Desconocidos [FANFICTION]

7. Desconocidos.

— ¡Vamos!

— Mierda Madison, espera.

La chica ignora por completo las palabras de su hermano y tomándome de la mano me guía por el largo pasillo que llevaba hasta una puerta corrediza de vidrio. Me suelta para abrir esta y mientras lo hace Michael se pone a mi lado y me mira de reojo. Una vez que Madison a abierto la puerta se vuelve hacia mí para tomarme la mano nuevamente y jalarme hacia el exterior de la casa.

El aire fresco me envolvió por completo y los rayos del sol sobre mi rostro me hicieron apartar la mirada hasta que pude acostumbrarme. Estar encerrada sin contacto con el sol y el aire siempre me habían hecho sentir enferma pero era a algo a lo que ya me había acostumbrado.

Pasamos por el pequeño jardín en el que conversé por primera vez con Madison y Michael y miré este por unos segundos aún siendo dirigida por la chica. Cuando lleve mi mirada hacia el frente de nuevo no pude evitar abrir ligeramente mis ojos al ver que nos dirigimos hacia un espacio abierto del terreno.

Pero aquella especie de alegría y curiosidad se fue por un momento cuando sentí como me tomaban de la otra mano haciendo que la chica me soltará y se volviera en mi dirección.

— Madison, ya conoces las reglas.

— Y ya sabes que las reglas me importan una mierda.— le responde en el mismo tono a su hermano — Pero como no quiero que ella tenga problemas solo iremos a sentarnos en la orilla de la piscina.

El rubio un poco menos inquieto por la respuesta de su hermana me suelta del brazo a lo que Madison vuelve a tomarme de la mano y continuar dirigiéndome hacia el lugar mencionado por ella.

Cuando llegamos a la dichosa piscina la veo colocarse sus lentes de sol e irse a recostar en una silla de playa. Verla en aquel sitio me trae en una especie de flashback recuerdos de mi infancia los cuales se desvanecen en un parpadeo.

— Vamos querida, que esa piel pálida necesita un poco de color.— habla en un tono fuerte la chica y sin dígito una sola vez su mirada hacia mi.

Dirijo mi mirada hacia mi cuerpo e inconscientemente me abrazo a mi misma. Al salir de la ducha, como lo había dicho, Madison ya me tenía listo un atuendo para hoy que constaba de un short de mezclilla que me llegaba hasta la mitad del muslo y una camisa de tirantes estampada con flores, y unos tenis blancos para finalizar el atuendo. Me había recogido el cabello en un moño alto y me había colocado crema en el rostro, brazos y piernas.
Con una postura tímida me encamino hacia una de las sillas con sombra y me coloco en la misma posición que Madison. Veo como Michael toma asiento en una especie de mini bar y quedarse ahí con la mirada puesta en nosotras. Miro de reojo a la chica junto a mí y a está parece no importarle aquello.

Decido relajarme por un momento y cuando mis ojos dan con la piscina a unos escasos metros de nosotras decido incorporarme sobre la silla y comenzará desamarrar mis tenis. Sintiendo la mirada de las personas que me acompañan me encaminó hacia la gran piscina con un azulejo de color azul que hace que el agua se vea cristalina.

Tomo asiento en la orilla de esta y poco a poco hundo mis pies acostumbrándome a la frialdad de el agua. Una vez que me acostumbro comienzo a jugar con mis pies sacándolos y metiéndolos dentro de la piscina. Por unos momentos con la mirada perdida en el agua mi mente me sumergía en diversos pensamientos y recuerdos que no me ayudaban en mi situación.
Pensamientos como si algún día podría escaparme de todo esto, si tendría el valor de enfrentar a estos desconocidos y huir de esta prisión.

Y los recuerdos, esos momentos que quisiera que se repitieran una vez más para recordar lo que era la felicidad entonces. Lo que era mí felicidad.

Yo no me sentía feliz aquí, y mucho menos libre. Cada momento que pasaba en este sitio me mantenía alerta y visualizaba las posibles  formas de escapar de este temible encierro y lograr llegar más allá de la entrada principal sin ser vista por nadie.

Pero sabía que ellos sabían que yo no era tonta y que aunque me lo prohibieran no dejaría de buscar alguna salida de este lugar.

Ni siquiera sé cuánto fueron los minutos u horas que estuvimos en ese sitio pero cuando escuché voces masculinas haciéndose más fuertes con dirección hacia donde nosotros toda mi tranquilidad y poca paz se fueron al ver a aquellos chicos acompañados del joven de cabello azabache de la otra vez.

— ¡Aquí estás mi cielo! — veo al chico de nombre Jack acercarse a Madison mientras está se quita los lentes de sol y acto seguido se lanza sobre ella para besarla apasionadamente.

Desvío la mirada sintiendo mis mejillas arder y sin darme cuenta alguien se ha puesto a mi lado a lo que me sobresalto un poco.

— Hola — saluda animadamente el chico de cabello castaño y mirada alegre.

— Hola.

Su sonrisa se ensancha más con mi respuesta y lo veo tomar asiento a mí lado cruzando sus pies frente a él.

— ¿Te gusta la piscina? Jack la diseño.

— ¿Ah sí? — cuestiono con ligero interés mientras miro fugazmente al mencionado el cual ya tiene sentada sobre su regazo a la chica de cabellera rubia.

— De hecho, el diseño todo en este lugar, la casa, los jardines, claro que todos dimos algunas ideas, pero él fue el que las hizo realidad.

Asiento ligeramente a modo de comprensión y acto seguido siento al chico removerse sobre su lugar.

— ¿Nos hemos visto antes ______? Y digo, antes de que despertarás aquí, no sé. ¿En otro lugar?

Niego apenas un poco mientras mientras veo la mirada del chico pasearse por todo mi rostro hasta volver a caer en mis ojos.

— Mi nombre es Noah.

Y con esas últimas palabras siento mi corazón detenerse y contengo la respiración.

— ¿Q-qué?

Esto no es posible.

El castaño me mira con un brillo en los ojos y aunque por dentro quisiera sonreír por fuera estoy atónita ante las palabras dichas por el chico.

— ¿Me recuerdas, _______?

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Dejemos la acción verdadera para el siguiente capítulo linduras.

¡Gracias a todas las personas que aún siguen leyendo y a quienes vayan a hacerlo.

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Gracias linduras!! ❤️❤️