Este no es el final

Capítulo 11: Perdición

Estaba preparada para salir, tenía mi ballesta y una pistola 9mm que me prestaron por cualquier cosa, aunque yo haría lo posible para evitar cualquier conflicto.

Antes de salir, Sally nos pidió hacer una oración, aunque no era muy creyente de eso, me les uní por respeto, al terminar de rezar, pude ver como Alice estaba preocupada, seguramente por lo que dijo Carlos.

Nos subimos a una camioneta y salimos, en el camino decidí preguntarle a Alice sobre lo que debía hacer con Jessica, ya que con ese beso sentí muchas cosas, aunque de igual forma sentía que aún me gustaban los hombres.

Arthur, se metió a la conversación diciendo que me gustaban ambos y no debía complicarme con ello, si sentí algo con ese beso, debía intentarlo.

Alice dijo que estaba de acuerdo con él, igual lo debía meditar con mucho detenimiento. Ya no supe de que más hablar al respecto, decidí poner toda mi concentración en la misión.

Llegamos, aunque paramos algo alejados del lugar para no ser detectados, en eso Carlos nos contó su plan, el cual consistía en entrar por la parte de atrás, que casi no tenía errantes deambulando

Nos pusimos en marcha, matamos a los pocos errantes, Carlos con considerable esfuerzo forzó la puerta y entramos, la escuela era de 3 pisos, así que decidimos separarnos, para que no nos llevara mucho tiempo, Alice y Sally, fueron al tercer piso, Arthur al segundo, Carlos y yo nos quedamos en el primero.

Empezamos a explorar todo el lugar con mucha cautela, Carlos poniéndose ligeramente más delante de mí. En lo que caminábamos me preguntó porque era tan importante arriesgarnos en buscar a una persona

- Sin él no habríamos llegado tan lejos, nos salvó la vida, a pesar de tener otras preocupaciones, nunca nos abandonó - Carlos se me quedo viendo brevemente

Yo tenía curiosidad de conocerlo más, de saber cómo fue capaz de organizar un refugio así y de manera sarcástica, le pregunte si también les había cobrado a los niños para salvarlos, a pesar de mi imprudencia no se lo tomo mal

- No abuses de tu suerte niña... Todo eso lo aprendí de mi madre, su nombre es Andrea, ella decía que muchas personas, se aprovechaban de la gente que les daba una mano, que por eso no tenía nada de malo obtener algo cambio por ayudar a alguien y en este caso, pedimos armas, gente o cabello, cosas que verdaderamente necesitamos, respondiendo tu pregunta, no le cobre a esos niños... mi hijo murió de cáncer, semanas antes de que esto comenzara. Estaba en la misma clínica que todos esos niños, los cuales fueron abandonados. - Le di mi pésame por lo de su hijo, a lo que le contesto que no estaba buscando mi lastima, subsecuente dijo

- Tienes mi respeto niña, a pesar de estar herida, no abandonas a los tuyos, las personas que abandonan a su gente... me dan asco. Por eso las estoy ayudando y honestamente espero ese tal David aparezca - Así entendí más el por qué no dejo a esos niños a su suerte.

Buscamos en cada salón, sin ningún éxito, mientras Carlos se comunicaba con los demás mediante un walki talki, igual ellos seguían sin encontrar algo, cosa que me estaba preocupando.

En ese momento escuchamos la voz de una mujer, que nos dijo "volteen" al no reconocerla, Carlos se giró violentamente apuntándoles con su M16. Era un grupo de 10 mujeres, lo cual me pareció extraño, porque entramos con mucha facilidad, a pesar de que hubiera gente adentro.

Nos preguntaron qué es lo que buscábamos, entonces les describí físicamente a David, a lo que ellas se pusieron más serías, cosa que me dio mala espina, luego aseguraron que no habían visto a nadie con esas características.

Me parecía extraño que no tuvieran vigiladas las entradas, más siendo un lugar tan grande. Carlos por su parte volvió a preguntar, para confirmar que realmente no lo habían visto, recibiendo la misma respuesta.