||Kaj||
Seguía en shock, ¿cómo Jefe había podido hacerle eso a Tabith? ¿Cómo se lo tomaría Mikaela? Algo era seguro: Me culparía solamente a mí.
Y por eso me sentía tan mal. Era verdad.
Yo maté a Tabith.
Bueno, la radiación lo hizo primero, pero yo le remate. En serio, ahora me sentía muy mal conmigo misma por haberle hecho eso, y estaba segura de que Mikaela me odiaría para siempre.
Incluso, y conociéndola, hasta intentara matatme; quién sabe.
La roca en la que me encontraba se había vuelto mi sofá preferido y definitivamente no iba a levantarme de ahí. Me puse gritar tan fuerte, que mis cuerdas vocales se hubieran desgarrado, grité tan fuerte que los chicos pudieron escucharme. Pudieron localizarnos gracias a mí y mi... Ataque.No podíamos seguir aquí.
En un momento dado, decidí que lo mejor era irnos; levanté mi cuerpo, y les indiqué el lugar a donde debíamos ir.
Ciertamente, su disponibilidad me ponía los pelos de punta y me hacía estar alerta.
Estaba segura de que me atacarían en un momento dado. Y si eso pasaba, tendría que defenderme; eso no les gustaría.
Está bien, puede que no supiera pelear muy bien, pero yo podía comer carne humana.
Sumándole el hecho de que yo no sentía dolor y ellos sí.
Ser alguien medio muerto tenía sus ventajas.
Horas después de ir caminando sentí como los chicos se desplomaban a mis espaldas, indicando que estaban cansados. Uno de ellos se acerco a mí para confirmar mis sospechas. Así que decidimos descansar y reponer energías; sin embargo, yo aun no estaba cansada y no podría dormir sabiendo que un Jefe corroído por la rabia nos estaba buscando. Dado a esto, fui la primera en ofrecerme para tomar una guardia.
Richie, un gemelo, quedó para despertarse a media noche y seguirle él, pero, cuando llegó el momento de hacerlo, él estaba tan cómodo que no quise despertarlo: parecía que acababa de dormirse cuando fui a moverlo.
Al amanecer, me pareció muy innecesario el seguir aquí, tumbados, pero ellos seguían tan dormidos que mi corazón se ablandó (otra vez) y los dejé unos minalimentando.Para no perder tiempo comencé a buscar algún palo grande y resistente; haciendo pruebas con los que iba encontrando (tirándolos contra la tierra o algún tronco) encontré a la rama ganadora. Ésta era del tamaño de mi brazo, resistía impactos y terminaba en pico, así que me serviría para lo que quería hacer. Comencé a caminar hacia un lago en el cual Mikaela, Lin y yo solíamos venir a pescar cuando la situación en el pueblo era mis extrema.
El recordar a Mika hizo de mi corazón un puño, y un agujero se abrió en mi estómago al imaginarme el odio que ahora mismo Jefe estaría alimentando, y el odio que él mismo me tendría.
Contaba conmigo y yo lo defraude. Cambie a mi pueblo por un puñado de caras bonitas que probablemente estent haciendo una lluvia de ideas titulada cómo matar a Kaj con un pedazo de corteza.
-Si sigues así al final no pescarás nada y todos moriremos de hambre -me dije a mí misma.
¿Por qué estaba tan melancólica?
Observé los peces en el pequeño, pero profundo, lago y luego dejé caer la lanza sobre uno, atrapándolo.
Cuando se fue haciendo más difícil tuve que meterme en la frías aguas e intentar tomarlos con mis propias manos.
-
Al volver con las manos llenas y el vestido mojado, me sentía convencida de que haberlos salvado era la decisión más importante que había tomado. Además de que era correcta.
Siempre me había dejado llevar por Jefe o Togha, siempre teniendo miedo de que se volvieran en mi contra o de que me alejaran del grupo; pero ahora están aquí, conmigo, corriendo el riesgo de morir.
Vi a mis rescatados en un pequeño grupo junto a un árbol, corriendo la mirada de un lado a otro, como si estuvieran nerviosos.
Tal vez lo estaban, me dije a mi misma. Era una tonta, porque era obvio que estaban nerviosos, o... bueno, si a mí me dejaran sola en un país que no conozco, que no sé el idioma y encima, en medio de un bosque yo también me pondría de los nervios.
Al verme, el trío se levantó bruscamente y se encaminaron hacia mí, en un falso intento de parecer calmados, pero en su rostro se leía la expresión de alivio.
-Pudieron haber hecho una fogata -les dije divertida, y a modo de disculpa también. Nadie se rió.
Los extranjeros se movieron hacia las profundidades del bosque para poder recoger madera y así cocinar la comida; mientras ellos hacían eso, yo me dediqué a quitarle las espinas a los peces.
Minutos después escuché gritos provenientes de algún lugar en el bosque y me alarme.
O los habían encontrado ellos, o los había encontrado un animal. Por estos bosques habitaban muchos animales tanto peligrosos como desconocidos.
Pero ¿en qué estabas pensando? ¿cómo has podido dejarlos ir solos? Necesitan de ti para que los cuides, o mínimo para que respondas por ellos y...
De todas maneras, no debería estar hablando contigo. Tengo que ir a por mis refugiados.
Okey, puede que la palabra refugiados no sea la mejor para nombrar a los extranjeros, pero era malísima recordando nombres y realmente no se quedarían por tanto tiempo.
O al menos eso era lo que yo esperaba.
Bueno Kaj, ¿te quedarás aquí hablando con tu cabeza, o irás por ellos?
Dicho/pensado esto me dispuse a caminar con rapidez.
Esperaba que nadie hubiera resultado lesionado y si así era, que sus golpes no fueran tan graves, ya que estaban muy tocados de salud como para recibir algún golpe más.
Un gemelo tenía la pierna torcida, otro tenía lesiones mínimas y su amigo un brazo mordido.
A ver, no, si alguien de mi clan te mordía no te convertías en uno de nosotros... Pensándolo bien, no sobrevivías para contarlo una vez que Jefe probaba tu carne
Caminé seis metros antes de encontrarme con el causante del grito: una pelea entre mis refugiados.
Uno de los gemelos está contra un tronco, mientras que su amigo lo aferra por el cuello, cortando así su respiración. El otro gemelo era el que gritaba intentando salvar a su hermano.
Era lo único que podías hacer si tenías una pierna medio inservible (y digo »medio« porque aún podía apoyar y caminar con ella); pero en fin, en cuanto me vio dejó sus quejidos y se fijó en mí. Su boca formó una "o" cuando salté sobre uno de los chicos y lo derribé, posisionándome sobre él e impidiéndole levantarse.
El chico comenzó a moverse frenéticamente, intentando escapar, pero no iba a dejarlo ir tan fácil.
Cuando el chico se dignó a mirarme, yo lo atravesé con mis ojos. Duros, oscuros y negros. No sabía por qué de pronto estaba tan molesta.
-No peleen -ordené.
Salí de encima suyo, caminé de vuelta al lugar donde había dejado la comida y me senté de nuevo en la tierra a seguir preparando el pescado, sintiéndome más poderosa y segura que antes.
ESTÁS LEYENDO
Radiactivo.
Science FictionCuando la radiación comienza a azotar en Prípiat, el gobierno ruso se da cuenta de que no puede mantene más el secreto de la catástrofe nuclear que ha ocurrido en Chernobyl y decide evacuar a todos los habitantes... O al menos, eso es lo que se pien...