11. Consecuencias.

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Ninguno me sonríe en esta ocasión, y yo tampoco les demuestro algún sentimiento.

Al sentir la mano de Michael apenas tocar mi espalda salgo de aquel trance y paso mi mirada de él hacia ellos y entonces es Finn, quién decide hablar primero:

— Toma asiento __________, tú también Michael.

Indica cuando el rubio piensa irse y entonces espero a que él se mueva para yo también hacerlo, nos encaminamos hacia la pequeña sala que yace en el cuarto quedando frente a frente con aquellos cuatro chicos.

— Con lo que ha sucedido la semana pasada, consideramos que no te han quedado claras las reglas que te hemos dado, pero también estamos consientes de que lo que Jack hizo aquel día contigo tampoco estuvo bien.

— ¿De verdad lo creen? — cuestionó con sarcasmo y los presentes se tensan, entre ellos, el chico sentado junto a mi.

— Por favor — apenas escuchó el susurro de Michael cerca de mi y cierro la boca a lo que Finn sonríe despreocupado y enseguida sigue.

— Vamos a tratar de ser un poco flexibles contigo ______, comenzamos dándote una mala impresión de lo que sería tu estadía aquí y queremos remediarlo dialogando como se debe para obtener un acuerdo que nos beneficie a todos. Jack.

Cuando el chico de tez pálida menciona al de cabello rizado poso mi mirada sobre él y nuestros ojos se topan. Apenas trago saliva mientras lucho por no mostrar el temor que ahora le tengo y este se remueve sobre su asiento acercándose un poco más a mi.

— Siento la forma en que te trate, aunque te lo tenías bien merecido por intentar burlarte de nosotros, esa no era la forma.

Me limito a asentir para no soltar algo que solo hay más tensa la situación y el chico de cabellera rizada me da su sonrisa habitual, mostrándose despreocupado del tema. Paseo nuevamente mi mirada por lo presentes y al fin la mantengo sobre Noah, quién desde que entre a la habitación no ha dejado de mirarme.

Mientras Finn dice unas cuantas cosas más que no logro comprender Noah me da una mirada cargada de decepción y tristeza, pero también molestia. Y no puedo comprender el porqué del todo de esa mirada, ¿Acaso realmente había estado mal por haber intentado librarme de una vida con ellos?

— ________

Ante la mención de mi nombre vuelvo la mirada hacia quién me ha llamado encontrándome con Finn.

—¿Estás escuchando? — su tono usado ya no es como el habitual, este es más frío, casi demandante.

Abro ligeramente los ojos y me quedo muy quieta con la mirada del rizado puesta sobre mi. En sus labios se forma una pequeña sonrisa sabiendo mi respuesta ante mi silencio.

— He dicho que como seguramente has notado no solo tus acciones traerán consecuencias para ti, sino también para Michael.

Mientras Finn habla no puedo evitar llevar mi mirada hacia el rubio a mi lado y este mantiene una postura firme, segura, lo contrario a mí que no dejo de jugar con mis manos sobre mi regazo y llevar mi mirada de un lado hacia otro. Luego de unos segundos el ojiazul se vuelve a mirarme pero solo por una escasez de segundo para después mirar hacia otro lado, dejándome una mejor visión del morado que ya se ha disipado un poco bajo su ojo.

— Y eso me ha quedado bien claro.— respondo volviendo la mirada hacia él chico de piel pálida recargado sobre el escritorio que adorna la habitación.— Y si han decidido que las reglas van a cambiar me atrevo a pedir que Michael quede muy lejos de los asuntos que tenga yo con ustedes.

Aquello parece asombrar a todos los presentes, incluso q Michael, quién se acomoda sobre el sofá para verme directamente con los ojos bien abiertos.

— No puedes hacer eso.— exclama Jaeden quién me fulmina con la mirada.

— Es lo único que pienso pedir a cambio de aceptar todo lo que ustedes tengan para proponer.

— Pero es que ni siquiera te hemos dicho palabra alguna sobre el tema.

Por fin vuelve a hablar Finn, quien intenta retomar su postura tranquila luego de que he hablado.

— Pero ya puedo imaginarme lo que tienen en mente cada uno.

El silencio vuelve a invadir la habitación y yo solo puedo tratar de mantener la postura que he sacado a la luz. Mostrándome más firme, menos tensa, y sin titubear al hablar.

— Necesitamos hablarlo, — comienza Finn — te haremos saber la respuesta mañana durante la cena.

— ¿Van a salir?

Mi respuesta es ignorada mientras todos los chicos presentes se ponen de pie incluído Michael. Yo hago lo mismo en espera de que alguien diga algo más. Pero cuando siento como Michael vuelve a tocarme apenas la espalda indicándome que salga del cuarto y así lo hago, no sin mirar una última vez a aquellos chicos quienes aún mantienen las mismas postura que cuando entre.

Una vez que llegamos al pasillo que conecta las habitaciones siento la mano de Michael volver a sujetar la mía y mirarme con seriedad.

—¿Por qué ha hecho eso?

— ¿Qué? ¿Pedir que te quiten de mis asuntos?

— Creo que no entendiste lo que quería decir.

Veo al rubio pesar su mano sobre su ondulada y rubia cabellera y desviar la mirada.

— Creo que finalmente estoy tomando la postura que debí tener desde un inicio — la mirada del rubio vuelve a posarse sobre mí y una rara sensación se asienta sobre la boca de mi estómago — tú mismo lo dijiste.

Los ojos azules del chico me miran por unos largos segundos hasta que por fin puedo ver su cuerpo relajarse un poco.

— No quiero que las cosas empeoren para ti. En un inicio lo que me mantenía atado aquí era mi hermana, y ahora también debo ver por qué tú no te metas en problemas.

No sé porque suelto una pequeña risita la cual contagio al chico frente a mí. Se veía tan lindo cuando sonreía, le daba un poco de brillo a ese rostro blanco y notoriamente cansado.

Cuando estoy por dar media vuelta siento una vez más la mano de Michael sujetar la mía y mis ojos vuelven a dar con los suyos.

—Solo quiero que aprendas a cuidarte y saber que hacer para no tener problemas. Eso es todo.

El tono en sus palabras es casi protector y a la vez un poco dulce. Jamás me habían hablado así antes, y al no haber socializado con muchas personas en mi corta vida no sabía el significado de aquello.

—Yo quiero lo mismo para ambos Michael.

El rubio me da una apenas perceptible sonrisa la cual no dudó en devolverle. Entonces casi enseguida suelta el agarre de nuestras manos enviando una sensación de vacío en mi. Por fin el chico vuelve a caminar y siguiéndole el paso llegamos hasta mi habitación donde lo detengo cuando vuelvo a hablar:

— No quiero sonar atrevida pero, ese morado hace resaltar el azul de tus ojos.

Michael detiene su mano sobre la perilla y se vuelve a mirarme con los ojos bien abiertos y una expresión entre divertido y asombrado.

— ¡Rayos señorita! Con esa carita tan inocente no creí que tuvieras ese tipo de pensamientos hacia mi.

Se burla el chico haciéndome sonrojar a lo que él se burla por mi reacción y seguido abre la puerta de mi habitación y me cede el paso. Con la mirada puesta en el suelo trazo mi camino hacia el cuarto y cuando llego al marco de la puerta escuchó a Michael susurrar:

— Con esas palabras me ha quedo más que claro que te parezco atractivo.



Desconocidos [FANFICTION]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora