Prólogo

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-¡¡Allá vamos!!- grita tan fuerte que tengo que quitarme el teléfono del oído.

Es mucha la emoción.

-Michelle para de gritar ya-le reprocho entre risas.

-No puedo-me sigue hablando más alto de lo normal-No todos los días tú mejor amiga ñoña promete dejar de ser...¿ñoña?

-No soy ñoña-repito por quinta vez.

-¿Y cómo le llamas entonces a tu forma de ser?

-Simplemente soy una persona tranquila-hablo con toda la calma del mundo.

-Shell ya nos estamos haciendo mayor, por ende hay que disfrutar todo lo que podamos.

-Ya lo sé.

-No quiero que llegues a vieja y al mirar para atrás no hayas hecho nada divertido en tu vida.

-Yo solo me divierto a mi manera.

-Leer y ver películas no es lo que se le llama diversión cuando tienes 19 años.

-Deja de hablarme como si tuvieras 40 y fueras mi madre.

-Yo solo quiero que la pasemos bien.

-Vale.

-Ya quiero que sea domingo. Tengo un bombazo que contarte.

Se escucha muy entusiasmada.

-Pues hasta el domingo entonces.

-Te quiero.

-Yo igual.

Esa, es una normal conversación con mi loca mejor amiga y yo acabo de prometerle que me voy a "divertir", dejando los libros de lado para unirme a ella y a sus fiestas del diario.

Cuando eres una joven de 19 años y no te relacionas con otros jóvenes eres una ¿ñoña?

Pues, yo estaba a punto de dejar de serlo. Solo necesitaba que él llegara a mi vida para que cambiara todo a su paso.

Cuando Llegaste A Mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora