Capítulo 20

397 28 17
                                    

El viaje de vuelta desde China fue silencioso, pues parecía que cada uno estaba metido en sus propios pensamientos y no era bueno perturbar a ninguno de ellos. Los dos vampiros que los acompañaron prefirieron viajar en la zona de almacenaje, ya que todavía estaban asustados por si les pasaba algo.


Alec no dejaba de darle vueltas al comportamiento tan extraño de Siriana. La chica apenas le dirigía la palabra y mucho menos había dejado que la tocara. Se estaba frustrando por no comprender que habia pasado para que aquello acabase así. Además, que estaba preocupado por la mano de la chica que todavía estaba petrificada.


-Buen trabajo- nada más salir del avión vieron que la Organización y los Vulturis les esperaban en la explanada de aterrizaje-. Habéis cumplido con vuestro cometido y habéis superado con creces nuestras expectativas- Sirenia se dio cuente del ambiente tan tenso que había alrededor de los jóvenes-. Debéis ir a descansar-dicho eso les hizo señas a sus hijos para que la siguieran, mientras los vampiros eran reclamados por sus reyes-. ¿Ha pasado algo?

-Estamos cansados- dijo Axel. Y en su caso era cierto, ya que se sentía agotado después de lo que pasó con la Lamia y lo único que quería era llegar a casa y dormir.

-Vamos a casa- la mujer se sorprendió al ver que su hija la seguía sin tan siquiera mirar a Alec. Esto sí que era extraño, pero se hacia una idea de lo que podía haber pasado- .Siriana cuando lleguemos a casa te analizaremos la mano- con un leve asentimiento la chica avanzó hasta su coche, el cual no podría conducir, ya que apenas podía mover la mano petrificada.

-Conduzco yo- escuchó la voz de Crysti a su lado. Sin mediar palabra los tres cazadores se subieron al coche y abandonaron el lugar bajo la atenta mirada de los Vulturis.

- ¿Qué le pasa a tu saco de sangre? - Alec se giró hacia su hermana que seguía con la mirada a los cazadores que abandonaban el lugar.

-No lo sé- fue lo único que dijo antes de seguir a sus maestros de vuelta a Volterra.


Tras una semana, y muchos intentos fallidos por parte de los médicos, los cuales tuvieron que acudir a la pequeña Gorgona para comprender como afectaba su poder a la gente, Siriana había conseguido recuperar la movilidad completa de su mano.


Durante esa semana la chica había evitado tener contacto con Alec y aunque se sentía sola y la separación le dolía, no se veía con fuerzas de estar cerca del vampiro. No después de que usó su poder contra ella. Su mente le seguía gritando que fue para protegerla, pero en su cuerpo perduraba la sensación de perder todos los sentidos y el miedo que había experimento durante esos, ¿segundo, minutos, horas? No lo sabía realmente, solo recordaba sentirse vacía y asustada.

En ese momento sentía más que nunca la ausencia del vampiro, sobre todo porque tenía aquel sueño recurrente en el que veía como Alec caía en una gran batalla, en la cual ellos estaban enfrentados. No podía apenas dormir pues cada vez que lo hacía veía las mismas imágenes: un lugar lleno de nieve y cientos de cuerpos de vampiros esparcidos por ella. Lo peor y por lo que siempre se despertaba gritando era cuando vía caer a Alec y ella no le podía salvar.

Sabía que tenía que irse a algún lugar lejano donde poder despejar su mente.


-Te preocupa- Axel se sorprendió al escuchar la voz de Crysti en su oído. Al girarse para mirarla no pudo evitar sonreír. Era preciosa, sus ojos verdes con algunas motas marrones, su cabello rojo como el amanecer, sus labios carnosos que le pedían a gritos que los besara- Si me sigues mirando así no nos vamos a levantar de la cama- sus labios dibujaron una pícara sonrisa.

Amor en Volterra 2 (Alec Vulturi) [En pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora