𝕮𝖆𝖕 10. |𝕬𝖛𝖊

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Creo que estoy confundida. Mi mente se pone extraña cada vez que veo a Kaz. Es diferente cuando veo a Jesper o a cualquier otra persona. Mi vista analítica siempre me a hecho malas jugadas. Personas insignificantes parecían más profundas cuando les hechaba un vistazo mejor. No creo en nada que no pueda ver... y esto no lo puedo ver así que no es nada, tal vez es cariño por mi salvador.

 y esto no lo puedo ver así que no es nada, tal vez es cariño por mi salvador

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Estaba en la barra, tomo como dos tragos y después vio venir a Jesper.

—Vaya, nunca te había visto dispuesta a embriagarte— le dijo Jesper viéndola con la botella.

—Claro que no. ¿Quieres?—le pregunto. El dijo que si, tomó un vasillo y comenzó a servirle, pero antes de que se lo pudiera tomar llegó Inej y se lo bebió ella.

Necesito mucha fuerza de voluntad para no hecharse a reír en frente de Jesper.

—No tiene ni idea de cómo cruzar—dijo Inej.

—Está pensando—dijo Hwaxin, mientras salía de la barra.

—Oye ¿y el trago?— pregunto Jesper mientras la veía salir.

—Pídelo. Ese no es mi trabajo— respondió caminando afuera. Quería hacer algo antes de que a Kaz se le ocurriera una maravillosa idea para cruzar la sombra.

Tenía varios problemas, una era la posición de Inej, la otra era el derecho de esclavisar a los Serafini y el otro era encontrar una manera segura para pasar al otro lado y volver a salvo antes del amanecer.

Se dirigió al burdel donde estaban sus amigas, Adela, Belle y Nora. Ella fueron de mucha ayuda con variós trabajos de Hwaxin. El trío estaba contenta de que la Serafini fuera su propia dueña y que tuviera un trabajo tan bueno... o algo así.
Siempre le hacían bromas sobre su jefe y su compañero Jesper, incluso sobre Inej, claro ella negaba todo.

Las tres eran muy discretas, ahora les llevaba un regalo: dinero y muchas preguntas.

Cuando llegó la recibieron muy alegres, platicaron muy poco ya que sabían que Hwaxin era una mujer ocupada.

—Sabes, ahora que lo recuerdo, creí que había alguien que podía cruzar y volver—comento Belle.

—De hecho, conozco a una mujer hace poco que llegó con su hija a Ketterdam, era obvio que no era de aquí—agregó Nora.

—¿Tienen idea de dónde está?—pregunto Hwaxin.

—Eso si no se—respondió Nora pero, Adela abre los ojos muy grandes y llama la atención de todas.

𝐒𝐄𝐑𝐀𝐅𝐈𝐍𝐈 | Kaz Brekker¹ ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora