Dark

Capítulo 2: No eres quién para hacerlo.

   Jordan camina por la sala de nuestra casa de lado a lado, creo que pensando algo para decirme y que yo no le diga que no. Dice que soy una amargada.

— Vamos plis. — levanto una ceja.

¿De qué habla?

— ¿A dónde, Jordan? — sonríe maliciosamente. — No, si vas, irás sola.

— Por Dios, Alix, no fue tan malo.

— No me importa, no iré y punto. — me levanto del sofá para ir a mi habitación en busca de mi celular.

Subo las escaleras, sintiendo la suave alfombra que la cubre en mis pies descalzos.
Llego a mi habitación, y me lanzo en la cama tomando mi celular

Un mensaje llama mi atención.

Número desconocido

Pequeño Problema.

☠🥀

La mierda

¿Quién cojones es?

¿Y por qué la calavera y la rosa?

¿Pequeño Problema?

Todo es una total mierda.

— ¿Qué es una total mierda? — observo a Jordan mientras camina hacia mí.

— ¿Qué?

— Has dicho que todo es una total mierda, — se sienta a mi lado — Ya habla.

— Calavera, rosa, Pequeño Problema..

Susurro pensando

— Ay por Dios, Alix — fastidiada me golpea la cabeza — Ya cuéntame, — levanta las cejas repetidas veces — ¿Cogiste anoche?

La miro mal y la empujo haciéndola caer — Cierra la boca y lárgate de mi habitación, ahora.

— No hasta que me digas de que hablas. — se levanta limpiandose el trasero.

— Ya te dije.

— No, no has dicho nada, — hace un espacio a mi lado y se sienta de nuevo — Lo único que ha salido de tu boca cuando llegué fue " Calavera, rosa, Pequeño Problema "  Eso aparte de que me largue.

— Ya.

— ¿Ya qué?

— Eso fue todo.

— Ya dime el cuento entero, Alix.

— Deja de joder. — ruedo los ojos.

— No voy a dejar de joderte la vida, — la miro mal — Pero...

— Ya dilo, deja el rodeo.

— Si me dices que vas conmigo esta noche, no te jodo más.

-— Jordan, ya deja de sobornarme.

— No te estoy sobornando. — sonríe.

— Sabes como me encanta la tranquilidad. — ruedo los ojos.

— Eso es un sí ¿verdad?

— Ajá, ya largate.

— Lion viene ¿ok?

— ¿Qué?

— Que Lion viene hoy.

— ¿A hacer qué?

— ¿Por qué tantas preguntas?

— ¿Y por qué no?

— Ya, no contestes con preguntas, — dice enojada levantándose de la cama — Lo invite, para pasar el rato