Capítulo 21

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Durante el tiempo que estuvieron en casa de los Cullen no había dejado de llegar gente. Todos vampiros que eran conocidos de la familia, o que, como en el caso de dos vampiras del Amazonas, habían sido enviadas por Alice como testigos.

Siriana tenía la sensación de que eso cada vez se parecía más y más a la preparación de una batalla y su miedo y ansiedad no paraban de crecer. Por su parte, Axel y Crysti habían decidido relacionarse con todos los vampiros, aunque al principio la presencia de la chica había sido vista como una amenaza, pero gracias a la pequeña Renesmee todos se habían relajado.

-Sigo sin poder creer que seas mitad hombre-lobo y mitad vampiro- dijo Garret, uno de los vampiros que había acudido a ayudar a los Cullen.

-A mí también me costó asumirlo- confesó Crysti-, pero desde que estoy con la Organización ya no me sorprendo por nada.

- ¿De qué te alimentas? - preguntó Eleazar, quien era un miembro del clan Denali, pero también un antiguo integrante de la guardia Vulturi.

-Comida normal y una vez al mes de sangre, pero no humana- contestó antes de que nadie pudiera responder- Axel me da su sangre.

- ¿Acaso yo no soy humano? - protestó el chico que había estado escuchando la conversación.

-Si, pero tu sangre sabe a perro- le dedicó una dulce sonrisa a su novio-No os ofendáis-dijo también mirando a Siriana y Jacob-No es que sepas literalmente a perro, pero tiene un sabor raro que provoca que me guste, pero al mismo tiempo mi cuerpo la quiere rechazar. Es un poco raro.

-Pelirroja creo que todo lo que te rodea es raro- dijo Garret con una amplia sonrisa- Tú simple existencia es lo más raro que podré ver nunca.

-Eso es porque soy única-la chica se estaba integrando muy bien con los vampiros y eso causaba en Axel estrés y alivio al mismo tiempo. Sabía que para Crysti todas esas experiencias eran nuevas, pero estaba preocupado por cómo le afectaría posteriormente el poder relacionarse con humanos y no solo con vampiros o seres sobrenatural.


El frío se comenzaba a adueñar cada vez más de Forks y con él llegó la nieve, lo que indicaba que la hora se acercaba y su inminente encuentro con los Vulturis podría acabar muy mal.


-Siriana- la voz del chico la distrajo del torbellino de pensamientos que nublaba su mente- .Sé que esta situación no es fácil para ti, pero te quiero dar las gracias en nombre de mi mujer y mi hija por ayudarnos, aun cuando lo estas pasando tan mal- la cálida mirada de Edward la hizo relajarse un momento, pero ver al chico la recordaba que estaba allí para apoyar a los enemigos de Alec- .Desde que tengo la habilidad de leer el pensamiento de las personas nunca he sentido una sensación de mareo tan grande como la que siento cada vez que estoy cerca de ti.

-Lo siento. No es profesional por mi parte estar así.

-No te disculpes. Soy yo quien debe hacerlo, porque por mi familia tú estás sufriendo, pero soy egoísta y por eso me alegro al saber que vosotros estáis aquí.

-Edward comprendo lo que me dices y yo debería dejar todo a un lado y concentrarme, pero me resulta imposible- desde que había sufrido aquel ataque de pánico en presencia de Carlisle y su hermano no había dejado de pensar que debía controlar mejor sus emociones. Había sido entrenada para tener siempre la mente despejada de toda preocupación que no estuviera relacionada con la misión-. Desde que tengo memoria siempre me han repetido que las misiones son más importantes que cualquier sentimiento. Llegó un momento que eso era algo que yo misma me repetía una y otra vez antes de entrar en algún combate o cuando vivía una situación que a cualquier persona le resultaría imposible de superar- Edward por primera vez deseó que su habilidad no fuera la de leer la mente, porque Siriana era un caos de rápidos pensamientos y recuerdos- Cuando conocí a Alec todo eso se derrumbó, porque solo pensar que le podía pasar algo o que le podía perder me hacía temblar, pero al mismo tiempo sabía que es fuerte y que pocas veces abandona Volterra, por lo que siempre está protegido, pero....

-Siriana ¿sabes porque tu madre os envió a vosotros? - la chica negó mientras intentaba contener las lágrimas-. Porque contigo tenemos una gran oportunidad de evitar cualquier tipo de enfrentamiento con los Vulturis, pero al mismo tiempo también puedes ser nuestra mayor perdición.

-Edward, yo no....

-Alec no dejará que nadie te haga daño y tú no dejarás que nadie le haga daño a él. Aro lo sabe y por eso intentará que no intervengas en la pelea y, que si lo haces estés de su parte.

-Pero yo sé que vosotros tenéis razón- protestó la chica- Renesmee es vuestra hija biológica y, Aro nunca podrá condenaros por eso.

-Aro solo busca una excusa para hacerse con el poder de Alice y si puede con el mío, pero sabe que nosotros no abandonaremos a nuestra familia- Siriana conocía la ambición de Aro, pero a ella nunca la había afectado directamente y por eso no se había preocupado por ello-. Yo no puedo dejar que hagan daño a mi familia.

-Lo entiendo- sintió como un gran peso se quitaba de su pecho. Por fin había comprendido que no los había mandado allí como testigos, sino para garantizar que todo aquello no acabara con una de las familias de vampiros más apreciadas por la Organización, por una absurda injusticia y la ambición de Aro de hacerse con todos los vampiros con poderes especiales.

Edwar sonrió al ver como la joven conseguía apartar parte de su angustia y preocupación, aunque ambos sabían que no podría estar realmente tranquila hasta que toda aquella pesadilla no se terminara.


Gracias a las buenas relaciones de los Cullen y Alice los vampiros siguieron llegados poco a poco a Forks. Algunos estaban curiosos por la pequeña niña vampiro, otros estaban allí por simple amistad o por deber algún favor y, otros simplemente por su odio hacia los Vulturis.

Por desgracia o por suerte la fecha de la llegada de los Vulturis estaba a la vuelta de la esquina y con ella el desenlace de aquella situación.

Amor en Volterra 2 (Alec Vulturi) [En pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora