Capítulo seis

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La noche era tan pacifica que me generaba desconfianza. La noche, en la Isla, era un oportunidad para hacer cualquier cosa sin que alguien pudiera verte con claridad.

Hice fuerza para quitar mi espada que estaba clavada en el pecho de un maniquí, este estaba marcado y tenía rayones, lo había destrozado.

No creo que les importe que haya destruido solamente uno.

—¿Rhiannon? —sentí mi corazón dar un fuerte palpito. La espada que tenía entre mis manos, se resbalo. Casi cortaba al príncipe, si no fuera por que tiene buenos reflejos. —¿Te asuste?

—No —mentí. —Estaba practicando.

—Oh —observo al maniquí.

—¿No les importará que...? —el negó rápidamente.

—Tenemos cientos de estos, podría darte unos para seguir tu entrenamiento.

Eran tan dulce, no me acostumbraba a su actitud caballerosa. Estaba acostumbrada a malas miradas y actitudes codiciosas e interesadas.

En ese momento recuerde a Keiro, me preguntaba que estaba haciendo sin mí detrás de él queriendo jugar a ladrones huyendo de los guardias.

—Rhiannon, lo que Chad dijo...

—Will me dijo que el distinto, pero es bueno, a su modo —meneé la cabeza. —No importa, Ben.

—Me importa como te sientes.

Él se acercó a mí hasta quedar uno a centímetros del otro. Era un poco más alto que yo por lo que alcé la cabeza para encontrarme con sus hermosos ojos verdes.

Era tan guapo, tenía una belleza diferente a los de los chicos que he conocido. Su encanto de niño bueno me atrapaba. Me estaba asustando, no quería sentir cosas por él.

Pero había confesado que lo amaba y no había rastro de engaño o intentaba engañarme a mí misma, estaba confundida.

Mi mente quedo en blanco cuando sus labios atraparon los míos, besándome con suavidad y delicadeza. Su manó toco mi mejilla, atrayéndome más hacía él.

Me deje llevar por sus besos. Mi mano fue a cabello para jugar con el, era tan suave. Baje mis manos esta llegar debajo de su camisa, su piel estaba caliente. El beso se volvió un poco más intenso.

Quería seguir besándolo, sentir sus dulces labios sobre los míos hasta sentirlos hinchados, pero no podía.

Me separé de él con la mejor sonrisa que pude forzar.

—Estoy cansada.

—¿Quieres dormir?

En ese momento sentí mis piernas flaquear. Sentí una ola de cansancio golpear mí cuerpo.

—Sí.

—Te llevaré a una habitación más cercana.

—Confío en ti —bostecé.

Me dio una dulce sonrisa. Tomó mi espada cuidadosamente con sus manos. Me acerqué a él y abracé su brazo hasta que nos detuvimos en una puerta de roble. Ben abrió la puerta, el dormitorio era enorme, las paredes estaban pintadas de dorado, habían unos muebles, sillones con almohadas rojas y una cama matrimonial, detrás de la cabecera que tenía tallada a la bestia, había una bandera con la Bella y la Bestia, ella sosteniendo el borde de su hermoso vestido amarillo.

—¿Es tu dormitorio?

—Una de las tantas de invitados.

Observe la cama, era una cama matrimonial perfectamente ordenada, sin ningún rastro de polvo.

SHAN YU [#1] Ben BeastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora