9. Siempre puedo más.

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Pero que estoy haciendo.

Mientras continúo mi camino dirijo un par de veces mi mirada hacía atrás pero cuando comienzo a tropezar decido ya no mirar hasta que escuchó algo que me hela la piel:

—¡Ey!

Al girarme veo a dos tipos robustos mirar en mi dirección y segundos después a los chico salir con rapidez de la casa para mirarme.

Cuando veo a los sujetos mal encarados comenzar a venir en mi dirección me vuelvo hacia el frente y trato de aumentar mi velocidad mientras cambio de dirección y decido adentrarme entre los árboles que ahora están a escasos metros de mí.

Aún escuchando los gritos de aquellos tipos exigiéndome que me detengo logro adentrarme al lugar y continuar corriendo sin dirección alguna.

Ya no puedo más.

Vamos, ya falta poco.

Pero, ¿Para llegar a donde?

Cuando dejó de escuchar a aquellos sujetos llamadome disminuyó mi velocidad y tratando de no hacer tanto ruido al pisar las ramas y hojas que se encuentran en el suelo me acerco hasta un grueso árbol y ahí voy a encontrarme recostando mi espalda contra el. Mi pecho sube y baja sin control y mis pulmones arden mientras intento jalar aire desesperadamente. Cuando escucho el ruido de pisadas me llevo una mano al rostro y bueno mi boca y nariz con fuerza para no emitir ningún sonido y escuchar más a detalle el ruido que me rodea. Aguardo con el cuerpo pegado al árbol durante unos segundos pero no escucho ningún ruido más que el de mi respiración que lucho por controlar para no ser descubierta.

Después de esperar en silencio durante unos minutos en aquel lugar logro reponerme de la persecución y entiendo que no estoy segura ahí. Así que reuniendo todo el valor que no tenía termino por incorporarme y mirando a todas la direcciones corro hacia la dirección contraria del camino de vuelta a la casa tratando de no hacer mucho ruido. Continúo caminando a paso apresurado y en un punto escucho el crujir de las ramas a lo que corro al árbol más cercano y recuesto mi espalda sobre este mientras me llevo una mano a la boca para evitar soltar sonidos que me delaten.

—¡________!

Dios, por favor no.

Cierro los ojos cuando siento las lágrimas a punto de salir de mis ojos y escucho como los pasos comienzan a acercarse hacia mí. Abro rápidamente los ojos al no escuchar más ruido y sin mirar atrás continúo corriendo.

Mis pulmones comienzan a arder pidiendo más oxígeno mientras mi nariz trata de halar todo el oxígeno que puede. No recuerdo en qué momento oscureció tan pronto, algunos rayos anaranjados de luz se cuelan entre los huecos que dejan las espesas ramas de los árboles iluminando el camino por el que me espera la libertad.

Luego de apenas un corto rato comienzo a bajar el ritmo, mis pasos se vuelven torpes y entre tropezones me balanceo de un lado a otro. Ya no puedo más.
Pronto las lágrimas se acumulan en mis ojos. Me detengo por un momento arriesgándome a ser alcanzada por esas personas pero lo único que llega a invadir mi mente es cuantas veces me he dicho esa frase.

Ya no puedo más.

Pero siempre puedo más.

Y si sobrevivo a esto entonces lo puedo todo. Yo…

Todo tipo de intento de motivación se esfuma con rapidez cuando siento como por detrás me sujetan del cabello y tiran de mí en esa dirección. Sin ver de quién se trata sigo siendo jalada hacia la dirección de la que venia huyendo, sintiendo fuertes punzadas en el cuero cabelludo y tropezando y siendo levantada con total brusquedad.

—Maldita estúpida, ¿Enserio creíste que te escaparías así?

—Jack, por favor.

Llevo mis manos hasta su agarre en mi cabello y trato de que me libere.

Pronto salimos de entre el bosque hasta que llegamos al campo abierto, entre llanto y súplicas de mi parte ruego a Jack porque me suelte al sentir que ya me ha arrancado gran parte del cabello entre sus tirones y maltrato. Al haber únicamente insultos y más tirones de su parte, cuando veo que nos acercamos más y más a la gran casa solo rezo porque este momento se acabe pronto.

No dejo de suplicar hasta que llegamos a la puerta de donde salí al exterior encontrándome con todos los presentes mirando la escena. Los tres chicos me miran con un sentimiento que en ese momento distingo como molestia y decepción. Michael me mira desde un lugar a unos pasos de los demás, parece muy asustado pero también disgustado. Y entonces es cuando notó el enorme morado que se forma en su ojo izquierdo y los cortes con todavía sangre provocados en su labio superior e inferior.

—Jack.

—Ni se te ocurra Madison — escupe con rabia el chico cuando mira a su novia intentando acercarse a nosotros. La rubia se aleja mirándome con preocupación siendo así la única que al parecer se preocupa por mí. 

Aun con su agarre sobre mi cabello nos adentramos a la casa y luego Jack me hace subir a tropezones cada escalón mientras entre estos me sacude la cabeza sobre su agarre. Me duele todo, puedo sentir como las lágrimas calientes corren libremente por mis mejillas y se pierden en mi mentón. La garganta me pica por tanto chillar y suplicar que me suelte.
Finalmente reconozco el pasillo de las habitaciones y cuando nos detenemos y levantó con dificultad la mirada me percato de que hemos llegado a mi habitación. Ahí, finalmente Jack me libera de su tortuoso agarre lanzándome con brusquedad hacia el interior del cuarto.

Cuando dirijo la mirada hacia su dirección puedo ver cómo en su mano tiene largos mechones de mí cabello y algunos con gotas de sangre. Suelto un chillido de horror y con dificultad me llevo una mano sudorosa a la boca.

El chico continua de pie sobre su lugar, mirándome sin una pizca de emoción, y cuando su mirada viaja de su mano a mí dice:

—Te quedaras aquí sin comer, y sin visitas, hasta que aprendas a seguir una puta y sencilla regla.

Sintiendo mi cuerpo temblar veo cómo sus ojos se abren más y más con cada palabra que dice para después tomar la perilla de la puerta y cerrar esta neutro.

Ante el sonido del seguro siendo puesto desde fuera no me contengo y rompo en llanto mientras mantengo mis manos a la altura de mí cabeza y me debato internamente entre tocarme las zonas donde siento dolor.

Desconocidos [FANFICTION]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora