ᴀᴘᴏᴄᴀʟʏᴘsᴇ | ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ

035: ᴋɪɴᴅᴇʀ ʙᴜᴇɴᴏ

Seulgi, Taehyung y Ryujin miran la puerta con desconocidos hasta que lo reconocen.

—¡Papá! —dice la niña y corre hacia este—

—Hola, princesa —su abrazo relaja todos los músculos en su cuerpo—

—¿Me has traído algo?

Seulgi ríe y unas divertidas líneas decoran la frente de Taehyung. Saca el chocolate de su bolsillo y el envoltorio reluce iluminado por la luz artificial.

—Toma —Ryujin coge el Kinder con los ojos agigantados—

—¡Qué rico!

Verla comer es una pastilla contra la depresión.

—¿Quieres que te cuente otra historia?

—¡Sí! —responde con la boca llena de chocolate—

—¿Has oído alguna vez de la liebre blanca de Creggan?

—Mmm... no

Seulgi y Taehyung le miran igual de expectantes que Ryujin.

—Dice la historia que en Creggan existía una liebre blanca tan rápida como...

—¿Dónde está Creggan? —la voz aguda de Ryujin le interrumpe—

—En Irlanda del Norte —espera otra pregunta—

—Bueno, ¿cómo sigue? —Jungkook enseña los dientes sonrientes—

—La liebre era tan rápida como la golondrina que vuela por el aire, ¡nada se le comparaba con la liebre blanca de Creggan! —Seulgi, Ryujin y Taehyung se acomodan en sus literas y esperan a que continúe—

>>Una mañana de otoño, se alzó el sol rojizo y dorado sobre la montaña verde, Barney Conway llegó y dijo:

—Hoy le pongo fin a esa liebre blanca.

—¡No! —Ryujin frunce la frente—

Buscó en las tierras bajas y en las cabañas, hasta que vio saltar de entre los arbustos a la liebre blanca. BANG BANG resonaron sus armas y sus perros soltó. Pero la liebre corrió ligera como el viento y se perdió tras la montaña verde. El podré de Barney suspiró al ver como su presa se escapaba.

—¡Sí!

Otro día, unos cazadores de la ciudad llegaron a Creggan en un coche deportivo con sus galgos pedigrí.

—¡Buh! —grita Taehyung y le tira un beso—

Se dirigieron a las tierras bajas y las cañadas en búsqueda de la liebre blanca, hasta que Barney Conway en un banco del pantano gritó a los cazadores:

—¡Allí va la liebre!

—¡Corre! —Ryujin levanta las manos como una conductora de orquesta—

Llamaron a los galgos y Barney y los cazadores saltaron de felicidad, ya que en el césped siete perros y nueve hombres rodeaban a la pobre liebre.

Observa a Ryujin pero no dice nada.

La liebre temblaba de miedo, moviendo sus grandes orejas de un lado a otro. Pero entonces se levantó con las patas traserasy de un valiente salto dejó atrás a los galgos.

¡Qué hermosa imagen! Ligera como el viento corrió por las verdes montañas. Los galgos pedigrí no pudieron alcanzarla y se volvieron con los cazadores a casa en su coche deportivo.