Don't you dare to say it. (CHACK)

.-.27.-. (FIN) .-.

Lento pero seguro, fue lo que se repetía al estar en medio de la nada, era cuestión de tiempo para que el hechizo funcionará o le mostrará algo. Cualquier cosa lo haría feliz a este punto.

Fue un viaje extremadamente largo, y cada que la luna salía se cuestionaba si era el camino correcto, el sol por otro lado, le lastimaba la piel y el alma, ver que sería otro día para navegar le causaba náuseas, deseaba bajarse y tocar tierra de nuevo, pero no había nada kilómetros a la redonda.

Tal vez de esta forma aprendería de sus errores y ni los cometería de nuevo, o al menos lo tomaría más enserio.

Y ahora que no podía ver nada que azul a donde sea que voltease se mantuvo en su lugar, no sentía nada.

—¿Acaso tome el camino incorrecto? — Nada parecía apuntar a eso. El muchacho frustrado se acostó en su bote, cubriéndose con una manta para descansar, el sol le quemaba el rostro, pero al menos su pequeña manta lo protegía.

Lentamente se quedo dormido por el suave arrullo del mar. Qué amable había sido esta con el.

Una nueva noche llego, obligándole a despertar y mirar otra vez al cielo nocturno, sonriendo por lo fría qué era esta, se cubrió con su manta, abrazándose a si mismo para entrar en calor, ahora su bote, por lo que podía reconocer se había movido de lugar pero eso no evitaba qué todo se sintiera igual de frío, al punto qué su aliento era visible sin muchos problemas.

Por ahora no había neblina.

¿Quién le aseguraría qué los días no se irían complicando?

Después de todo el hechizo solo podía hacer una cosa, y luego seria inútil, no seria capaz de volver a usarlo jamás. La razón fue sencilla, ocupaba demasiado tiempo, esfuerzo y concentración, su cuerpo entero se quemo en llamas no literalmente pero sin duda fue así. ¿Otra razón? Bueno, no es un mago y lleva muy poco tiempo para conocer realmente lo que es hacer esto, simplemente tuvo suerte de que funcionara a la primera. Y eso que ni siquiera estaba funcionando correctamente.

Un golpe de suerte.

Solo tuvo unas horas de sueño antes de despertar nuevamente, aún era de noche.

El muchacho suspiró obligándose a si mismo a mirar por los lados del bote, sintiéndose extraño por el vacío del mar, de noche todo era aterrador, los sonidos o la falta de este le dañaban los tímpanos, el calor o el frio extremo de las noches junto a un mar extrañamente calmado. Sus ojos se enfocaron repentinamente en el fondo o lo que se le permitió ver, ¿Que era eso? se pregunto inclinándose más para adelante.

La emoción recorrió su cuerpo antes de lanzarse al agua.

El hechizo solo podía hacer una cosa.

Aún así, acepto lo que podía hacer por el.

Y mientras más bajo iba, más se daba cuenta de que incluso si no funciono como debía, entendió a lo que se refería, tal vez jamás lo encontraría, pero al menos...

Podría tener algo de el.

Un regalo que jamás fue entregado.

Lamentaba que el tritón lo perdiera o no pudiese encontrarlo, pero al fin estaba con su dueño. Al tomarlo en sus brazos, lo acercó a su pecho como si fuera el mejor obsequio que hubiera recibido en la vida. Sintiéndose culpable pero aliviado, tal vez algún día en sus sueños conseguiría lo que deseaba.

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Tal vez algún día en sus sueños conseguiría lo que deseaba. Algún día tal vez.