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Esta mañana al despertar ví una nota que pasaron por debajo de mi puerta la cual esta trabada y además tiene una silla por debajo de la chapa para evitar que la abran, al desdoblarla leo la caligrafía apresurada de mi mamá.

 ''Sara hoy es tu prueba de aptitud y sé que todo saldrá bien porque eres increíble, estoy orgullosa de ti, y sé que tu padre también lo estaría al ver a la chica en la que te estas convirtiendo. Ya sabes que estoy en los cultivos, espero vayas a verme cuando regreses.

                                                                                                                                                          Te ama, mamá.''

Sonrío y guardo la nota debajo de mi colchón. Dieciséis años, estuve esperando con ansias que llegara esta etapa, por fin tendré la opción de elegir a dónde huiré de aquí. No es que no me guste mi facción, sé que mi corazón es o al menos se adoctrinó a ser cordial. Y amo todo lo que hacemos aquí... todo sería perfecto si no estuviera él aqui.

---¡Sara!---escucho a mi hermano gritar del otro lado de la puerta mientras trata de abrirla, cosa que no logra por obvias razones.

Le hago rápidamente dos coletas a mi cabello café con rapidez y me acerco a la puerta.

---Buenos días---mi voz tiembla un poco.

---¿Por qué trabaste la puerta?---pregunta con un tono peligroso.

Quito la silla y el seguro con silencio, la pongo frente al tocador y me siento.

---¿De qué hablas? La puerta no tiene seguro---trato de sonar convincente mientras me miro a los ojos a traves del espejo.

Él abre la puerta lentamente y yo trato de controlar mi respiración, la cual quiere empezar a acelerarse. Trato de perderme en lo oscuro de mis pupilas dilatadas de la ansiedad, pero por el rabillo del ojo veo su camiseta amarilla sin abotonar. Lo cual hace que me tense. Se pone detrás de mi y evito mirar su reflejo en el espejo, pone sus manos en mis hombros y me quedo petrificada del miedo a lo que pueda hacer.

---Ya te e dicho muchas veces que lo siento.---dice cansado, sigo con la vista fija en mi misma---¿Ahora vas a fingir que eres sorda?

Niego con la cabeza y el aprieta mis hombros con demasiada fuerza, me agita y alza la voz.

---¡Di algo maldita sea! Sigues siendo mi hermanita.

---Claro, tu hermanita.---digo algo asustada pero con alivio cuando deja de agitarme y relaja el agarre de sus manos en mis hombros, hace algunos años ese gesto me habría causado risa y habría sentido su cariño fraternal, y cuando se disculpara por no haberme escuchado cuando le dijera que se detuviera... que parara de agitarme asi, lo habría perdonado.

Pero él sabe que ya no soy una niña, ambos sabemos que dejó de jugar infantilmente conmigo hace mucho y yo sé que no soy lo suficientemente cordial como para perdonarlo rápidamente y dejarlo en el pasado, como mi facción enseña, ''perdonar y olvidar para evitar el conflicto''.

---Yo... solo quería desearte suerte en tu prueba de aptitud, aunque no la necesitas, se que saldrá cordialidad, es tu escencia---me dice tratando de sonreír

---Claro, como la tuya también.---miro a su reflejo a los ojos, es como ver los ojos claros de mi madre y sonrío amargamente, su intento de sonrisa se esfuma me suelta los hombros y sale de la habitación dando un portazo.

Por fin puedo respirar con tranquilidad, me pongo mi blusa amarilla y mis pantalones rojos, termino de atar mis zapatos cafés y para evitar ver a mi hermano Sam al salir de la casa, salgo por mi ventana.

Mientras recorro mi facción para subir al autobús que nos llevara a todos a la prueba de la aptitud paso por algunas familias con padres que ríen y sonríen a sus hijos, aconsejándoles sobre sus experiencias con la prueba de aptitud y transmitiéndoles la confianza de que sin importar su resultado pueden elegir cordialidad para quedarse. Un poco de envidia me recorre el cuerpo, mi padre murió de lupus hace casi un año, sus pulmones estaban realmente mal y no pudo seguir resistiendo... mi madre esta bien pero prefiere ocuparse en los campos de cultivo, no la culpo se lo mucho que amaba, lo mucho que sigue amando a mi padre y la tristeza que debe sentir al estar en casa sin el, sigue viviendo su duelo a su manera.

Alguien me abraza de costado y al ver a mi amiga Lucy le sonrío, y caminamos abrazadas hacia donde todos esperan el autobús.

---Sara, ¿qué pasa por que no te vino a despedir tu mamá?--- me pregunta 

---Ah, ya sabes, tuvo que ir a los cultivos temprano.--- respondo rápido antes de que pregunte también por mi hermano---¿Qué hay de ti, estás nerviosa?

---No realmente, no me importa si mi resultado no da cordialidad, cosa que dudo que no dé, elegiré volver aquí, es mi hogar.

Hogar, por supuesto que lo a sido pero, no me quiero quedar aqui toda mi vida, quiero empezar de cero ,quiero conocer otro estilo de vida, quiero algo que me haga sentir viva y sin miedo constante. Llegamos rápidamente a la parada justo cuando llega el autobús, al cual no tardamos en subir.

Dentro del autobús hay algunos chicos y chicas de abnegación, los cuales no dudan ni un segundo en ceder sus asientos a todos los cordiales que acabamos de subir,mis ojos encuentran a un chico algo alto y flaco de cabello negro y ojos azules, uno de los abnegados por supuesto, su ropa gris le queda algo grande.

Supongo que siente mi mirada porque nuestros ojos se encuentran por una milesima de segundo antes de que él la desvíe, tiene una expresion bastante seria y rara, hasta para un abnegado. Su cara me suena de algún lado pero no logro  recordar de donde.

El autobús sigue avanzando y Lucy me pellizca el brazo para que le agarre el hilo a la conversación que esta teniendo con otras chicas de nuestra facción.

Heartiness | CuatroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora