III

519 37 4
                                    

Hoy es la ceremonia de elección. Ayer al regresar a cordialidad no me tocó en el mismo autobús que el chico abnegado. Tobias. Continuo cepillando mi cabello, de pie frente al tocador cuando tocan la puerta de la habitación y escucho una voz, una que sinceramente no me esperaba escuchar, la voz de mi madre.

---Buenos días

Rápidamente quito la silla y el seguro y abro la puerta con genuina sorpresa la cual supongo ella nota de inmediato porque su expresion cambia a una de verguenza.

---¿Tanto te sorprende que no me quiera perder tu ceremonia de elección?

Simplemente la abrazo y le susurro.

---La verdad no me lo esperaba, creí que no se, no querrías dejar tus ocupaciones.---le digo mientras me separo de ella solo lo suficiente para mirarla a los ojos.

Ella niega con una sonrisa.

---Pues aquí estoy, y tengo algo para ti, ven--- me dice mientras toma mi mano y me guía a su habitación.

Una vez que entramos veo en su cama su único vestido, el que le regaló mi padre. Y su bandana amarilla. Los colores de nuestra facción siempre le han quedado bien a ella.

---El vestido que te dió papá.---Le digo sin poder mirarla.

---Lo sé, ya has crecido lo suficiente y por eso ahora yo te lo doy a ti.---dijo y lo agarró para ponerlo en mis manos, y después salir de la habitación.

Me quito mi ropa y me pongo el vestido que me queda un poco grande, acomodo la bandana en mi cabeza para que se vea como diadema. Voy a la cocina, no veo a mi hermano por ningún lado, pero está mi madre, quien ya me espera para irnos, al verme la veo sonreír como hace tiempo no la veía hacerlo. Entrelazamos nuestros brazos y salimos de la casa rumbo al centro, donde se llevará acabo la ceremonia.

Para llegar tenemos que tomar el autobus, al momento de que los chicos cordiales y nuestros padres subimos, la gente de abnegación que estaba antes se levanta para ceder sus asientos como la vez anterior que compartimos autobús con ellos e igual que la vez anterior Tobias esta aquí, pero no está solo, reconozco al señor que tiene al lado, su padre, uno de los líderes de abnegación. Marcus Eaton.

Una vez que llegamos al centro todos bajamos apresuradamente, se respira la emocion en el aire. Entramos al edificio y me separo de mi madre con un beso en la mejilla, ella se sienta con los demas adultos de mi faccion y yo con el resto de lo adolescentes. Max uno de los líderes de osadía se acerca al podio para hablar.

---Bienvenidos a la ceremonia de la elección ---dice Max, con una potencia increíble en su voz. Por eso no necesita micrófono.---Hoy elegirán sus facciones. Hasta ahora han aprendido a seguir los pasos de sus padres, las reglas de sus padres. Hoy iniciarán su propio camino, crearan sus propias reglas.

Me siento emocionada, y me alegra compartir esta decisión con tantos adolescentes que también están a punto de unirse o reunirse con una de las cinco facciones por el resto de nuestras vidas. Max va a seguir hablando, siguiendo el protocolo de explicar por que vivimos en una ciudad dividida por facciones, cosa que todos sabemos puesto que es una materia que llevamos en nuestros años de escuela. Así que sé que su discurso me resultará familiar.

---Como ya han estudiado, hace mucho tiempo, nuestros antepasados notaron que cada uno de nosotros, cada persona, tenía la responsabilidad del mal que existe en el mundo. Pero no se ponían de acuerdo sobre cuál mal se trataba ---habla Max---Varios decían que era el engaño...

Pienso en lo que e ocultado de mi hermano, de la persona en que se convierte cuando se pierde. En todas las veces que e mentido para evitar problemas, porque en cordialidad las mentiras ''blancas'' son demasiado comunes y se que eso es inaceptable en la facción de verdad.

Heartiness | CuatroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora