II

552 40 7
                                    

Después de escuchar el discurso sobre porqué tenemos facciones para mantener la paz y de que a pesar de el resultado de la prueba de aptitud mañana en la ceremonia de elección podemos elegir la facción que queramos, me nombran para entrar a la sala donde me someteré a mi prueba de aptitud, entrecierro un poco los ojos porque a pesar de estar acostumbrada a la fuerte luz del sol sobre mi trabajo en los campos de cultivo, esta luz siendo artificial me deslumbra de manera diferente, la chica de osadía que va a hacerme la prueba, me señala con un movimiento de su cabeza que me apresure a sentarme en la silla.

Al sentarme la observo servir el suero que me dara para entrar a la simulación, observo con atención sus tatuajes que son demasiado llamativos y lindos, distintivos de la gente de osadía.

---Mi nombre es Tori--- dice, lo cual desvía mi atención de sus tatuajes--- Normalmente los voluntarios de osadía no les hacemos la prueba a chicos de otra facción que no sea abnegación, pero el voluntario abnegado que te la haría se enfermó y aquí me tienes.

---Pues mi nombre es Sara y que suerte tengo, estoy segura de que él se la habría pasado siendo pesado preguntandome cómo estoy y si estoy lista para entrar a la prueba, animándome como buen abnegado, eso es demasiado hasta para una cordial.

Ella sonríe, a pesar de que lo que dije no es realmente divertido.

---Bueno, tendrás diferentes opciones y dependiendo de tus elecciones nos mostrarán cuáles son tus aptitudes y a que facción son mas aptas hasta mostrarnos al resultado final.

Sonrío y asiento algo nerviosa, pero con curiosidad de saber si mi resultado final sera cordialidad como todos esperan que lo sea o si hay otra alternativa. Tori se acerca a mí, me conecta los electrodos a la cabeza y me da el suero que tengo que beber, cierro los ojos me tapo la nariz para no saborearlo y lo paso de un trago.

Abro los ojos rápidamente pero Tori ya no esta junto a mí, bajo de la silla y miro hacia arriba, me encuentro bajo las brillantes luces artificiales, comienzan a darme calor, tanto así que la primer gota de sudor rebala con rapidez por mi sien.

---Elige--- escucho la voz de la líder de erudición, Jeanine Matthews

Frente a mí aparecen dos mesitas, una con un cuchillo y una con un queso, pienso en agarrar los dos por si esto dura mucho y me da hambre o el cuchillo porque no sé si me tendré que enfrentar a algo, estuve a nada de acercarme a agarrar ambos cuando recuerdo el peligro de los divergentes, personas de las cuales mi padre siempre me había contado en secreto, personas con aptitud para mas de una facción, considerados indeseables y que ninguna facción quiere por el miedo a lo que la divergencia pueda provocar en las facciones, a alterar la paz.

No puedo elegir ambas si cada una significa una aptitud a diferente facción. Escojo el cuchilo, una vez que lo tengo en mis manos, las mesitas desaparecen. Escucho las puertas abriéndose y veo entrar corriendo a un perro demasiado grande ladrándome, acercándose cada vez más a mí, sé quedo debo matarlo , la culpa quiere llegar a mí por hacerlo, pero recuerdo algo ''esto no es real, no es ningún perro real'' saber eso me da la confianza de hacerlo.

El perro me salta y yo le hago una herida profunda en el cuello, cierro los ojos y retrocedo, quiero llorar cuando lo escucho llorar como cachorro. Me tropiezo con mis propios pies y sin abrir los ojos caigo de espaldas al piso, siento la sangre caliente del perro en mis mejillas y en mi brazo. Abro finalmente los ojos y el techo es diferente, no son las luces brillantes de la sala.

Me siento y afianzo mi agarre en el cuchillo, estoy en el suelo de un autobús ahora, en uno de los asientos esta un hombre, de blanco y negro, ropa característica de los habitantes de la facción de verdad. Está leyendo el periódico, el cual cubre su rostro, me pongo de pie y espero a ver que es lo que ocurrirá ahora.

---Hola--- dice mientras aparta el periódico de su cara, lo que me permite ver que tiene quemada la mitad del rostro.---¿Conoces a este chico?--- me pregunta mientras me muestra una foto del periódico, una foto de un chico de cabello negro y ojos azules... el chico de abnegación.

No sé su nombre, sólo lo vi en el autobús y en la sala donde esperamos a que nos llamen para la prueba de aptitud, sentado junto a sus compañeros en la mesa de abnegacion.

---No, no lo conozco--- digo con firmeza

El entrecierra los ojos y me examina. Yo trato de ponerme seria y que mi cara no le revele que miento.

---Soy de verdad, ¿esperas que no reconozca tu mentira?--- dice y se acerca a mí.---Este chico me quemó el rostro y saber su nombre me ayudaría a... hacer justicia, ¿sabes? diente por diente, ojo por ojo es esto.

Trago saliva, pero el nudo que se hizo en mi garganta no se va. No conozco al chico como para decir que el jamás haría algo así, pero se que al menos se crió en abnegación y ese tipo de comportamiento no va con los alturistas, además este señor a dicho sobre hacer justicia, pero mas que nada a dicho la verdad, el realmente solo querría vengarse. Probablemente herir al chico.

---Pues lamento no poder ayudarte pero realmente no lo conozco--- le digo tratando de parecer decepcionada de no poderle ser de ayuda.

---Sé que sabes quién es, tus ojos no mienten--- trata de presionarme.---Si no me dices quien es y lo averiguo por mí cuenta, haré que pagues con él como cómplice.

Está comenzando a fastidiarme, no se cuál esperan que sea mi reaccion en esta prueba. Pero no tengo que pensar más en como reaccionar porque cuando el intenta poner sus manos en mi cuello para obligarme a confesar lo golpeo con el mango del cuchillo en la cara.

---¿Qué le pasa? ¡ya le dejé en claro que no lo conozco!

El suelo se deshace bajo mis pies y me siento en caída libre,grito y agito mis brazos para tratar de aferrarme a algo pero no hay nada,entonces despierto. Estoy sentada en la silla de la sala de la prueba de aptitud, las luces siguen igual de brillantes, me veo en el espejo, no hay rastro de sangre en mi cara ni en mi brazo, sonrío porque la e finalizado, siento a Tori a mi lado desconectándome los electrodos.

---Felicidades Sara, tu resultado fue concluyente. Osadía--- me dijo con una sonrisa ladeada.

Osadía. Osadía. Osadía.

Saber que este fué mi resultado me da la valentía, el empujón que me hacía falta para dejar mi facción sin remordimiento, sin sentir que los estoy traicionando, al saber que mi resultado tal cual no fue cordialidad.

---Muchas gracias Tori---le digo mientras bajo de la silla y me acompaña hacia la puerta.

---La prueba la has superado tú chica.

Salgo de la salita y ahora, estando en el salón grande me dirijo a la mesa de cordialidad. Nombran a unos cuantos chicos y chicas más. Hasta que escucho un nombre, con el cual se levanta el chico abnegado cuyo rostro salió hasta en mi prueba de aptitud, al menos ahora sé su nombre.

Tobias Eaton.

Heartiness | CuatroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora