ᴀᴘᴏᴄᴀʟʏᴘsᴇ | ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ

012: ᴇxᴘʟɪᴄᴀsɪᴏɴᴇs

—¿Están bien? ¿Que fueron esos ruidos? —dice Yeji—

—¿Qué van a ser? -espeta Goon Yoo—

Ryujin esta sentada junto a Yeji con su rostro manchado de puré. Cute piensa. Le mira y cree ver la alegría en sus ojos. Rambo corre hacia la niña y le limpia el rostro con un lengüetazo. La puerta se abre en ese momento. Entran Minho y Jennie.

—¿Que ha sido eso? —pregunta Minho—

—Un grupo de infectados. —dice—

—Eso supuse —dice mirando otro lado— ¿Están todos muertos?

—Todos —dice Jeon mirando a su compañero—

—Buen trabajo, mañana sube de nuevo a la 5°A planta que tengo una tarea para ti. Vamos, Jennie... ¿Jennie? —dice mirando a la joven—

—Si, vale —sigue a Minho—

Ambas desaparecen tras la puerta.

—Toma —dice Goon Yoo dándome una lata de albóndigas con tomate—, siéntate y come algo hijo.

Tae y Jungkook se sientan a la mesa y devoran las albóndigas como un par de zombies. Rambo los mira petrificado.

—Me voy a descansar unas horas. —dice Tae una vez ha terminado de comer—, si me necesitas algo estoy arriba

—Ok

Tae abandona el piso y solo quedan Yeji, Goon Yoo, Rambo, Ryujin y el pelinegro.

—Tu hija se ha portado muy bien —dice Yeji acariciándole el cabello—

Otra vez esa palabra. Busca la mirada pero la niña no se inmuta.

—Gracias noona  —dice sonriéndole y Yeji sonrie—

—Goon Yoo, ¿nos traer dos tazas de té? Eres un angel —dice sonriendole—

—Gracias hyung —añadió—

—¡Gracias a ti y a Tae por protegernos! —dice Goon Yoo—

—Bien, Jungkook, ahora que tienes algo de tiempo disponible ¿qué te gustaría hacer? —dice mirándolo—

—No lo sé —se encoje de hombros—

—Mira, puedes acudir a la biblioteca de Goon Yoo; tiene libros de todo tipo. Además en el bajo hay un pequeño gimnasio con algunas máquinas. También puedes seguir a Tae e ir a descansar —dice entre risas— ¿Qué prefieres?

—Mejor voy al gimnasio —digo mirando— Gracias noona

Sus músculos se expanden y contraen involuntariamente en anticipación mientras baja las escaleras. Ha pasado demasiado tiempo desde la última vez qué entrenó. Ya es hora.

Entró al pequeño gimnasio. El lugar es diáfano y desde allí puede ver la piscina. No hay zombies a la costa. Se acerca inseguro a la elíptica y sube.

Entonces empieza a pedalear con energía, con potencia, con rabia, con lágrimas en los ojos... podría correr hasta el final del mundo. El corazón trota en su pecho y quema fantasmas al ritmo que quema calorías. La rutina empieza con el primer día.

Goon Yoo mira desde el suelo, su mano tira de un calcetín atrapado entre los dientes de Rambo.

—Creo que Rambo quiere quedarse aquí. —dice riendo—

—Mejor, tu tienes más calcetines que yo —dice también riendo—

Yeji le da a una Ryujin dormiente en la puerta y se despide.