Two

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Los días pasaron tan rápido que Leonor cuando menos lo esperaba ya se encontraba bajando del auto de su madre para entrar a su nuevo instituto.

—Mucha suerte en tu día, cariño. No olvides que después de las clases tendrás que irte sola a casa, ya que estaré ocupada en el trabajo. -Dandole un suave beso en la mejilla a la menor, la dulce mujer encaminó el auto fuera del estacionamiento, dejando a Leonor finalmente sola.-

Las miradas no se hicieron esperar, cosa que incomodó de sobremanera a la Gryffindor. Extrañamente para la casa en la que pertenecía era bastante raro, ya que generalmente les encantaba y se desenvolvían de manera sumamente cautivadora cuando eran el centro del escenario.

Con un poco de curiosidad, la joven azabache decidió abrir sus pensamientos un poco para poder escuchar que era lo que pensaban de ella.

Cientos de cavilaciones penetraron en la cabeza de la chica (eran tantos que podría jurar que su cerebro explotaría) pensamientos como quien era, que diablos hacia ahí, e incluso adjetivos sobre su físico, fueron perpetuando su mente como agujas, pero uno en específico, muy a la lejanía, llamo su atención;

«¿Porqué no puedo leer su mente?»

Sus ojos se abrieron como platos; ¿Como alguien podría leer la cabeza de los demás sin tener sangre mágica? Tal vez no era la única bruja en ese lugar, y eso, le dió algo de alegría; podrían compartir conocimientos libremente.

Buscó con la mirada aquel pensamiento fugaz rápidamente, aunque su cometido no pudo ser logrado con éxito debido a que la gran mayoría de alumnos comenzaron a entrar al edificio.

Suspiró pesadamente, suponiendo que aquella persona ya debía de haber seguido a los otros alumnos, así que sin más rodeos, fue a lo que parecía para ella la sala de recepción a pedir su horario a una de las personas del lugar.

—Disculpe, ¿Aquí puedo pedir mi horario? Mi nombre es Leonor Collins. —Mencionó su apellido materno, mientras se recargaba en el escritorio.—

Una señora pelirroja de anteojos levanto la mirada, analizandola.

—Oh, eres la chica de intercambio. Aquí tienes el horario y esta hoja. Debes entregarmela al final del día con todas las firmas de los profesores que te darán clase.

—Claro, muchas gracias. -Sin más que agregar decidió salir del lugar para después, revisando la hoja, observar con algo de confusión la cronología de las clases y la ubicación de cada uno de los salones; definitivamente no entendía ese sistema de organización muggle.-

Caminó despacio mientras leía cada una de las clases, sin darse cuenta de su alrededor hasta que chocó con alguien.

—Oh, lo siento, no te vi. - guardando rápidamente la hoja al notar que tiró las cosas de la chica con la que chocó, comenzó a levantarlas.- Estaba revisando el horario que me asignaron y me encontraba distraída.

—No te preocupes, ya somos dos. -Leonor con algo de vergüenza le entregó la mochila dónde habían caído sus cosas.- También estoy un poco confundida. Es mi primer día aquí.

—Oh, en ese caso ambas somos nuevas. Me llamo Leonor.

—Isabella, aunque prefiero Bella. -una pequeña sonrisa se asomó en los labios pálidos de la pelinegra.-

—Vale, Bella. ¿Cuál es tu siguiente clase?

—Literatura Universal, ¿Y la tuya?

—Igual. ¿Te parece si buscamos el salón juntas?

Las clases de la mañana habían sucedido sin ningún inconveniente. En el camino Leonor y su compañera se toparon con un estudiante de nombre Erick. El cual, básicamente, salvó a ambas jóvenes de perder la primer clase del día.

𝐒𝐄𝐑𝐄𝐍𝐃𝐈𝐏𝐈𝐀. -ᴇᴅᴡᴀʀᴅ ᴄᴜʟʟᴇɴ-.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora