ᴀᴘᴏᴄᴀʟʏᴘsᴇ | ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ

006: Hᴏʀᴀ ᴅᴇ ʀᴇɴᴅɪʀsᴇ

Sus dedos resbalan sobre la botella de cerveza limpiando las <<Lágrimas>> que se deslizaban por el cristal. El frío enfurece su mano. Cierra la puerta de la nevera y se derrumbo a su lado. Destapó la séptima botella con los dientes y se la llevó a la boca. Deja que la mitad del contenido de la botella entre en su boca e intento tragar a la mismo velocidad; termino empapándose la camisa celeste y los pantalones negros. Un acceso de tos sacude su cuerpo. Cierra los ojos y reposo la cabeza en la puerta de la nevera.

Se siente a gusto, despreocupado. De repente, oye un sonido a millones de años de luz, un susurro. El rítmico sonido hace que esboce una sonrisa y abra lentamente los ojos. Parece un tambor emulando el canto de una sirena. Con mente ligera y cuerpo pesado se pone de pie y busca el origen de tan placentera música. Los objetos a su alrededor intentan confundirle, revoloteándose y ejerciendo presión sobre su cerebro en un vano intento por ocultar aquello que tanto anhelo. No lo consiguen, la puerta se abre de camino entre el resto de estímulos y dice que acuda a él. Es el quien toca el piano dulcemente.

Siente algo helado entre sus manos. Sin moverlas, acerca el objeto a su cara o, mejor dicho, su cara al objeto y se encuentra con una botella de cerveza. <<¿Cómo ha llegado a mis manos?>>, se pregunto mientras río. Tras estudiar durante unos minutos decidió: llevarlo consigo hasta la puerta.

Pateo la puerta una vez más y compruebo que el redoblar de las tambores se ha intensificado. Se dirigió a aquel <<Arco del Triunfo>> mientras un divertido hipo decide visitarle. Caminó con convicción hasta que siento que sus pies se han topado con algo. Mira abajo, y su mente comienza a procesar lo que ve, el sonido que proviene de la puerta se torna más intoxicante. <<Jimin>>, piensa. Levantó un pie, luego otro y siguió.

Frente a la puerta. El sonido ya no se encuentra a años de luz sino a escasos centímetros. <<Jimin>>, repitió una vez mas; él es la sirena detrás de la puerta que quiere entrar y abrazarle con todas sus fuerzas. Extiende la mano derecha, coge el picaporte y tira hacia bajo. La puerta <<explota>> hacia dentro y el canto de la sirena es reemplazado por un gruñido... entonces comprende. Intenta reencoponerse cuando el zombi le coge por el brazo y se lo lleva a su mandíbula. Tensióno el bíceps y recupera su mano. El semblante del cadáver parece ser la mismísima definición de odio. Extiende sus brazos profiriéndole otro rugido e intenta asirle a toda costa.

En ese instante siente el cristal frio en su mano derecha. Lo aprieta con fuerza y contagiándole el odio que le transmite la criatura le proporciono un botellazo en el cráneo. El zombie gime al mismo tiempo que pequeños pedazos de vidrio se dispersan por el suelo. El cadáver enrabiado intenta lanzarse una vez más a por Jungkook. Los restos de la botella se han transformado en un arma blanca. En un movimiento el vidrio corta el aire y se adentra en el ojo izquierdo del no muerto. Se expresión desquiciada se paraliza para luego desploma sobre él. Regpunado, empujó el cuerpo y siente como los contenidos del estómago suben a toda velocidad por el esófago y terminan por bañar al suelo.

Ha caído la noche. Las manecillas del reloj giran sin descanso mientras las siluetas los dos cadáveres le acechan en la oscuridad del salón. El alcohol que nadaba por la torrente sanguínea también lo han abandonado.

La puerta de entrada continúa abierta y otras tantas horas oscuras transcurren de igual manera. Un sonido o un pensamiento —no esta seguro— rompen el estado de ensueño. Sus extremidades jamás le han pesado tanto ni ha sentido su mente tan anestesiada. <<¡Supervivencia!>>... no sabe de dónde proviene el mensaje ni debería oírlo.

¿Para qué seguir viviendo en un mundo como este?
¿Para terminar siendo otro zombie más? ¿Son siquiera conscientes de serlo?
¿Para seguir existiendo, seguir respirando?.
Las preguntas resuenan en su mente cuando siente algo moviéndose en su pierna. Su corazón se dispara al mismo tiempo que lleva una mano. Aún sigue vibrando cuando lo saca del bolsillo y ve lo que la pantalla indica.