Capítulo 019

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Jungkook nunca consideró su cumpleaños como algo importante, y en su familia no era habitual celebrar los cumpleaños, su padre pensaba que era un desperdicio de dinero.

Sin embargo, Jin tenía un enfoque diferente. Desde que tuvo que empezar a cuidar del pequeño Jungkook, cuando su padre estaba muy ocupado y su madre salía de compras con sus dos hijos mayores, Jungkook se sentía un poco triste al ser ignorado la mayor parte del tiempo. Jin hacía todo lo posible por hacerlo feliz.

Pero hoy, Jungkook no tenía ganas de celebrar su cumpleaños, no hoy.

Se levantó temprano, cerró su puerta con llave y se puso a escribir.

Solo quería escribir.

Cada palabra que salía de su mente estaba relacionada con Tae, y cómo sería una vida donde nadie se oponga a lo que hacen, una vida perfecta. Le escribía cartas a Tae describiendo su belleza y perfección en cada parte de su cuerpo. No podía soportar la idea de dejarlo solo. No permitiría que eso pasara.

La única persona que podía sacarle una verdadera sonrisa era Tae. Aquella persona con la que podía ser él mismo, y que siempre lo amaría con todos sus defectos. Todo se trataba de él. Si algo le pasara, sería como si una parte de él faltara en su vida. No era fácil de explicar, pero se sentiría muy mal.

Estos cuatro meses sin ver a Tae habían sido muy dolorosos para ambos. Pensaban el uno en el otro todas las noches antes de dormir, y era lo primero en lo que pensaban al despertar. Habían intentado escaparse muchas veces solo para verse, aunque fuera por unos segundos. Jungkook estaba volviéndose loco.

Ambos recordaban su último encuentro, pero Tae dejó de buscar a Jungkook y con el tiempo, Jungkook tuvo que hacer lo mismo. Poco a poco, sus familias se estaban dando cuenta de lo que estaba sucediendo entre ellos dos, y tal vez, solo tal vez, podría pasar lo mismo que la última vez. Ese era el miedo que los invadía.

Tae, por esa misma razón, se alejó con el tiempo e intentó pasar más tiempo con Eunha para conocerla mejor. Eunha también intentaba hacer lo mismo. El padre de Jungkook no le quitaba los ojos de encima ni un solo segundo. Era imposible encontrar un minuto de paz. En cambio, el padre de Tae estaba dispuesto a ayudarlo a retomar sus clases.

En los últimos tiempos, el padre de Tae casi no estaba presente en casa, solo llegaba a dormir y se iba temprano. Ni siquiera su madre sabía dónde estaba. Tae los escuchaba discutir varias veces, ya sea en la mesa, en el dormitorio, cuando salían o cuando había visitas. No era un buen ambiente, no era saludable para Tae. No la estaba pasando bien.

En los últimos tiempos, Yoongi visitaba a Tae con frecuencia. Sus padres no sabían nada, ya que Yoongi entraba por la ventana, al igual que Jungkook. Yoongi lo consolaba, no le decía que todo iba a estar bien porque era obvio que nada iba a cambiar, solo intentaba hacerlo reír para que olvidara sus problemas, aunque en la noche, cuando iba a dormir, todos los problemas volvían a su mente y era imposible sacarlos.

Tae lloraba en silencio. Solo deseaba que Jungkook estuviera allí. Se culpaba a sí mismo por todo.

Yoongi había tenido una aventura con un chico que amaba mucho. Ese chico destrozó su corazón como si fuera insignificante. Durante años, habían tenido un romance a escondidas porque sus familias no los aceptaban. Ese amor ya no valía nada, solo causaba dolor en Yoongi.

No podía borrar de su mente la imagen de lo que había sucedido, siempre estaría allí. Nunca debió haber preparado esa cena, nunca debió haber entregado todo su amor. Nadie amaría al chico como él lo hizo, no se engañaba a sí mismo. Sabía que el chico no amaba a esa pobre chica, debía dejarla y decirle a Yoongi que lo amaba. Yoongi había dado todo a cambio de nada. Siempre esperó que le pidiera perdón, no pedía nada más, solo eso. Pero ese perdón nunca llegó. Jimin arruinó su vida y le agradecía por eso. Siempre puso a Jimin primero, incluso olvidándose de sí mismo solo para que él fuera feliz. El último día que lo vio, quería irse, no quería pasar ni un segundo más a su lado. Jimin lo miraba con desprecio, como si no fuera nada. ¿No le daba vergüenza mirarlo a los ojos después de todo lo que había hecho? Era repugnante.

Años atras:

Taehyung, de 8 años, se encontraba en el parque jugando con su amiga Jiwoo. Sin embargo, ella le hizo un comentario que lo dejó confundido.

"Deberías considerar sonreír más", le dijo Jiwoo con una gran sonrisa en su rostro.

Taehyung no entendía por qué le decía eso, así que preguntó: "¿Para qué?

Jiwoo jugaba con su muñeca sin mirar a Taehyung y respondió: "Para agradarle a las chicas".

Taehyung, jugando con la arena del patio de juegos, dijo: "No necesito chicas".

En ese momento, Jiwoo se levantó y se burló de Taehyung, diciéndole: "Entonces eres un enfermo. Mi papá siempre dice que si no te gustan las chicas, eres un enfermo".

Sin entender lo que estaba sucediendo, Taehyung respondió: "Eso no es cierto".

Jiwoo continuaba burlándose y riendo de Taehyung, pero él no estaba contento con la situación. Sentía la necesidad de que su madre lo consolara, así que empezó a llorar y, sin darse cuenta, empujó a Jiwoo.

Lleno de pánico, Taehyung salió corriendo y, más tarde, cuando sus padres fueron a buscarlo a la escuela, le contaron lo sucedido.

Ahora:


Durante el camino a casa, Taehyung no quería hablar. Era de noche y hacía mucho frío, así que su madre, esperando a su esposo para recibirlo, subió las escaleras sin despertar a Taehyung.

Al día siguiente, la madre de Taehyung bajó temprano para ver si su esposo había llegado, pero no quería despertar a su hijo. Estaba tan preocupada por su esposo que ni siquiera recordaba que tenía un hijo. Sin embargo, encontró a su esposo durmiendo en el sillón, con un fuerte olor a alcohol.

Su camisa estaba rota y no tenía su billetera. Era evidente que había estado metido en problemas. Su rostro reflejaba cansancio y tenía grandes ojeras. La madre de Taehyung decidió taparlo con una manta y sabía que no podía decirle nada sobre su comportamiento, ya que eso pondría en riesgo su matrimonio.

El enojo que había entre los dos padres recaía en Taehyung. Él era el blanco de sus insultos y críticas constantes, siendo llamado feo, gordo, enfermo, estúpido y se decía que nunca debería haber nacido. Después de cada ataque, solo recibía un simple perdón, como si eso pudiera arreglar todo.

El día de su matrimonio arreglado se acercaba rápidamente. Todo estaba listo para el evento, pero Taehyung se sentía nervioso. Tenía que aprender a amar a una mujer y no sabía ni por dónde empezar. Además, se planteaba la pregunta de qué pasaría después de tener hijos. Ahora tenía 18 años y el tiempo había pasado demasiado rápido.

A pesar de su situación, Taehyung deseaba poder ver a Jungkook en su cumpleaños. Quería ser amigo de nuevo y saber qué iba a pasar con él. Sin embargo, no tenía opción. Era hacer lo que le pedían o enfrentar consecuencias fatales. No tenía otras opciones y eso estaba más que claro para él. Lo que realmente le preocupaba no era su propia vida, sino la de Jungkook. Temía que algo malo le sucediera.

En su mente, Taehyung aceptaba que ambos podrían encontrar felicidad en sus propios caminos. Jungkook cumpliría su sueño y él, a su manera, tendría hijos que siempre quiso tener. Aunque esa no era la vida que ambos habían soñado, no había más opciones.

"Taehyung", resonó una voz en su mente.

En otra vida  | TAEKOOK (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora