✿21✿

880 72 18
                                    

♛┈⛧┈┈•༶

Había terminado la fiesta, la música se paro de oír en el Salón y los invitados iban por sus lados a su respectivo hotel.

México estaba sentado en la escalera de la puerta principal, esperando a que Argentina saliera y así poder suplicar le una charla para explicar las cosas e intentar resolver las.

En cierto punto estaba rendido, ya habían salido las mayorías de los países y la posibilidad de que se quede con Usa a pasar la noche eran muy altas, sabía el orgullo que manejaba el albiceleste, volver al hotel con él era algo impensable, máximo iría por sus cosas en la mañana siguiente.

Un suspiro salió de su boca notando la frustración que sentía por la situación, una la cual el mismo se la ganó por ayudar al canadiense. Si, era tonto, ni siquiera sabia como llegó a ese punto o en que momento llegó a formar parte tan esencial en este.
Solo quería ayudar a su "amigo" Como él lo ayudaría a conseguir lo que quería, nunca se imagino que eso iba a herir a tantos corazones.

Se arrepentía cada noche pero tampoco podía hacer mucho. Le daba miedo lo que sucedería si daba un paso al frente y decía toda la verdad... Aunque lo peor ya estaba pasando.

Argentina para él era alguien especial, no sabía el momento exacto por el cual empezó a verlo de otra forma. Su sonrisa o quizás la manera tan desenfrenada de pensar y a la vez tranquila de actuar, era como si dos personas estuvieran dentro suyo. No podía evitar las ganas de que lo tomara en serio y no como su "amigo" Eso lo frustraba mucho.

—Ya estoy cansado... Supongo de que no saldrá. —se levantó de aquel escalón blanco y frió, iría al hotel para beber un poco más y de alguna forma olvidarse de lo que estaba ocurriendo.

Empezó a caminar escuchando a sus espaldas como la puerta se abría y una risa peculiar se lograba oír.

—Dale pajero, te dije que te controles.

—Solo uno más, me voy a sentir solo y triste sino.

—ya te di "uno más" Deja de aprovechar te, de igual forma voy y vengo.

—Puedo llevarte.

—Voy a estar bien, deja, vos espérame acá.

México vio como Argentina cerraba la puerta y levantaba su vista para luego mirarlo fijamente. Un escalofrío se a dueño del cuerpo del tricolor quien rápidamente bajo su mirada y siguió caminando hasta la salida.

Se sentía incómodo la presencia del albiceleste a sus espaldas, no quería voltear y mirar hacia atrás nuevamente y tampoco era opción el tenerse, solo planeaba que hacer cuando subieran al auto ya que sólo trajeron uno o aún peor, como sería en el hotel? Pensar en eso lo estaba poniendo nervioso.

"Vamos México no seas cobarde cabrón, superaste peores cosas en el pasado, tu puedes contra el miedo"

Sin dudarlo más y aprovechando su pico de confianza que sentía se volteó a tan sólo unos pasos del portón.

Este movimiento brusco asustó al albiceleste quien lo miro extrañado.

—Escúchame.

—No. —El argentino fue directo con su respuesta, quería irse y terminar esa noche lo mejor posible sin más discusiones.

—Arge. —Tomó su muñeca al ver cómo este quería marcharse, no dejaría que esa oportunidad se le fuera así de fácil.

El portador del Sol miro de forma fulminante al contrario intentando de esta forma intimidar lo para que lo soltara, cosa que no funcionó.

No Mal gastemos PalabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora