𝔭𝔞𝔯𝔱𝔢 𝔡𝔦𝔢𝔠𝔦𝔫𝔲𝔢𝔳𝔢.

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San

-Espero que cojas diabetes- dije mientras andaba hacia la habitación.

Era el día siguiente. Había ido a comprar más Sprite a la tienda. He acabado comprando siete latas, a ver si así me perdona.

-Espero que se te atoren las arterias. Voy a hacer que bebas hasta que te desmayes- soltaba al aire, sin nadie a mi alrededor. -¿Por qué hago esto?- me pregunté estando en la puerta de la habitación.

Entré y le coloqué todas las latas encima de la cama, todo lo bonito que pude. Mientras lo esperaba, me senté en el suelo a jugar cualquier cosa que encontrara en mi móvil.

Al cabo de un rato entró por la puerta, sin mirarme siquiera. Llegó a su cama y se dispuso a quitar las latas y ponerlas encima de la cómoda.

-No tienes por qué hacer esto- le escuché decir.

-Eso es lo que debería de decir yo. Si tienes un problema, solo dímelo.

-No tengo nada que decir.

Me levanté y me acerqué a él a la vez que él se giraba y quedamos cara a cara. Muy cerca.

-Wooyoung.

-Deberías estar feliz de que actúe así- dijo sin mirarme. Quiso irse pero se lo impedí cortándole el paso. Dos veces. -Esta noche tampoco voy a dormir aquí- me miró a los ojos. Un escalofrío me recorrió el cuerpo.

Esta vez me esquivó pero le agarré del brazo antes de que pudiera irse.

-Duele- giró la cara para mirarme a los ojos.

No sé por qué, pero lo besé en la comisura de los labios. Me separé y lo miré, nervioso. Intenté huir, otra vez, pero noté su mano en mi cara, haciendo que me quedara en el sitio.

Atrapó mi cuello con su mano y metió sus dedos en mi pelo mientras se acercaba. Nos besamos. Y prácticamente lo empecé yo.

Lo separé uniendo toda mi fuerza de voluntad.

-Querías un beso, ahí lo tienes- dije nervioso. -Pero no te perdono, así que no me sonrías así. Puedes irte donde quieras- me giré para irme de allí lo antes posible, pero me agarró de la cintura, abrazándome por la espalda.

-No es que no quiera ir, pero no puedo vivir sin ti- me susurró al oído, posando su cabeza en mi hombro.

No pude aguantar la sonrisa. No sé cuánto tiempo nos quedamos en esa posición. Él abrazándome fuerte y respirando en mi cuello.

Me senté en mi cama, con Wooyoung pegado a mí como una lapa. Me abrazaba por un lado, haciendo círculos en mi rodilla y apoyando su peso en mi hombro.

-Wooyoung, pesas mucho- me quejé.

-Te he estado esperando- dijo con una sonrisa.

-Te he dicho que no te voy a perdonar todavía- él volvió a dejar caer su cabeza en mi brazo. -Espera un momento, lo dices como si supieras que iba a hacerlo- me lo quité de encima.

-Sólo confirmas mi teoría de que realmente te preocupas por mí- dijo acercándose a mi cara cada vez más.

-No me preocupo por ti- dije quitándole la mirada.

-Te cabreaste cuando me fui a casa sin decírtelo- soltó.

-Mentira.

-Compraste Sprite porque sabes que me gusta- añadió. -Y me besaste porque sabías que yo quería. ¿No es así?

No podía mirarle de lo rojo que estaba. -Sí, tienes razón- me acomodé en la cama de manera que no me tenía que girar para verle la cara, sino que lo tenía en frente. -Pero te olvidas de una cosa- lo eché a patadas de la cama y me levanté, quedando yo de pie y el tirado en el suelo. -Te olvidas de decir que me has ignorado.

roommate || woosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora