𝟎𝟒𝟗. mishap

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CAPÍTULO CUARENTA Y NUEVE: PERCANCEU

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CAPÍTULO CUARENTA Y NUEVE: PERCANCE
U.A. MUSUTAFU, JAPÓN

Un caño metálico cayó a su lado, tomándole por sorpresa y haciéndole exaltar en su lugar

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Un caño metálico cayó a su lado, tomándole por sorpresa y haciéndole exaltar en su lugar. Su mirada platina escaló por la estructura en la que sus demás compañeros estaban, dirigiéndoles una mueca cansada que de manera indirecta amenazaba con aplastarles la cabeza si volvían a amenazar su seguridad.

Kaminari y Kirishima, ambos culpables, le compartieron una mueca de nerviosismo, batiendo ambas manos para asegurarle que la situación no volvería a repetirse. Hachiro dio un suspiro, intentando no estresarse y continuar con sus labores.

Frente suyo estaba Bakugo ayudándole a preparar tablas para armar el escenario, mientras que otro grupo preparaba la base. Se había perdido pensando en las millones de formas en las que podría evitar verse envuelto en la muestra escénica o en el grupo de la banda, culminando entonces en trabajar sobre el telón y prestar atención a cualquier posible accidente que pueda envolver la caída de Aoyama; cuyo rol era flotar con un traje brillante por encima de los espectadores.

Sabía que su tiempo en la Yuei cada vez se encontraba más cerca de finalizar, los papeles sobre la transferencia ya estaban firmados y sus docentes habían sido notificados de esto. No quería ser un centro de atención durante sus ultimas semanas de curso porque tenía en cuenta cuál era su lugar dentro de este mismo. Se mantendría al margen.
Sus compañeros no sabían nada y tampoco era lo suficientemente fuerte como para enfrentarse a ellos y decir la verdad. No podía ni deseaba llevar sobre su espalda una carga emocional para la que no estaba preparado.

Sin seguir dándole vueltas al tema, se concentró en continuar en su labor. Mina Ashido había tomado el liderazgo y, sospechosamente, le había puesto en un trabajo de a dos junto a Katsuki Bakugo, quien por puro capricho antes lo había mencionado como su novio ante el resto del grupo, sin siquiera importarle sus consecuencias. Y todavía parecía tranquilo con sus hechos, pues hacía su parte ignorando las miradas atentas de algunos y algunas curiosas.

Katsuki era un alma que vivía por si misma, si alguien se molestaba por su actitud se encargaba de hacerles entender la superioridad que su complejo portaba. No permitía que las opiniones ajenas o los deseos negativos afectaran en ningún momento ni su persona, ni el sueño que con tanta determinación perseguía.

𝐈𝐊𝐈𝐆𝐀𝐈! bakugō katsuki ✶ male ocDonde viven las historias. Descúbrelo ahora