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Su cabeza daba vueltas.

cuando pudo recuperar la conciencia abrió los ojos con lentitud, esperando a que la borrosidad de su vista somnolienta se esfume y pueda finalmente identificar donde estaba.
Como era de esperarse estaba atado y tirado sin cuidado en el piso sucio de alguna bodega, con tres tipos que jugaban cartas mientras contaminaban el aire con el humo de cigarrillos baratos sentados en una mesa improvisada.

Trató de no llamar la atención mientras los inspeccionaba meticulosamente. Estaban armados, portaban sus pistolas orgullosamente tras su espalda y tenían el logo de la Tokyo Manji grabado en sus chaquetas oscuras. Eran gente de Mikey.

Con esa nueva información que ya sabía pero solo quería comprobar cerró los ojos de nuevo y suspiró, se mantuvo quieto por unos minutos hasta que comenzó a moverse como si estuviera asustado gritando fuertemente alertando a los tres hombres y obligándolos a prestarles atención.

- ¡OYE DEJA DE GRITAR, IMBÉCIL! - uno de esos matones se levantó de su asiento y se acercó arrodillandose a su lado y agarrándole del cabello para elevar su rostro y mirarlo. - Cierra tu puta boca, escoria. ¡O quieres que te mate! - Takemichi no se inmutó ante ello, después de todo esa era la idea.

Morir antes de que Mikey llegue.

- Si quieres hacerlo adelante - habló sonriendo de lado ante la expresión emfurecida del hombre. Añadió algo mejor para terminar de cabrearlo. Le escupió en la cara - mátame ya.

Su cara fue cruzada al instante por un puñetazo en su mejilla al que le siguió otro y otro. Su cuerpo que había pasado tanto tiempo sin recordar la sensación de ser golpeado se sacudió ante el olvidado pero familiar dolor de una paliza. Su piel que había permanecido limpia y sin rastro de daño ahora estaba manchada del rojizo de la hinchazón, el violáceo de un morentón, del carmín de la sangre salpicada de su nariz y su labio partido. Pero estaba satisfecho, esto era lo que quería. Deseaba que acabaran con todo antes de darle una oportunidad a Mikey.

- Oye Hirotaka, el jefe dijo que quería a ese tipo sin un rasguño - habló otro de los hombres que seguía sentado con sus cartas junto al otro, ambos indiferentes miraban de reojo lo que pasaba - No recuerdo que nos haya dado el permiso de tocarlo.

El hombre paró toda acción, y volteó a mirar a sus colegas con fastidio.

- Si el jefe lo esta buscando es porque va a matarlo como lo hizo con Draken y los otros - Takemichi se tensó - así que si esta un poco golpeado puedo decir que se resistió y ya.

- No deberías tomarte a Mikey a la ligera, Hirotaka -

una nueva voz hizo acto de presencia en esa sucia bodega, logrando que Takemichi enfoque su atención en el hombre de traje que entró en la discusión. El pelinegro solo pudo abrir sus ojos sorprendido.

- Kisaki...

Los tres tipos se levantaron y se inclinaron, saludando al hombre ante ellos pero su mirada solo estaba dirigada a un solo punto. La imagen deplorable del héroe de Touman.

- Ha pasado mucho tiempo, Hanagaki Takemichi - Kisaki le miró con una sonrisa, acercándose a él a pasos lentos - doce años para ser exactos.

- U-un gusto..volver a v-verte Kisaki - comentó - que te trae por aquí.

El moreno se rió, se veía demasiado feliz por verlo de esta forma. Acabado y con el rabo entre las patas.

- Te has escondido muy bien durante tanto tiempo. Pero ahora ya no tienes benefactores ¿cierto? - Kisaki se paró frente a él y Takemichi bajo la cabeza - Todos los que te cuidaban fueron quitados del camino por tu amigo Mikey.

Un terrible futuro || Mikey x Takemichi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora