1. ¿Un lugar seguro?

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Tengo borrosos recuerdos.

Recuerdo haber caminado por la calle.

A mí padre mirándome con furia.

El auto.

Al chico de mirada azulada y un cabello entre castaño y rubio.

De ahí nada más.

Abro los ojos con lentitud, cuando el recuerdo de lo sucedido viene a mi mente paseo mi mirada por toda la habitación tratando de guardar la calma pero me enderezó sobre mi lugar al ver a alguien sentado en una pequeña banca frente a un tocador.

—Por fin despertaste — el chico me sonríe tranquilamente y yo siento las lágrimas a punto de salir de mis ojos. Cuando se pone de pie me pongo alerta y el chico detiene toda acción de inmediato mostrando sus manos hacia mi dirección.

—¿D-do-donde, donde estoy? — las palabras me salen temblorosas en un hilo de voz.

El chico de cabello castaño vuelve a sonreírme y sus palabras hacen que las primeras lágrimas caigan por mis mejillas:

—Ahora estás en un lugar seguro.

Antes de que pueda cuestionar o decir algo más se escuchan un par de golpes en la puerta y ambos dirigimos la mirada hacia esta.

Veo al chico caminar rápidamente hacia la puerta y antes de abrirla vuelve a girarse hacia mi.

—Hay ropa limpia en el ropero, también toallas y productos de aseo personal por si quieres darte un baño.

Señala la puerta a unos metros de donde me encuentro y cuando vuelvo la mirada hacia el chico este ya ha desaparecido por la puerta. Puedo escuchar como le meten seguro a esta y acto seguido rompo en llanto sin ocultar el temor que siento. Me abrazo a mí misma pegando mis rodillas hacia mi pecho y lloró abiertamente mientras miro con temor mi alrededor.

No sabía quién era ese chico, tampoco quienes eran las personas a cargo de todo esto o lo que harían conmigo. Pero algo me decía que nada bueno.

Pero si sabía solo algo. Y eso era que quería volver a mi hogar.
No sé cuánto tiempo me mantuve así, y no fue hasta que escuche nuevamente la puerta que salí de todo trance.

Veo una cabellera oscura adentrarse a la habitación, era un chico de piel pálida y ojos marrones, su cabello negro estaba peinado hacia atrás y vestía un pantalón de vestir negro junto a una camisa blanca y una corbata la cual se desajusto mientras se acercaba a tomar asiento en el lugar anteriormente ocupado por el otro chico.

—Si me dejan ir no le diré esto a nadie, se los prometo.

—No vamos a dejarte ir ________. Tu ya estás en un buen lugar ahora.

—El chico que estuvo aquí antes me dijo lo mismo, pero no me siento segura rodeada de extraños.

—¿Qué chico estuvo aquí? — me quedo en silencio ante su pregunta y su mirada marrón se posa sobre mi durante unos largos segundos. — Bueno, no importa. No fui yo quien te pidió, solo he venido a explicarte las reglas.

Me quedo en silencio en espera de sus dichosas reglas y ante esto el chico continua:

—1. De nada va a servirte el que nos ruegues para que te liberemos.
2. Si haces cualquier estupidez o berrinche, alguno de nosotros podría castigarte.
Y 3. La única salida de este lugar es con los pies por delante.
Así que mejor no gastes tu tiempo planeando o suplicando porque no va a servirte de nada. Te proporcionaremos una persona de confianza para que te acompañe cuando salgas de la casa y o a otro sitio. Hay cámaras por todo el lugar, así que si intentas algo nosotros lo sabremos. ¿Entendido?

Me limito a asentir con ligereza y dándome una forzada sonrisa el chico se pone de pie y camina con dirección hacia la puerta mientras dice:

—Y por favor, quítate esa ropa gastada y date un buen baño. Mas tarde la persona encargada de ti vendrá para que bajes a comer con nosotros y quiero que estés impecable.

Con eso lo veo abrir la puerta y salir de la habitación sin mirarme una sola vez. El silencio vuelve a llenar la habitación mientras intento procesar todo lo que está pasando y segundos después con desconfianza me levanto de la cama y camino hacia el que me indicaron, es el baño.

Abro la puerta dejando ver una oscura habitación y al encender la luz veo un bonito y bien decorado baño para una chica. Cierro la puerta a mis espaldas mientras muro maravillada la habitación y me encaminó hacia el lavabo hasta quedar frente al gran espejo sobre este. Al mirar mi reflejo miro a una chica con el cabello desalineado y una sudadera vieja, mi rostro se encuentra empapado por las lágrimas y mis ojos un poco hinchados.

Nunca en mi vida me había mirando tanto tiempo en un espejo, de hecho, no me había mirado en mucho tiempo en un espejo. Los que había en la casa mi padre los había roto y sólo quedaba el del baño que se encontraba en el pasillo para las habitaciones. Y casi nunca me había dado en tiempo de cuidar un poco de mi imagen, y tampoco es como si hubiera tenido tiempo para mí.

Abro los cajones del mueble bajo el lavabo y ahí encuentro más productos y unas toallas perfectamente lavadas. Tomo una de estas y la colocó arriba y ahora me dirijo hacia la regadera.

Abro una de las llaves y enseguida cae el agua artificial caliente.

Unos minutos después ya me encuentro lista y alerta de la siguiente persona que llegue a entrar.

No puedo evitar andar de un lado a otro sobre la habitación y finalmente dirigirme hacia una de las ventanas para mirar por esta. Lo que veo a través son grandes hectáreas de pasto verde y más al fondo árboles y lo que parece ser una piscina y un pequeño jardín de flores. Juego con final de mi falda y luego llevo mis manos para acomodar el suéter que llevo puesto.

Entre tanta ropa que había dentro del armario esto me pareció algo decente para usar frente a las personas desconocidas, y qué tal vez sería del agrado del chico con el que al parece no iba a llevarme bien. Aún no nos conocíamos y parecía no tenerme paciencia. Su postura y seriedad me lo decían a gritos.

Y cuando escucho la puerta abrirse una vez más pego con brusquedad mi espalda contra la ventana.

Desconocidos [FANFICTION]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora