M&M.

Capítulo #14; ¿Qué prefieres?

Capítulo #14; ¿Qué prefieres?

Mason caminó entre las personas, algunas chicas mirándolo y chicos, que para ser sincero, no recordaba ni sus nombres, pero aun así respondía las sonrisas y asentía en modo de saludo cuando éstos le palmeaban la espalda o chocaban puños como hombres.

A lo lejos, logró divisar a su mejor amiga, hablando muy entretenida con Zack (alías rulitos), mientras ambos reían y Melanie tocaba levemente el brazo del chico.

Entrecerró los ojos. No le gustaba para nada lo que estaba pasando.

No iba a negarlo, se había sentido como la más grandes de las mierdas cuando Grace le dijo que Melanie se había ido con Zack más temprano, y lo peor de todo es que ni siquiera le había avisado para decírselo y no parecer idiota frente a los padres de ella.

Y sí, quizá no se haya molestado el día sábado cuando Melanie lo dejó plantado también, porque en realidad a él solo le había dado una pisca de envidia que todos tuvieran con quien pasar San Valentín, menos él. Y sí, estaba feliz de que su mejor amiga estuviera conociendo a un chico que enserio llamara su atención, pero se sentía olvidado.

Y ahora quería un abrazo.

Entonces volteó a ambos lados, observando a las demás personas platicar entre ellas y pasar un buen rato, y se dio cuenta de algo.

Él no tenía amigos.  

Bueno… tenía  a Melanie, pero ahora ella estaba demasiado ocupada con Zack (alias rulitos), como para prestarle aunque sea un poco de atención.

—Duele, ¿eh?

Giró su cabeza un poco a la derecha, encontrándose con Kate, o Katherine, como le había espetado a Melanie que la llamara.

—¿Los golpes en el pene? —preguntó, haciéndose el tonto—. Si, duelen mucho. ¿Tú cómo sabes eso? ¿Tienes pene?

Empezó a alegarse de Kate, sabiendo perfectamente que ella lo seguía, aunque no quería hablar con ella.

—No seas idiota —contestó la chica—. Sabes a lo que me refiero.

Mason llegó a su casillero, abriendo la pequeña puerta de metal, para sacar y meter varias cosas.

—¿Vas a negarlo? —preguntó Kate, provocando que Mason rodara los ojos fastidiado.

—¿Negar qué?

—Que te molesta que estén juntos. Sé cómo te sientes, son celos.

Mason frunció más el ceño y miró a los ojos de la rubia, realmente molesto. Nadie era capaz de saber lo que el sentía o lo que pensaba solo por creerlo. Nadie podía solo decir lo que creían que él tenía, porque simplemente no lo sabían.

—No —contestó, cerrando la taquilla de un manotazo, provocando un fuerte sonido—, tú no sabes cómo me siento, que para aclararlo, no son celos. No estoy molesto con Melanie, no estoy molesto con Zack (alias rulitos) y, aunque no lo creas, tampoco estoy molesto contigo. No voy a decirte como me siento y porqué lo siento, así que mejor ni preguntes. No sé para qué demonios me estás diciendo todo esto, y no me interesa, pero déjame en paz, ¿entendiste?

Con cada palabra, se iba a acercando más a Kate, hasta tenerla con la espalda pegada a los casilleros. Sus cuerpos estaban demasiado cerca, al igual que sus rostros y con eso, sus labios.

Kate observó los labios de Mason, y él hizo lo mismo, más por inercia que por cualquier otra cosa. No le gustaba ella, pero hacía mucho tiempo que no besaba a nadie. Y, joder, tenía muchísimas ganas de un beso.