Un desafío peligroso

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Nota de la traductora: Los personajes y la historia no son míos. Los personajes son de Rumiko Takahashi y la historia es de Wolf Blossom.

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—¿Y si nos divertimos un poco?

Sango puso la botella en el suelo mientras Kagome tomaba asiento entre ella y Ayame. Miroku estaba al otro lado de Sango, a su lado estaba Inuyasha. Después de Inuyasha estaban Eri, Yuka, Hojo, Ayumi, Ginta, Hakkaku, Kouga y luego Ayame.

—Bien, ya están colocadas las doce cartas —dijo Sango mostrando las seis cartas rosas de las chicas y las otras seis de los chicos.

—¿Quién va a girar la botella primero, Sango? —preguntó Ayame.

—Escoge un número entre el 1 y el 20 —dijo Sango.

—Me vuelvo a sentir como si tuviera 18 años —murmuró Miroku y todos se rieron.

—Le diré el número a Kagome, porque no tengo ninguna duda de que le gustaría ir de última.

—¡Por supuesto! —dijo Kagome mientras Sango le murmuraba el número en su oído. Asintió cuando oyó el número. Era el 3.

—Inuyasha, vas.

—¿12?

—No, Miroku.

—¿20?

—No, Hojo.

—¿16?

—No, Kouga.

—¿17?

—No, Ginta.

—¿9?

—No, Hakkaku.

—¿1?

—No, Eri.

—¿5?

—No, Ayame.

—¿3?

—¡Correcto! —Kagome le sonrió a Ayame.

—¿Qué sentido tuvo eso? —gruñó Inuyasha.

—Es para que Sango no gire despacio la botella y haga que se pare en Kagome. —Miroku sonrió.

—Sabes que nunca haría eso —dijo Sango con voz traviesa.

Ayame se rio disimuladamente mientras giraba la botella. Se paró en Miroku.

—Oh, sí, Miroku, coge una carta antes de nada —empezó Sango y Miroku cogió una carta—. Si rechazas el desafío, tienes que acostarte con quien te desafía.

Todos ahogaron una exclamación.

—Y no vale desafiar a alguien a tener a tus hijos.

—Ah, vaya —murmuró Miroku mientras levantaba una carta. Sonrió—. Kagome.

—Oh, justo lo que necesitaba, el primer desafío tenía que ser de Miroku.

Miroku pensó por un momento y luego hizo crujir sus dedos.

—Desnúdate hasta quedarte en ropa interior.

Kagome abrió los ojos como platos.

—¡Lo estás haciendo a propósito!

—Claro, dejar pasar la oportunidad de ver a Kagome Higurashi casi desnuda me volvería loco.

Kagome murmuró varios juramentos mientras se quitaba la camiseta y los pantalones. Miró furiosamente a Miroku mientras hacía una pirueta y se volvía a poner la ropa.

Te desafíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora