SHAN YU [#1] Ben Beast

Capítulo trece

Quité el polvo de mi falda. Estaba frente a la preparatoria. Me dolían un poco los pies, estos tacones no eran aptos para todo lo que sucedió en la Isla.

—Tengo que llevar esto al gimnasio —hablo Lonnie, apuntando las espadas.

—Gracias —dijo Jay, mirando a Lonnie.

—Te veo después —contestó para irse.

—Ben, ahí estás —hablo Jane acercándose. —El baile es esta noche. ¿Quieres ver? Mira. Este es el vitral para Rhiannon. ¿No es maravilloso? Le va a encantar.

—¿Quieres cancelarlo? —me preguntó Ben. —Pareces enferma.

—¿Sabes qué? —hablo Jane. —Regresaré después...pero muy pronto, muy pronto.

—Ben, no puedes cancelar.

—Me importa tu salud —puso su mano en mi mejilla. —Quiero que te revisen.

—Está bien.

—¿Esta todo bien entre nosotros?

Parecía temer por mi respuesta.

—No pensé en ti cuando decidí acompañar a Mal y eso fue el peor error que cometí. Seguramente sería infeliz con el pasar de los días en la Isla. Te debo una disculpa por hacerte pensar que no te quería.

—No, yo debo disculparme. Estuve ocupado con los asuntos de ser Rey. Nunca tenemos la oportunidad de vernos y no quiero perderte.

Lo abracé. Me sentía cariñosa. Sus brazos me rodearon, correspondiendo el abrazo con leve fuerza.

—No puedes perderme. Nadie se libra de mí.

—Que bien porque no quiero librarme de ti.

—Todo esta bien entre nosotros —le hice saber.

Nos separamos lentamente. No era necesario hablar. Sabía que debía irse por su lado y yo por el mío.

Observe a los lejos a Will, estaba cabizbajo, quitándose el gorro con frustración.

—Tenemos que charlar —le dijo Evie a Mal.

—Si —contesto Mal, ambas empezaron a alejarse.

—No —hablo Carlos. Ambas voltearon a verlo.

—¿No? —preguntó Mal.

—Ustedes siempre...se van solas a hablar en secreto cosas de chicas o lo que sea —soltó Carlos. —Rhiannon, Jay y yo nos cansamos.

—Ah, yo no —dijo Jay.

—Carlos, ¿que estás haciendo? —pregunte confundida.

—Somos una familia ¿no? —preguntó Carlos. —Hemos pasado cosas todos juntos. No quiero cambiar eso ahora. Sentémonos aquí.

Me senté a su lado. Sentía un aire pedazo entre nosotros. No éramos muy expresivos con lo que nos sucedía entre los cinco.

—No sé nada de charlas de chicas —comentó Carlos.

—¿Que sucede? —les pregunté a ambas, ayudando a Carlos.

—Bueno... —jugué con mi cabello. —Estoy muy mal, no me siento bien. ¿Saben? Hace seis meses yo vivía robando dulces a los bebés, y ahora todos me piden que sea una dama de la corte y no tengo idea de como fingir eso.

—No lo hagas —aconsejó Carlos

—¿Lo vez —señalo Jay. —Esto no sirve.

—No entiendo nada —me encogí de hombros.