Three

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Aquel día había sido el más raro que había experimentado en su mísera existencia.

Primero, alguien había intentado entrar en su mente a primera hora de la mañana, después sucedió otra vez en el almuerzo, y para mejorar aún más aquel problema era un chico con complejo de clarividente el cual era la viva imagen de su ex- pareja Cedric Diggory.

¿Irónico, no?

La vida le estaba jugando una muy mala broma; ¡Ella vio su cuerpo inherte! Al menos que todo haya sido orquestado por el niño Potter y haya hecho creer que Cedric había muerto solo para demostrar que Lord Voldemort volvió.

Que tontería, si realmente estuviera vivo de las primeras personas a las que contactaría sería a la azabache... ¿O no?

Su mente era todo un caos.

Sin darse cuenta, la bruja había terminado ignorando a la castaña todo el camino al estacionamiento. Haciendo que, tímidamente, la pobre humana tocará el hombro de la chica.

—¿Que sucede? -respondio más por inercia.-

—Te preguntaba si tenias con quien irte a tu casa. No soy entrometida, pero escuche la conversación que tuviste con tu madre antes de que se fuera. Si quieres podemos irnos en mi camioneta.

—Ah, claro que sí. Me harías un favor enorme -sonriendole gentilmente a la chica, Leonor asintió con gusto. Gracias a su debate mental no había notado que tenía ese pequeño problema de cómo a iría a casa.-

—En ese caso sube. -Dicho eso, le abrió la puerta a la joven, para después subirse a la pickup roja que apenas estaba estrenando.-

Entró al asiento del copiloto, cerró la puerta con algo de fuerza a recomendación de Bella, sin haberse percatado que cierta familia observaba a ambas chicas.


—Vives casi a un lado de mi casa. ¿Qué te parece si nos vamos juntas a partir de ahora? -aquel silencio que había acompañado casi todo el camino fue desecho por Bella.-

—Si no tienes algún problema con eso, nos iremos juntas al instituto entonces. -sonriendole cortésmente, la gryffindor se desabrochó el cinturón, para después bajar quedando frente a su casa.- Una vez más, gracias por traerme Bella.

—No hay problema. Eso hacen las amigas, ¿No?

«Amiga...»

Aquella palabra tan corta y a la vez tan significativa. La chica no la había escuchado en tanto tiempo, una pequeña sonrisa risueña salió de sus labios.

—Claro... Cuídate, Bells.

—Nos vemos.

Sin decir más la chica entró a la vivienda. A decir verdad no notó nada raro en ella en un principio, hasta que entró a su habitación.

Parecía en orden, a excepción de una cosa;

Su baúl estaba en la cama, y ella no recuerda haberlo dejado ahí. Alguien había estado husmeando entre sus cosas.

Podía decir que tal vez haya sido su madre, pero ella se había ido a trabajar en la mañana, por lo que la casa había estado sola. Tampoco pudo ser un ladrón, ya que no faltaba absolutamente nada, y todo parecía perfectamente acomodado: solo quedaban dos opciones, y no sabia cual era peor.

Algún mortífago, o el chico Cullen.

¿Quien sabe? A lo mejor, aquel aparte de ser legeremante podría entrar a casas ajenas sin permiso.

𝐒𝐄𝐑𝐄𝐍𝐃𝐈𝐏𝐈𝐀. -ᴇᴅᴡᴀʀᴅ ᴄᴜʟʟᴇɴ-.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora