28 de Diciembre.
Nunca se supera la muerte de un ser querido, solo se aprende a vivir con ello.
Con el hecho de no volverle a ver más.
-¿Tienes hambre? -pregunta Sebastián llegando a mi lado.
Niego.
-No tengo hambre -respondo con voz ronca -.Solo tengo unas inmensas ganas de llorar.
-Preciosa, necesitas comer algo .- acaricia mi mejilla -.Necesitas dormir.
-Eso no pasará. Es mi mejor amiga la que ahora está ahí entubada. No puedo dejarla otra vez.
- Entiendo. - asiente regalándome un beso en la frente.
Los padres de Patricia están en unas sillas apartados de nosotros, veo claramente como se abrazan, dándose palabras de animo de que todo estará bien. Sebastián anoche no demoró en encontrarme, por un momento pensé que me reclamaría por haber desaparecido, pero todo fue lo contrarío, me abrazaba y susurraba que todo iba a estar bien.
No fue hasta la madrugada que el doctor salió para decirnos que la operación fue un éxito, pero que ella había quedado muy delicada ya que la bala perforó su pulmón izquierdo, y fue un milagro que la ambulancia haya llegado a tiempo, sino hubiese sido muy tarde. Cuando escuché todo me derrumbe a llorar, sintiendo la culpa por no haberla detenido o haber insistido mas.
Minutos después llegó la policía a preguntarnos cosas sobre Lucía, si sabíamos con quién se encontraba, si tenía novio... Lucía fue herida en una cafetería que queda en el centro de la ciudad, empleados y algunas personas que se encontraban en el lugar aseguran que ella se encontraba con una mujer pelirroja muy elegante, pero no saben a ciencia cierta quién es y si esa persona tuvo que ver con lo que pasó, ya que dicen que el disparo llegó de la nada; yo conté mi versión, que ella dijo que tenía una cita temprano pero no me había especificado si era hombre o mujer.
La policía nos aseguró que harían lo posible por saber lo que pasó, que abrirían una investigación, y amablemente agradecimos. Desde todo el trayecto que he estado aquí Sebastián no me ha dejado, y le he insistido que se vaya que no quería causarle más problemas con su padre, pero él se negó.
-Ella estará bien, ella estará bien - susurro para mí misma. Sebastián me aferra mas a él.
-Necesito verla -escucho decir a la madre de Lucía al ver al doctor de anoche acercarse.
Me separo de Sebastián y comino hasta ellos. Nos explica que solo uno podemos verla, ya que su estado es delicado; los padres de Lucía me miran a mí, y me aseguran que sea yo la que tenga la oportunidad de verla ya que ellos no serían capaz de verle sin derrumbarse. Asiento sin mas y el doctor me dice que le siga.
Antes de alejarme Sebastián me regala un casto beso en los labios y me dice que cuando salga él estará ahí. Mientras camino detrás del doctor, este me da instrucciones de no alterarme, de que ella puede oírme mas no hablar, que no toque algún aparato...Cuando se detiene frente a una de las puertas la abre y me deja ingresar.
No pude evitar que un jadeo se escapara de mi boca, mis ojos sin aviso se empañaron de lagrimas al verla acostada con tantos cables y inyecciones en su cuerpo. El doctor cierra la puerta y yo tapo con mi mano mi boca mientras con pasos lentos llego a su lado.
-Mi Lu-digo con voz quebrada.
La maquina marca sus latidos pausados. Debajo de sus ojos unas bolsas se notan, sobre su nariz y boca hay una mascarilla, sus labios se pueden ver morados; tomo su mano izquierda con cuidado de no hacerle daño, al hacerlo rompo a llorar como una niña pequeña, susurrando cuanto lamentaba haberla dejado sola en sus momentos difíciles cuando ella sin importar que ha estado en los míos.
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Una Navidad Para Recordar❄ 1°
Teen FictionEmily Roberts ha sufrido de burlas gracias a su peso y contextura desde que tiene uso de razón, pero no fue un impedimento para dejar su futuro de lado y trabajar para cuidar de su madre enferma, la única familia que le quedaba. Ella busca trabajo e...