate de él -dice furioso; su semblante tranquilo ha desaparecido por completo y ahora tiene los ojos entrecerrados y llenos de furia, nunca le ha gustado que nuestro padre nos levante la voz por algo tonto como la situación actual-, no lo toques, ¿me has escuchado?

Parezco una damicela en apuros porque ahora mismo estoy retrocediendo hasta que mi espalda toca la puerta. Mi hermano se pocisiona entre papá y yo con el pecho hinchado gracias al aire que está conteniendo. Cuando mi madre decide hacer acto de presencia, la sartén le da a su marido en el muslo cariñosamente y éste desvió su atención de nosotros.

-¿Por qué no me ayudas con las cosas acá en la cocina? No sé cómo pedir pizza en un lugar como éste, y todas las instrucciones están en ruso o ucraniano. -Mientras ellos conversan nosotros aprovechamos para escabullirnos sigilosamente hacia nuestro cuarto.

-

-¿Qué es lo que viste?

Richie está tirado sobre su cama mientras mi respiración empieza a ser lenta y calmada gracias a que me estoy quedando dormido. ¿Qué he visto hoy? He visto muchas cosas, como por ejemplo, aquella mujer que casi me roba mi móvil, o el niño que me piso en el aeropuerto.

-¿Te refieres a lo que vi cuando papá me riñó? -Pregunté, comprendiendo de golpe a que se refería. Mi hermano asintió. -Vale, vi algo, un cuerpo o algún animal que estaba fuera, escondido en los arbustos que están frente al gran ventanal. Aún no entiendo que hacían ahí.

-Tal vez solo estaban asustados, la mujer que nos rentó esto dijo que llevaba un tiempo abandonada -Richie parecía también estar a un paso del mundo de los sueños: hablaba lento y bostezaba cada cinco segundos. También parecía buscarle la lógica.

-No se escondían, nos observaban, Richie.

La risa melodiosa y cansada de Richie se escuchó como un susurro en el silencio que reinaba en la habitación.

Asintió de nuevo, pero esta vez como si se estuviera burlando de mí y de mis teorías.

-Claro Ty -me tiró un almohada antes de susurrar:- mejor ve a dormir.