SHAN YU [#1] Ben Beast

Capítulo once

Hice una mueca. Había lanzado más de una vez la roca hacía el cartel pero fallaba en todas las veces. Keiro al verme frustrarme, tomó una roca entre sus manos y la lanzó en el blanco. Repentinamente me sentí feliz. Subí las escaleras, cantando la canción que Ben me había dedicado cuando estaba hechizado.

Keiro caminó lentamente detrás de mí. Íbamos a comer juntos pero decidí invitar a Mal. Su conversación con Harry llevo a mí mente. Ella quería volver a ser temida por los perdidos. Quería que todo sea como antes pero no lo era. Yo no era la misma de antes, sabía que estaba bien y que estaba mal. Todo lo que hacía antes estaba mal.

—Mal, pensé en ir a comer...

La confusión adorno mi rosto. Carlos estaba mirándome con el ceño fruncido.

—¿Rhiannon? —su mirada fue detrás de mí. —¿Keiro?

—Carlos —saludó Keiro, sin ganas.

—¿Que haces aquí? —parpadeé, esperando que sea una ilusión.

—¿Tú que haces aquí? Deberías estar en Auradon.

—Mal me lo pidió.

Carlos desvió su mirada. Sentí que algo me ocultaba. Recuerdo una vez cuando tenía una espada de madera que me había tallado papá. Jay la rompió y Carlos dio mil vueltas para decírmelo.

—Ben fue secuestrado.

Cerré los ojos. Traerlo a la Isla no fue una buena idea, hasta yo lo sabía. Intente mantenerme calmada. No debía pensar mucho o eso me decía que hiciera Mal.

—¿Donde está Mal?

—Uma pidió hablar con ella. Los piratas lo secuestraron.

—Harry... —dije entre dientes.

—¿No iremos a comer? —preguntó Keiro.

—Sí.

—Rhiannon —señaló Carlos.

—No —contesté, mirando al pelinegro.

Fruncí el ceño al ver a un chico entrar. Tenía un buzo azul oscuro que le llegaba por debajo de los muslos, unos short verdes, un gorro amarillo y zapatos negros. Su cabello era azul, el mismo tono del cabello de Evie.

—¿Te pintaste el cabello de azul?

—Es una peluca —respondió Will. —Como tenía el cabello teñido, pensé...

—Rhiannon —Evie se acerco a mí para abrazarme.

—¿Donde está Ben? —pregunté. —¿Hablaste con Uma?

—Apostamos que me daría a Ben si ganaba —explicó Mal.

—¿Entonces donde está?

—Perdí. A cambio debo darle la varita.

—¿Que?

—No le daremos la varita a Uma —hablo Evie. —No podemos dejar que destruya Auradon.

—Si no le damos la varita a Uma... —dijo Carlos. —Ben será historia.

Mi labio templó. El no podía estar perdido. Buscaría una manera para liberarlo de esos piratas.

—¿Entonces le daremos justo a Uma la varita? —preguntó Evie.

—No, no lo creó —contesto Jay. —No.

—Esperen, chicos —miré a Mal. —su impresora.

—¿Una varita falsa? —preguntó Will, con los brazos cruzados. —Lo notará cuando intente hacer un hechizo.