ᴀᴘᴏᴄᴀʟʏᴘsᴇ | ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ

029: ᴍᴇ́ᴅɪᴄᴏ, ᴄᴜ́ʀᴀᴛᴇ ᴀ ᴛɪ ᴍɪsᴍᴏ

Siguen al sargento Rowoon hasta la sala de conferencias y de allí continúan por una escalera mecánica fuera de servicio. Dos plantas más se detienen frente a una oficina.

—Siéntese —dice el sargento y señala unos bancos donde ve más gente—, voy a avisarle a la doctora que están aquí

El hombre da tres golpes en la puerta y entra en la oficina. Mira a su alrededor. Un hombre y una mujer hablan en voz baja a su derecha. Al percatarse de sus presencias los miran, sonríen y prosiguen con su conversación. La puerta de la oficina se abre.

—Muy bien —reanuda Rowoon—, la doctora los verá en breve. Yo tengo que continuar con mis deberes —añade y se dirige a las escaleras—, vengan a verme mañana para hablar de cómo pueden ayudar a la comunidad. Hasta luego

Sus pasos retumban en los escalones metálicos cada vez menos hasta que el ruido desaparece. Los ojos de Tae le buscan con la pregunta <<¿Qué te ha parecido el sargento?>> pero cuando se dispone a responder la puerta vuelve a abrirse.

—¡Siguiente!

Espera a que la mujer o el hombre a su lado se levanten pero ninguno lo hace.

—Pasen ustedes —dice ella—, los recién llegados tienen prioridad

—Ve tú con la niña primero —dice Seulgi—

No tiene energías para entablar una lucha de cordialidad para ver quién pasa primero. Se pone de pie y sigue la voz de la doctora. Entran en la oficina con Ryujin de la mano y cierra la puerta tras de si.

Detrás de un escritorio ve a la doctora Chungha. La mujer se quita un mechón castaño de la frente y señala dos sillas.

—Tomen asiento, por favor.

Los ojos de Ryujin bailan inseguros sobre la mujer. Jungkook toma la iniciativa, se sienta y la niña lo imita.

—Me ha dicho el sargento que usted es médico

—Lo soy

—Me gustaría que se uniese a mi equipo de trabajo una vez se haya asentado

—Por supuesto

—¿Cómo te llamas, bonita? —pregunta y Ryujin baja la mirada—

—No ha hablado desde el rescate —explica—

—Ya, el sargento me ha contado cómo ha sido

<<No dejes que se acerque a la niña>>

La doctora se pone de pie y la bata blanca cae hasta sus rodillas. La mujer descuelga un estetoscopio y rodea la mesa. Las arrugas de su rostro se pronuncian al escuchar los latidos de la niña

—¿Todo bien?

—¿Eh?, sí... todo normal —sus ojos se fijan en mi muslo—. ¿Qué le ha pasado en la pierna?

Sigue su mirada y se encuentro con un punto de sangre en los pantalones amarillos. Lee <<mordida>> en el rostro de la doctora.

—Una herida que me hice recientemente

—¿Puedo examinarla?

—Adelante

Se baja los pantalones amarillos y la mujer acerca su rostro a la herida.