❄Capítulo Catorce❄

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Me hubiera gustado vivir más contigo, me hubiera gustado ser el amor de tu vida, y que tú hubieras sido la mía, porque te juro que yo si soñaba con envejecer a tu lado, hacer de nuestras vidas una plena felicidad. Pero las cosas no siempre salen como uno planea, a veces el otro no sueña igual que tú.

Y eso duele.

-SAM CHEV

27 de diciembre.

Creo que haber despertado sobre su pecho, mientras él me rodeaba con sus brazos, fue la sensación más rara, nueva y dulce para mí.

No puedo negar que no sonreí como idiota al verlo plácidamente dormido mientras con mi mano acariciaba su barba de días, aunque mi mente me reprendía por dejar que las cosas fueran tan rápido, pero no me importa, solo quiero disfrutar los momentos que la vida me está brindando. Y aunque suene loco, eso es algo que ha rondado mis pensamientos, ¿Esto será duradero? ¿Cuándo acabará? ¿Un mes? ¿Dos? No sé, solo espero estar preparada cuando ese momento ocurra.

Pongo algo de música en mi laptop, esperando que cargue la dejo sobre el mesón de la cocina, ya que el Internet que nos ofrecen el todo el edificio a esta hora es algo lento. Son las siete de la mañana, y solo me queda una hora para entrar a trabajar, así que necesito apresurarme y despertar al dormilón.

La canción "Human" inunda su melodía en la cocina, así que como la cantante de ducha que soy, empiezo a tararear la letra de la canción, sintiendo la nostalgia con algunos párrafos. Coloco el sartén con un poco de aceite para fritar unos huevos y hacer unos sándwich de jamón y queso.

-No me quejaría si todas mis mañanas son así -pego un brinco en mi lugar y me giro para mirarlo recostado en la pequeña pared que divide la sala de la cocina.

Intento responder algo, pero quedo muda al ver su torso desnudo, dejando muy claro lo que pensé anoche, sus brazos y abdomen bien marcados. Termino mi descarada inspección y noto en sus labios una sonrisa divertida.

El olor a quemado me hace reaccionar y me volteo rápidamente apagar la cocina. No sabia lo nerviosa que me encontraba hasta que me fije en mis manos y las vi temblar. Suelto un quejido al sentir sus brazos rodearme completamente.

-Me encanta causar ese efecto -susurra en mi oído, logrando erizar mi bello.

-Yo... -intento hablar pero las palabras parecen haber desaparecido de mi mente al sentir un beso en mi cuello. Cierro los ojos y le doy mas acceso a la nueva sensación, mientras él va dejando un camino de besos y sus manos van subiendo de mi estomago a mis senos.

-Hermosa -susurra con voz ronca.

-Sebastián -suelto su nombre en un hilo de voz.

Un golpe en la puerta interrumpe el intenso momento, por lo que él se aparta sutilmente de mí dejándome con la respiración agitada. Abro los ojos y me giro para decirle que se aliste para irnos, pero él ya no está.

-Emily Roberts, ábreme la puerta en este instante -escucho la voz de Lucía del otro lado de la puerta.

Maldigo internamente al escucharla, y por su tono de voz no se oye muy contenta. Tomo una respiración profunda y me encamino hacia la puerta, no sin antes mirar a todos lados y ver si Sebastián está a la vista. Abro la puerta y si bien no la termino de abrir cuando Lucía entra por ella haciendo resonar sus tacones.

-Hola, Lu...

-Quiero una explicación -me interrumpe tosca mente tendiéndome una revista con una foto de mí y Sebastián ayer afuera de la empresa.

Cierro la puerta y tomo la revista entre mis manos para leer parte del articulo. Yo sabía que esto en cualquier momento iba a ocurrir, solo que no pensé que tan pronto.

Una Navidad Para Recordar❄ 1°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora