Mis nuevos hermanos [COMPLETA]

Epílogo

Cuando Daniel besó la mejilla de Laia a modo de agradecimiento y se marchó, ella solo pudo pensar que se sentía realmente feliz de que al fin volviera a tener una familia.

En ese momento no lo pensó, pero más adelante se daría cuenta de que aquello que había sentido por Daniel en un principio había sido real. Únicamente no se habían encontrado en el momento adecuado. Si Daniel no se hubiera visto condicionado por su padre, si Laia no se hubiera enamorado de Ricardo o no hubiera estado bajo la presión de tantos cambios en su vida, seguramente hubieran terminado juntos en ese preciso momento. Laia y Daniel se habrían enamorado profundamente. Había existido esa conexión y atracción que pocas veces se siente hacia otra persona en la vida, pero otros factores les habían llevado por caminos diferentes. A veces sucedía eso, que dos personas podían llegar a quererse de una forma muy intensa, pero que la vida no les tuviera preparado ese destino.

Quizá en el futuro todo cambiase. Quizá aún no era el momento. Quizá debían vivir y conocer a otras personas antes de que volvieran a experimentar esa conexión, o quizá, si seguían caminos distintos, esta desapareciera y se quedara atrás porque ellos habrían crecido y cambiado demasiado como para volver a sentirse de la misma manera.

Fuera lo que fuera, y les deparara lo que les deparara la vida en el futuro a Daniel y a ella, Laia sabía que su historia con Ricardo iba a ser la más romántica de toda su vida y que, estuviera con él un año o el resto de su vida, jamás iba a olvidar lo que había sentido por él.