𝔭𝔞𝔯𝔱𝔢 𝔠𝔞𝔱𝔬𝔯𝔠𝔢.

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San

Esa misma noche juntamos las camas para hacer como si fuera una de matrimonio, por así decirlo. Estaba cagado. El corazón me latía como nunca y tenía la boca seca.

Wooyoung se acercó con un vaso de agua para sentarse a mi lado, en el borde de la cama. Le miré de reojo tragando saliva. De verdad que el corazón se me iba a salir del pecho. En los líos en los que me meto yo solito...

-¿Estás listo?- dijo mirándome.

La verdad es que no creo que lo esté nunca. Es todo tan raro.

-No preguntes tonterías. He estado todo el día esperando.

Nuestras piernas se rozaban ligeramente, lo que me ponía los pelos de punta.

-Hagámoslo y punto- dije después de un silencio.

-¿Sabes una cosa?- me miró a los labios mientras se acercaba lentamente a mí. -Con estas situaciones hay que ser paciente.

-¿Cómo es diferente de una normal?- me estaba alejando conforme se acercaba. Así no hacíamos nada. -Lo haces y ya está.

-¿Con tus exs lo hacías y ya?- me preguntó.

-Sí.

Él colocó su mano en la cama justo detrás de mi, apoyándose en ella y rodeándome ligeramente. No dejaba de mirarme los labios.

-Déjame enseñarte...- susurró. -Este tipo de cosas es más que ir al grano.

Me empujó suavemente haciendo que me tumbara en la cama. Él encima de mí.

-Sin besos- dije. Aunque la verdad es que sí que quería que me besara. No. Mentira.

-No voy a tener sexo con alguien que no me quiere besar- dijo sobre mis labios.

-Joder...- y fui yo quien cortó la distancia que nos separaba.

Nuestros labios se unieron con más ganas de lo que me gustaría admitir. No sabía cómo, pero la situación me estaba poniendo cachondo. Lo que comenzó siendo un beso lento continuó siendo un beso necesitado y profundo.

-¿Ahora estás feliz?- dije separándome.

-Para mí no es suficiente- sonrió. Esa jodida sonrisa socarrona...

Se acercó otra vez y posó un beso lento encima de mis labios. Digo encima porque yo no moví los míos. Siguió haciéndolo, muy lentamente. Yo le miraba.

No pude más y correspondí sus besos, juntando nuestras lenguas. Seguimos besándonos. Me podría quedar así toda la eternidad, pero él paró el beso.

Cogió un hielo del vaso de agua de antes y se lo metió en la boca. Me miró con una sonrisa y me volvió a besar, pasándome el hielo. Joder, sí que sabía cómo poner cachondo a alguien.

Nos pasamos mutuamente el hielo hasta que desapareció, que no fue mucho rato ya que la verdad es que ambos estábamos bastante encendidos ya.

Se apartó y se quitó la camiseta, dejándome ver su torso trabajado. Cogió una de mis manos y la puso en su pecho. Le acaricié todo el recorrido del pecho al ombligo.

Me agarró las manos y las entrelazó con las suyas a ambos lados de mi cabeza mientras atacaba una vez más mis labios.

No quería que dejara mis labios, pero bajó a mi cuello a seguir dejándome besos húmedos. Me mordí el labio intentando no gemir, pero joder, era complicado.

Mientras él devoraba mi cuello yo aprovechaba para tocarle la espalda, sintiendo cómo se erizaba con mi tacto. Subió otra vez a mi boca, dejándome besos cortos y sin terminar por la desesperación. Le separé y me quité la camiseta.

roommate || woosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora