𝐒𝐄𝐑𝐀𝐅𝐈𝐍𝐈 | Kaz Brekker¹ ✔

𝕻𝖔𝖘𝖈𝖗𝖊𝖉𝖎𝖙𝖔𝖘 |𝔓𝔞𝔩𝔞𝔠𝔦𝔬 𝔡𝔢 ℌ𝔦𝔢𝔯𝔯𝔬➌

ᴋᴇᴛᴛᴇʀᴅᴀᴍ, ᴄᴀʙᴀʀᴇᴛ "ᴘᴀʟᴀᴄɪᴏ ᴅᴇ ʜɪᴇʀʀᴏ"

—Amar suena muy hermoso—le comenta Nie a Hwaxin que estaba por levantarse. —Nunca he amado a nadie, y nadie me ha amado a mi—confesó.

Hwaxin le dedico una sonrisa a su amigo.

—Tal vez todavía no llega tu persona ideal, yo no me di cuenta—dijo. Nie vio a Hwaxin con alegría, el le sonrió.

—Rezaré por tu felicidad con el señor Brekker, linda Xin—junto las palmas frente a Hwaxin.

Agradecida y dada por terminada la conversación se dispuso a irse, dejándolo en la oficina.

Nie espero un poco para también retirerse.
Decía la verdad cuando dijo que nadie lo había amado, no de verdad, amaban la fantasía de que fuera una deidad y amaban el hecho de que con Nie hacían una fortuna.

Fue a su habitación en el último piso, ahí hacia las medicinas para Hwaxin, ella necesitaba más de lo que Nie y LI había bebido, el cuerpo de la chica estaba muy mal, pero la mente de Nie era muy brillante, desifro como detener el deterioro de los Serafini.

Nie se acerca a un frasco que tenía huesos triturados, estaba tomando los ingredientes para la medicina del día siguiente de Hwaxin.

Llevaba ya un tiempo creando la mezcla hasta que escucho a alguien abrir la puerta, volteo y era Li, al parecer ya se había desecho de Pekka.

—¿Como te fue con el señor Rollins?—le preguntó Nie amable. Li solo encogió sus hombros y fue a donde estaba el.

—No creo que me vaya a dejar en paz, ¿más medicina?—pregunto Li.

—Ella estaba muy dañada, y sigue estando, necesita más días de tratamiento para que su cuerpo reconozca y fusione la medicina con su cuerpo—explico.

—¿Como se te ocurrió usar ese ingrediente?—pregunto viendo el frasco con los huesos.

—Había una antigua creencia entre los Grisha. La escuché sientos de veces en las trincheras; si lograbas fusionar los hueso Serafini con los Grisha puedes hacerte inmortal—contó mientras calculaba los demás ingredientes. —Cuando comenzó mi deterioro necesitaba una solución y me dije, ¿porque no usar los huesos de Grisha como medicina? Si ellos obtienen inmortalidad con nuestros huesos, hay que usar los suyos—

—Estas demente—le dijo sonriendo.

Paro un poco, y vio a Nie mezclando los ingredientes.

—Esa es otra razón para que Xin no vuelva con el cuervo—comento Li. Esto hizo que Nie se detuviera y le hechara su mirada a su compañero.

—No lo permito—dijo el.

—Piénsalo bien, Nie—le dijo recargandose en su mesa. —Si la medicina funciona, para todos. Xin tendrá que ver morir a Kaz—explicó. Nie seguía negando.

—Me niego a intentar convencerla—impuso Nie. —La he visto cuando habla de él, se le iluminan sus ojos, es su felicidad. No le puedo quitar eso—

—Tu no le vas a quitar nada, Nie. El tiempo si—

Ambos se quedaron viendo uno al otro. —No le hagas eso—pidió Nie. —Todavía no sabemos si realmente ganaremos la inmortalidad con la medicina. No pienses antes de que pase—

—Cuando pase, Kaz será un anciano moribundo y Xin una joven dama cuidando de la pasa arrugada—comento.

—Deja de querer amargarle la vida a la niña, Li—le pidió.

Despues de la propiesta, Li se quedó callado hasta que vio cuando Nie terminó de hacer la medicina.

—Me preocupa Hwaxin—confesó viendo al suelo. Nie lo escuchaba. —Ella merece lo mejor del mundo. Siempre fue la niña más tonta de todas... creía que todos eran buenos y veía luz en todo—dijo. —No quiero que sufra—

—Ya no es una infante, Li. Nosotros no somos nadie para cuestionar nada, tu sabes lo que te pasó y yo nunca encontraré a mi silli—le dijo mientras que Li estaba atento a lo que hacía Nie. —Dejemos que Hwaxin Brigga elija su destino y en cualquiera que elija yo la apoyare—

—¿Crees que pensara lo mismo si se entera de que es su medicina?—le preguntó sarcástico Li. El otro agachó la cabeza.

—Es por eso, que no le dirás—advirtió sonriendo como siempre, amable. No era una risa maligna como la de Li. —Y cuando sea el momento... dejaras que vea a Kaz Brekker, de lo contrario, te mataré mi querido amigo—lo amenazó. Li no se inmutó y le devolvió la sonrisa.

—¿Porqué proteges tanto a Kaz Brekker, mi querido amigo?—le preguntó síndico.

—Protejo la alegría de la niña—

—¡No puedes ser tan hipócrita! No sabes si el realmente la hace feliz—le reclamo con su sarcasmo atacante.

—Que tu silli no te haya amado, eso no significa que el de ella no pueda—

Las palabras de Nie se clavaron en su pecho como un par de flechas, se borri su sonrisa y evadió la mirada, estaba derrotado. Nie lo había derrotado.

—Tu que vaz a saber, ni siquiera tienes un silli ¿como podrías tan siquiera saberlo?—respondió desmoronando a Nie.

Eran dos opiniones distintas, a Li, su silli no lo amaba, lo vendió, y Nie había muchas personas que decían amarlo, pero ninguno era su silli.

—Al final, solo será decisión de Hwaxin. Dejala qué se equivoque, forma el carácter hacerlo—le comentó Nie viendo a Li.

Li se fue poco después no antes de invitarlo a cenar.