Esa mañana abrió sus ojos con un mensaje en su celular.
Un mensaje de Izana.
Una convocatoria de su hermano para que se reunan en su oficina más tarde. Takemichi acostado a su lado leyó el mensaje con detenimiento y entonces despues de mucho silencio murmuró.
-Kurokawa Izana... es un obstáculo...
El agarre sobre su celular se apretó.
- Sé que es tu hermano pero...
Takemichi le dio la espalda en ese momento, rodo en la cama para sentarse y comenzar a vestirse porque no quería mirarlo a los ojos al decirle lo verdad.
- Izana seguramente...se meterá en nuestro camino...
Lo sabe. Sabe que Izana no dejará que Takemichi y Naoto hundan a la Tokyo Manji y menos que él apoye esta venganza. Pero tomó una decisión, se decidió por Takemichi. Lo eligió a él.
Te dije que estaría de tu lado.
Sus ojos se cerraron mientras seguía recordando la conversación de la mañana con Takemichi antes de irse cada uno por su lado. Todo seguía dando vueltas, reproduciéndose como una cinta rayada.
- Lo sé, Mikey.
Recuerda que Takemichi le miró con aprensión, indecisión y la culpa por obligarlo a esto.
Intentó ignorarlo y siguió avanzando por el pasillo de su antiguo edificio. De su antiguo hogar con Takemichi.
- sabía que en algún momento esto pasaría.
Lo que dijo en aquel momento era cierto. Siempre lo supo, desde que conoció a Izana en ese muelle, cuando comía un taiyaki tranquilamente, él supo que terminaría así.
Que su historia acabaría así.
Tengo que matarlo.
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- ¡Hola Mikey! - el dueño de la voz le saludó animadamente apenas entró en la habitación - Estuve esperando por ti, todo el día.
El nombrado parpadeo anonadado por unos cortos instantes antes de recuperar la compostura y cerrar la puerta detrás suyo.
- ¿Que haces aquí, Izana? - Mikey entró al departamento y se sentó en unos de los sillones sin mirar al mayor. Mostrando su típica actitud desinteresada y muerta - Creí que la reunión era en unas horas y en tu oficina.
- Quería visitarte pero eres tan seco como siempre - el peliblanco bufó colocando su rostro sobre su mano con una sonrisa. Esa sonrisa era burlona, esos ojos amatistas brillaban. Había malicia peligrosa, como una serpiente acercándose lista para morder.
- ¿Eres así con Hanagaki también?
Izana sonrió torcidamente con completa satisfacción ante la reacción de Mikey. Esos ojos oscuros lo miraron con una ferocidad tan propia de un perro al que amenzaron con quitarle su juguete.
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Un terrible futuro || Mikey x Takemichi
FanfictionTouman no era la pandilla que una vez amo. La banda de delincuentes que le acogió pese a ser un cobarde y bueno para nada se había podrido y como una rata que huye cuando el barco se hunde Takemicchi intentó escapar de la destartalada Tokyo Manji c...