Ya una semana había pasado desde todo lo acontecido en aquel instituto en Forks.
La azabache, por petición del director, se había tenido que quedar en hogwarts unos días más para poder regularizarse en cuestión a sus clases, además de asistir a los juicios que se habían estado llevando a cabo para supervisar su caso.
Por suerte, no hubo consecuencia alguna ya que logró comprobar que únicamente lo hizo como forma de defenderse, pero, para su desgracia, su padrino y los profesores que le daban clase había tomado la desición de castigarla limpiando los calderos y los materiales de pociones por una semana por la explosión y la perdida de todo su material aquel día en su hogar.
Gracias a Merlin toda aquella semana infernal había cesado y, finalmente, ya se encontraba de camino a aquel instituto que tanto había añorado ver en todos esos días de martirio y estrés.
Aunque, debía de decir que no todo fue malo, ya que pudo ver por momentos a sus amistades y hablar un poco con Hermione, Ron y Harry, aunque extrañamente los notaba más tensos, como si estuvieran martirizados por algo, agradando a eso las incontables preguntas de Harry sobre si su padrino Albus estaba enojado con el.
«-Huh... No que yo sepa, únicamente lo he visto más estresado. Por cierto, ¿Quién es esa tal Dolores Umbridge?
-No te gustaría saberlo... -Agregó Ron, mientras la miraba con una mueca al recordar a la mujer recién llegada del ministerio de magia.-»
Definitivamente había algo raro en hogwarts, pero, desgraciadamente, no podía hacer mucho gracias a la distancia.
Llegando esta vez a pie a la entrada del colegio, tomó la correa de su mochila con fuerza al notar ciertos pares de miradas curiosos de su llegada al lograr reconocerla, entre ellos, los Cullen. Los cuales únicamente la observaron a lo lejos con curiosidad.
«Vaya... Al parecer no se olvidan aún del suceso de hace una semana.»
Caminó tranquilamente rumbo al edificio sin importarle las miradas que recibió de parte de aquel grupo, entrando por completo al edificio.
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La hora de lengua pasó sin ningún percance, pese a compartir clase con uno de los chicos Cullen (Rosalie más específicamente) por fortuna no compartían lugar u alguna otra cosa en común que hiciera que ambas tuviera que interactuar forzosamente, por lo que simplemente se levantó de su lugar y camino fuera del salón en busca de su casillero para la siguiente clase.
Iba a dejar sus cosas, de no ser por cierta castaña que ya la esperaba en su casillero con los brazos cruzados.
-Oh... Hola, Bella. -Saludó cortésmente, mientras sonreía algo incómoda. Aquella chica simplemente se paró de su lugar, encarandola.-
-Dios... Leonor, ¿Porque diablos no llegaste a clases por una semana? Estuve preocupada por ti. -Respondió mientras bajaba sus brazos, mirándola con algo de tristeza.-
Eso conmovió el corazón de la chica. Al parecer la preocupación de la castaña venció a su curiosidad.
«Qué tierna...» pensó para sus adentros.
-Oh... Simplemente no asistí gracias al reposo que me dió el médico por la incapacidad del accidente. Al parecer el golpe que recibí me afectó un poco. -Mintió, mientras abría su casillero, para comenzar a meter sus libros, evitando a toda costa la mirada de Bella.-
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𝐒𝐄𝐑𝐄𝐍𝐃𝐈𝐏𝐈𝐀. -ᴇᴅᴡᴀʀᴅ ᴄᴜʟʟᴇɴ-.
Fanfiction𝕊𝕖𝕣𝕖𝕟𝕕𝕚𝕡𝕚𝕒: ℍ𝕒𝕝𝕝𝕒𝕫𝕘𝕠 𝕧𝕒𝕝𝕚𝕠𝕤𝕠 𝕢𝕦𝕖 𝕤𝕖 𝕡𝕣𝕠𝕕𝕦𝕔𝕖 𝕕𝕖 𝕞𝕒𝕟𝕖𝕣𝕒 𝕒𝕔𝕔𝕚𝕕𝕖𝕟𝕥𝕒𝕝 𝕠 𝕔𝕒𝕤𝕦𝕒𝕝. 𝐂𝐞𝐝𝐫𝐢𝐜 𝐝𝐢𝐠𝐠𝐨𝐫𝐲/𝐄𝐝𝐰𝐚𝐫𝐝 𝐜𝐮𝐥𝐥𝐞𝐧 × 𝐅𝐞𝐦!𝐎𝐂