Eres la obsesión más angustiante pero placentera que tengo Argentina, tan hermosa como una Rosa y tan peligrosa como sus propias espinas.
Sacas el lado más egoísta que tengo y lo peor es que ni me molesto en ocultarlo.
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Historia homosexual...
Suspiros calientes se combinaban con gemidos placenteros dando una tipo de música erótica en la habitación norteamericana.
Caricias y besos que se repartían sin cesar por todo el cuerpo del de latino el cual lo disfrutaba en toda su totalidad, dejando salir de su boca entreabierta aquellos hermosos sonidos que hacían eco entre las paredes de aquella habitación, Sin duda algo que el Yankee disfrutaba oír.
En su mente se grabaría aquellos ojos cristalinos a punto de soltar algunas lágrimas por el placer que sentía y esas sonrojadas mejillas que le daban un toque tierno en su rostro, todo eso combinadas con sus labios rojos e hinchados de tanto ser besados que dejaba una imagen inigualable, sin duda se arrepentía de no poder grabar al argentino en esa situación tan erótica.
—Y-Ya no puedo más...—Esa simple oración hizo brotar en el rostro del estadounidense una sonrisa macabra mirado fijamente los ojos ajenos.
—ah~... ¿Tan rápido te rindes dulzura? Apenas vamos por la cuarta ronda. —Tomó la cintura del portador del Sol regalando le una estocada profunda sacando así del más bajo un gemido glorioso y digno de escuchar.
La cara enfadada que le dio el argentino hizo soltar una risa al mayor sin duda lo estaba disfrutando.
—Lo... Lo hiciste para callarme, verdad? —sin duda no le gustaba tanto estar debajo del Yankee ya que eso implicaba que el pudiera ver cada expresión que hacia... Y le provocaba una cierta vergüenza en él.
—quizás, pero parece que lo disfrutaste mucho. —Tomó su rostro dejando un pequeño beso en los labios ajenos moviendo nuevamente su caderas dándole en el punto donde más la gustaba al terco argentino, no lo admitía pero ver cómo gemía le dejaba en claro la respuesta.
Usa no imaginaba la primera vez en la cama con el latino de esa forma pero ya no aguantaba más, era bastante desesperante la idea de que su hermano tuviera el primer bocado de su tan deseado pastel, si, lo admitía estaba mal pensar que cualquiera pueda tener al albiceleste pero sabia como era Canadá y el desgraciado no se detendría hasta tenerlo gimiendo pidiendo por más de bajo de él... Por fortuna lo tenía justamente así antes que el pelirrojo y no desperdiciaría la oportunidad de marcarlo como suyo.
De sus labios bajo al cuello del latino dejando besos húmedos y una que otra lamida erótica marcando así su paso por la piel ajena, dejando en claro que ese territorio ya está invadido y tomado por él.
—Ya estás marcado por mi. —Sonrió mirando la carita erótica del más bajo quien le sonrió de manera pícara.
—ah~ Ya... me colonizaste boludo?
-Yes mi amado Argentino.
Luego de unas pequeñas risas los dos países se mirando fijamente terminando en un beso apasionado y dejando que sus cuerpo se unan aun más, intentando de alguna forma funcionar los lo más que puedan.
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