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Comer con Chase siempre fue tan relajante. El era entretenido cuando se lo proponia ya que aunque tenía un temperamento terrible ante las tonterías era... muy educado. (O terriblemente viejo para entender su humor absurdo)

Además de muy educado como para insultarte de una forma tan elegante que era gracioso, no si eras la persona a la que insultaba, pero igual.
En fin, había conseguido una pizza, que Chase se negó a comer, ni siquiera la probó pero el olor parecía asquearlo. Lindo. Y hablando de lo anterior, se podría decir que fue un maldito suertudo de que una de las mujeres le ofreciera comida que no habia en el menu, solo para el.

Diablos se había puesto celoso.

Pero... incluso si se notaba que Chase estaba hambriento, este se negó rotundamente. No parecía contento de hablar con otros humanos ni aceptar nada de ellos, parecía tan... desconfiado de lo que podría traer.

En cierto punto, no recordaba haber visto a esa mujer antes. ¿Nueva empleada? No quería pensar cosas peores.

Y tan pronto está insistió, Jack nunca pensó ver a alguien tan tranquilo insultar a alguien de esa forma, incluso a el le dolio pero diablos queria reir tan fuerte pero lo mantuvo dentro de él lo mejor que pudo.

Así que si, el camino a casa fue un constante recuerdo de lo que ocurrió y risitas estúpidas que no quería que salieran como una carcajada psicótica. Tenia que admitir, el era lo suficientemente inteligente para maldecir a alguien, pero Chase... lo decía con tanta seguridad, poder, todo. Eso era sexy. Demonios lo era.

Miró de reojo a Chase, que había conseguido una magdalena ¡Gratis!, se veía deliciosa.

¿Vas a comer eso? ¿O te estás cuestionando qué es el chocolate?- Preguntó curioso. Recibiendo un suspiro de respuesta.

Absolutamente no.— Jack parpadeó sorprendido. —¿Prefieres no tener nada para cenar, de verdad?-

Chase no respondió, pero si miró de nuevo a la magdalena, casi juzgandola. —No pienso comer nada que otro ser humano me ofrezca. - Y la dejó caer. Okay. Había confirmado que Chase solo comería lo que él le diese, la verdad se sintió apreciado de que su mala cocina fuese suficiente para el. Aunque... Si el estuviese en su lugar... sería demasiado desconfiado como para probar algo.

Le sonrió adelantando el paso para llegar a casa. Adoraba que el lugar no fuese tan grande para hacer uso de un auto, ¿eso asustaría a muerte a Chase?, quien sabe.

Abrió la puerta, dejando pasar. Cerrando con llave y dejando sus cosas en el sofá, para dirigirse a Chase que bueno... era Chase y se miraba en un espejo.

Es bastante tarde... pero supongo que te cocinaré algo rápido y entonces hablaré con kimiko para saber si encontro algo. Ve y toma una ducha o lo que quieras, te llamaré cuando termine.- Suspiró encantado cuando le hizo caso.

Chase confiaba en él como para aceptar su alimento y ayuda.

Quería llorar.

Lo encontró lastimado y se acercó sin cuestionarlo, tuvo miedo pero aun así se hizo cargo de el, ropa, comida. Y ciertamente no había muchas formas de que Chase quisiera recompenzarle por eso.

Ah, qué encantador y arrogante que era.

Pero, sinceramente, Jack no podía sentirse más satisfecho que con esa muestra de confianza, porque al fin y al cabo ¿No lo es todo? Sin confianza, no hay relación.

¿Y por qué pensaba en relaciones ahora? Obviamente se refería a relación de amistad, una sana relación de amistad entre un tritón transformado en humano y su salvador.

Su salvador.

Bueno, Wuya lo había salvado de morir, pero lo transformó en humano, y ciertamente sería más complicado para él volver sin ayuda.

Si, un salvador.

Jack siguió concentrado en terminar la cena de su invitado, mientras el horno hacia su trabajo tomó el teléfono para enviarle un mensaje a Kimiko.

"Hey! ¿Que tal la búsqueda? ¿Algo interesante?"

Dejó el teléfono a un lado mientras servía la comida.

¿Chase? ¿Estás listo? Porque la cena lo está...

Pobre de Jack, cuando el aludido cruzó el umbral de la cocina mostrándose fresco como una lechuga y con uno de los conjuntos que le había comprado... ¡Estaba atentando contra su salud mental y emocional!

¡Y parecía hacerlo a propósito!

No pudo evitar quedársele viendo como un idiota, estaba haciendo el ridículo, así que solo se sentó a esperarlo mientras tomaba el libro que se habían traído de la biblioteca.

Estudió de cerca las letras, entonces recordó que Chase sabía Tai-Kadai y podía ayudarlo a entender.

Estuvo a punto de preguntar, pero seria extremadamente grosero de su parte interrumpirlo. (Ademas de que tenia el suficiente miedo de morir) Se dedicó a esperar.

Observó toda la habitación algo aburrido, hasta que sus ojos fueron a parar sin querer en Chase Young.

Su cabello era tan largo y tan negro, lucía increíblemente sedoso, incluso estando húmedo. Sus manos eran fuertes y su piel era blanca, pero de un subtono más amarillo, a diferencia del ligero rosa en la de Jack. Su nariz recta, sus agatados ojos color dorado, todo en Chase era perfecto.

¿Hay algo que desees preguntar?—La voz profunda y serpenteante llegó a sus oídos volviéndolo a la realidad.

El plato de Chase estaba vacío, y él se encontraba mirándolo con una ceja alzada.

Lo había atrapado observandolo por mucho tiempo.

No...—Se sonrojó el más bajo—Quiero decir, si, ¿Me dijiste que sabías Tai-Kadai?

Chase asintió recibiendo el libro.

Mm... Esta es efectivamente Wuya.

¿¡Qué!? ¡Pero esa edición tiene como doscientos años...!

Chase lo miró detenidamente, molesto por la repentina reacción.

Sí, estoy seguro de que Wuya tiene más de mil años. De hecho, incluso creo que tiene muchos más que yo.

Jack casi se desmaya ante aquella declaración, ¿Estaba diciendo que tenía más de mil años? Chase no aparentaba un milenio, ¡Ni siquiera aparentaba un siglo!

O cincuenta años. 

Con el corazón a punto de detenerse observó en su celular la respuesta de Kimiko.

"Tengo unos artículos interesantes, puedo llevártelos mañana si quieres."

Entonces tienes siglos de edad...

Chase no se vio muy convencido con esa cifra, pero en lugar de replicar decidió preguntar.

¿Por que parece afectarte tanto?

Jack soltó una risa histérica.

Viejo, los humanos no vivimos más de noventa años, y llegamos con suerte.

Chase lo miró mal ante el apodo.

Don't you dare to say it. (CHACK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora