La historia de Karen: Parte 2

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Sin tener noción del tiempo desperté, con bastante dolor en todo el cuerpo, como si me hubieran atropellado, la mano ni siquiera podía cerrarla sin sentir un terrible dolor, todo estaba sencillamente jodido, ya ni siquiera me creía capaz de levantarme, cosa que si intente pero no podía.

En ese momento se me vino a la mente algo que mi mamá me dijo una vez "Las personas siempre te van a querer destruir, teniendo cero empatía hacia tu persona, no importándoles todo el daño que te pueden causar, pero si te rindes ante lo que te hagan, sencillamente les estarás dando la razón, la razón de que ellos te podían vencer y si te rindes entonces lo hicieron"

En aquel entonces cuando me la dijo, no le tome mucha importancia, por que para mi ella se había rendido ante alguien, por lo que no tuvo mucho peso en ese momento, pero conforme fui creciendo, realmente entendí todo lo que mi madre estaba sacrificando por nosotras, ahora si teniendo un verdadero peso lo que en su momento me dijo, por lo que entendí a la perfección, que no podía dejarme vencer por unos idiotas, así que con todo el dolor del mundo, logre levantarme, sin embargo sabía que irme en la bici me seria imposible, además de por si no era muy cómoda, por lo que me despedí de ella, por haberme acompañado gran parte del viaje y me fui caminando lo mas rápido que podía con la escopeta en mi espalda como si fuera mi mochila 

Estaba cojeando y cada paso que daba, lo sentía en todo el cuerpo, era realmente doloroso, me habían dado una verdadera paliza, pero aun así, teniendo en mente varias cosas, como lo que dijo mi madre o cumplir la promesa que le hice a mi hermana, me mantenía de pie, mas que nunca mi fuerza de voluntad estaba saliendo a flote.

El camino se me estaba haciendo eterno, ya que aunque trataba no podía ir tan rápido. En el transcurso recordé algunos de los pocos momentos agradables que tuvimos mi hermana y yo, como cuando tuvimos una mini pijamada en mi cuarto, hablando de chicos o cosas por el estilo, honestamente fue uno de los mejores días de mi vida, por que reímos como nunca, afortunadamente mi padre estaba lo suficientemente borracho como para no molestarnos tanto, aun así hubo alguna que otra discusión con el. Cosa que pudo haber arruinado la noche, pero sinceramente todo lo demás había sido tan genial, que literalmente nada la podía arruinar, incluso lo terrible que termino la noche.

Mientras caminaba, un par de veces me caí al suelo, en una de ellas, si me costo volverme a levantar, por que fue una caída algo fuerte, realmente tenia muy poca energía, pero aun así no iba a detenerme hasta llegar al departamento, pero cuando ya estaba a unas cuantas calles empezó a llover, cosa que de cierta manera me alegraba, ya que aparte de refrescante, era bueno por que los infectados por alguna extraña razón no atacaban durante las lluvias, por lo que hacia mas fácil mi regreso al menos en ese aspecto, ya estaba a 5 calles de llegar, cuando vi a unos 8 infectados rondando las calles, bastante desubicados y gracias a la lluvia pude pasar completamente desapercibida. Aunque no creía como tal en Dios, eso me parecía un milagro, por que si me hubiera tocado enfrentarme a infectados en esa condición lo mas seguro es que hubiera muerto.

Por fin, después de un largo camino, llegue al edificio, subí hasta el departamento en el que estabamos, cosa que igualmente fue dolorosa, por que estaba en un quinto piso. Cuando llegue, abrí la puerta lo mas cuidadosa que pude, para no hacer tanto ruido, de inmediato busque el botiquín que habíamos encontrado hace no mucho tiempo, con el cual pude tratar mejor mis heridas, como ponerme alcohol en la herida de la pierna, que afortunadamente fue mucho menos grave de lo que había creído, aun así poner el alcohol fue bastante difícil por que me daba miedo hacerlo, pero claramente termine haciéndolo, luego me puse una gaza y una venda, en la mano me puse parte de a venda sobrante, ya que de igual forma no había tantas cosas en el botiquín no de la mejor manera, ya que no sabia hacerlo muy bien, pero creo que había sido algo decente.

Este no es el finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora