Capítulo quince

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Me deslicé por un techo hasta llegar a una superficie plana. Me sacudí mi falda color café. Una sonrisa de asomo a mis labios al ver a Keiro sentado alejado de la bulla. Era el único que no estaba exaltado por nuestra presencia en la Isla.

—Es increíble que este día por fin haya llegado —Hablo Evie. —Quisiéramos llevarlos a todos con nosotros, y tal vez muy pronto podamos hacerlo.

—Si, volveremos tantas veces que se van a cansar de nosotros —rio Mal.

—Eso es cierto —afirmó Evie. —¿Hay redobles de tambor?

Los perdidos hicieron redoble de tambor con sus pies, no pide evitar imitarlos.

—Primero quisiera empezar con alguien que es nieta de Lady Tremaine, hija de Drizella —sonreí emocionada. —Mi querida amiga, mi Dizzy.

—Ahora, el hijo de Smee —habló Carlos. —Sube Squeakey.

—Y vamos a separar a los gemelos —habló Jay. —Así que, ¡ven Skirmy!

—Y para terminar... —sonrió Mal —A la ultima seleccionada le vendría bien la clase de bondad del Hada Madrina. Estoy hablando de de la hija del Dr, facilier. ¡Es Celia!

—Soy mala —canturreó Celia.

—Mal, creo que estás olvidando de algo —hablo Evie con una sonrisa.

—Cierto —di un paso un adelante. —Habla dulce Rhiannon.

—Lo mejor para el final —camine hasta Keiro, quien al verme miró detrás suyo. —El hijo de Frollo, Keiro.

—Creí liberarme de ti... —le di un abrazo. —Para siempre.

—Vendremos por ustedes en una semana —dijo Carlos mirando a los cinco seleccionados.

—Empaquen sus pertenencias —dijo Jay. —Sus pertenencias.

—Se volvieron aburridos —dijo Keiro, poniendo sus manos en su bolsillo.

—Te prometo que nos divertiremos —prometí, besando su mejilla.

—¿A donde vamos? —preguntaron las chicas al unísono.

—¡Nos vamos a Auradon!

Caminé hasta salir al balcón. Mal estaba con unos binoculares mirando el mar.

—¿Que haces? —pregunté.

—No hay ningún tentáculo cerca.

—Mal, creo que estas llevándolo al extremo —tomé los binoculares. —Will me ha dicho que estás vigilando por horas el mar.

—Creo que si Uma tuviera algo en mente... —Ben me abrazó por la cintura. —Lo sabríamos.

—No, Ben —negó la chica de cabello violeta. —Conozco a los villanos, y no confío en Uma porque sé como piensa. Aguardará hasta que bajemos la guardia entonces atacará. Quisiera volar como dragón, así podría ver desde mucho más alto.

—No te hace bien estar horas viendo solo el mar —conteste, dándole los binoculares a Ben. —Los guardas harán ese trabajo.

—¿Traerás más guardias? —me preguntó Mal.

—Respira —pedí. —Traeremos más.

—Nos esperan —me dijo Ben, tomándome de la mano.

Mal se fue, dejándonos solos. Ben se acercó a mí, dejando un beso corto sobre mis labios. Ambos caminamos hasta los jardines del castillo donde estaba todo el reino.

SHAN YU [#1] Ben BeastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora