Sebastián
Salgo del auto, caminando hacía la entrada del gran edificio frente a mí, de ese lugar donde pasé mis mejores y peores momentos.
Al ingresar las miradas de algunos empleados se posan e mi persona, mientras los cuchicheos no se hacen esperar. No presto mucha atención, solo me dispongo a buscar el elevador para ir hasta mi oficina.
La empresa "Cannon", una de las empresas de fotografía más imponente en el estado de California. Lugar donde grandes estrellas vienen por nuestros servicios, donde somos reconocidos casi a nivel mundial gracias a las mejores revistas.
Mamá siempre decía que yo sería el dueño y jefe del lugar cuando ya papá y ella no estuvieran, aunque yo me rehusaba a ello, ya que sabía que yo estaba hecho para otras cosas, menos para el negocio familiar. Pero tras la muerte de mamá mi padre junto con Patricia me convencieron en seguir con el negocio, y solo por mi madre lo hice, solo por seguir uno de sus legados quedé estancado aquí.
Ingreso al elevador, ese con esa música navideña, que nos recuerda que dentro de unos días este año se va y otro viene, con mejores cosas, nuevos proyectos, nuevas metas. Una sonrisa triste se dibuja en mis labios al ver como los años pasan, dejándome con daños emocionales fuertes, dónde los recuerdos todavía persisten como si todo hubiese pasado ayer.
La sangre en sus muñecas.
Mis gritos.
Su cuerpo inerte.
Al llegar las puertas se abren dándome paso para empezar a caminar por el angosto pasillo. Al llegar a la puerta ni siquiera toco para entrar.
-¿Y los modales? -pregunta mi padre de manera reprobatoria mirándome desde su silla.
Cierro la puerta tras de mí y me fijo que en el sofá está sentada Patricia, llevando a sus labios esa copa con vino en ella.
-Padre - saludo tomando lugar al lado de esta.
Ella me regala una sonrisa de boca cerrada, la cual no correspondo.
Me fijo en mi padre, ese hombre imponente con su mirada fría y vacía.
-Déjame solo con tu hermano -ordena fijándose en Patricia.
Esta deja la copa sobre el escritorio, y de mala gana se levanta para salir de la oficina, no sin antes cerrar la puerta de un golpe.
Al vernos solos posa su mirada nuevamente en mí, recargando sus codos sobre el grande escritorio.
-¿Quién es la chica? -pregunta curioso.
-La nueva secretaria.
-Sabes que nunca me ha gusta que me desobedezcan -dice en tono suave, cosa que me hace alertar -.Me alegro de que mi hijo sea un caballero, en sacar a la pobre damisela en apuros para llevarla al hospital, ya que con alguien mas no pudo hacerlo -su tono de voz va cambiando a medida que sigue hablando.
-Si esto es por eso, creo que esta conversación está fuera de lugar -respondo sintiendo un nudo en la garganta ante los recuerdos.
-¿Sabes lo que más me parece curioso? -pregunta ignorando mi comentario -.Que esta chica se parezca tanto a Eli...
-No te atrevas a mencionar siquiera su nombre -escupo con odio.
Él solo sonríe de manera triunfante. Acaba de lograr lo que quería, molestarme y verme débil.
-¿Todavía con eso, Sebastián? -pregunta burlón recostándose y cruzándose de brazos.
-¿Terminaste? - pregunto ya cansado, en medio de una marea de emociones.
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Una Navidad Para Recordar❄ 1°
Roman pour AdolescentsEmily Roberts ha sufrido de burlas gracias a su peso y contextura desde que tiene uso de razón, pero no fue un impedimento para dejar su futuro de lado y trabajar para cuidar de su madre enferma, la única familia que le quedaba. Ella busca trabajo e...