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Al despertar se encontró en una habitación con las luces apagadas siendo tenuemente iluminada por la luz que se filtraba por las cortinas.

Takemichi se incorporó y observó el lugar. Era un cuarto bonito, limpio, ordenado y bien decorado nada que ver con su desastroso departamento que parecía una cajita de fósforos sucia y estrecha. Miró con más detenimiento hasta que su atención se clavó en una chaqueta negra de bordados dorados colgado en la puerta del armario.

- Mikey- Kun - susurró para si mismo perdiendose por un momento en los recuerdos de su líder con esa chaqueta puesta cuando Takemichi lo seguía como el capitán de la 1ra división y era feliz - Mikey...

- No necesitas llamarme estoy aquí - El menor se sobresaltó ante esa voz y dio un pequeño saltito en su lugar provocando que su cuerpo adolorido escociera y se viera reflejado en su rostro que siempre fue muy expresivo - oye no te muevas mucho.

Mikey se acercó hasta él y se sentó en la cama dejando un pequeño botiquín del cual sacó unas vendas y ungüentos que comenzó a usar en el. Los dedos de Mikey fueron pasando por su rostro untando alguna pomada en los cardenales de su mejilla, colocando parches y curitas de figuritas de animales en los leves cortes que tenía en el rostro y en el cuerpo. El mayor sonrió cuando terminó dejando a Takemichi perplejo y con el corazón revoloteando por esa simple acción.

- Ya me encargue de ese bastardo - soltó y la sonrisa que había adornado su rostro desapareció dejando solo un cascarón vacío que solo destilaba frialdad -  tuvo lo que se merecía asi que...

- ¿Lo mataste? - interrumpió - ¿lo mataste Mikey?

El mayor desvió la mirada hacia otro lado, indiferente.

- Y si fue así..¿que tiene? -

- No lo vuelvas a hacer - la mano del menor agarró la tela de su camisa y tiró de ella suavemente como si quisiera llamar su atención sin tocarle - ¡No vuelvas a matar a alguien por mi culpa!

El pelinegro apretó los dientes.

- ¡ENTONCES TENGO QUE QUEDARME SIN HACER NADA CUANDO ALGUIEN TE LASTIME! - Gritó, el niño sobre la cama tembló - ¿Solo debo quedarme callado cuando vea que te están haciendo daño?

Takemichi miró hacia otro lado, mordiendo sus labios mientras se  reprimía de ponerse a llorar.

- No quiero que hagas eso de nuevo...

- No quiero pelear contigo así que dejemos ese tema ahí - Mikey se levantó de la cama y tomó la mano de Takemichi obligándole a levantarse también - Sígueme.

- ¿Eh? ¿Mikey- kun a donde...?

- ¿Quieres quedarte en cama todo el día?

- Bueno, no pero...

- Entonces no reproches.

Y Mikey lo arrastró fuera del cuarto, sin dejarle hablar nuevamente.

****

Cuando fue secuestrado Takemichi se imagino miles de escenarios que terminaban en sufrimiento y en su inminente muerte.

Creyó que sería asesinado como lo hacían los Yakuzas o en las películas americanas más nunca imagino un panorama como este. 

Takemichi estaba allí, ya sin la incomodidad y la desesperación de antes, sentado en un sillón amplio abrazando sus piernas contras su pecho mientras lloraba a mares por la escena de una película coreana sobre zombies en un tren junto a Mikey.

- ¿Por qué lloras Takemitchy? ¿de verdad duele tanto esa escena? - El tatuado se le acercó un poco alejando los mechones oscuros que caían por su frente para dejarle ver mejor su rostro lloroso - ¿cómo le haces para llorar tanto?

Un terrible futuro || Mikey x Takemichi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora